Entrevista con el escritor Damián Patón:
“Soy un espía de las profundidades interiores”
Por: Alberto Vargas.
España tiene un escritor rupturista, un creador que no se conforma con los esquemas que dicta la literatura comercial. Su nombre Damián Patón (Badalona); escribe novela y poesía sin tenerle miedo a los abismos de la literatura y de la vida. Se declara una simbiosis entre un poeta y un narrador; se afirma contrario a las modas que impone el mercado. Patón, nada complaciente con la idiotez generalizada, cita al también escritor estadounidense David Foster Wallace cuando dijo: “El problema no es que el lector de hoy sea tonto, no lo creo. Simplemente se trata de que la televisión y la cultura comercial le han enseñado a ser una especie de vago infantil en lo que respecta a sus expectativas”.
Damián Patón
Pregunta: – ¿Quién es Damián Patón en el competitivo mundo editorial de España?
Respuesta: – Un escritor en la sombra, como tantos. Buscó iluminarme, como todos.
P: – ¿Poeta o narrador?
R: – La simbiosis de ambos. En todo caso, un creador.
P: – Dígame una novela suya por la cual un nuevo lector debería comenzar a leerle.
R: – “La tríada del escorpión”, como punto de arranque. Lo cual no significa que sea exclusivamente un autor de género “negro, de suspense”, etcétera. Soy mucho más que eso. Un explorador. Un observador. Un espía de las profundidades interiores.
P: – ¿Y un poema?
R: – `Poema del amor ahogado`. Es el poema inicial del libro “Poemas del delirio ausente”, editado por Centinela editorial. Añadiría otros poemas, pero quizás con este se despliega mi universo poético, para entrar en materia.
P: – ¿Su novela “La triada del escorpión” es una bofetada al mundo que tenemos?
R: – Es un golpe controlado, desde la ironía, desde el dolor. Me propuse: divertir, profundizando. La novela parte de la base de la gente común, aunque graviten “altos ejecutivos”. Es una aventura planteada como una advertencia de lo que nos esta ocurriendo. Como nos controlan, con la connivencia de los medios afines al poder. Convergen varias historias. Historia de crímenes del pasado, para ejemplarizar que el crimen se adhiere a la naturaleza del ser humano y sobre todo al poder. Los personajes descuellan en pos de la libertad absoluta, para desentrañar “la realidad prefabricada que intentan imponernos”. Desde luego la libertad absoluta no existe, pero cada ciudadano está obligado a interpretar y leer las realidades prefabricadas que cada ideología en el poder, trata de inculcarnos, en virtud del relato oficial de la realidad impuesta, por los medios adeptos al poder. Los protagonistas juegan a desentrañarla, desde la base de juego de la propia realidad. Es una aventura que me fascinó y que tristemente ocurre.
P: – ¿La literatura siempre es política?
R: La literatura constituye un problema que todo poder intenta aplacar, oscurecer y ocultar. Y casi ocurre así. ¿Cuánta gente lee? ¿Cuanta gente pasa mas tiempo en los videojuegos, en las redes sociales, en la realidad virtual? ¿Cuántas personas se comunican con los otros, sin intermediarios? La literatura está condenada-como siempre-, al ejercicio de Prometeo: Tiene que robarles el fuego a los dioses. Evidentemente los pequeños grupos de lectores, cada vez más marginales, como los escritores no adeptos, al comercio de recetas literaria para las “grandes masas”, que no solo consumen novelas fílmicas, soporten un peso considerable. Tienen que ir a contracorriente y escribir, crear literatura para “personas que comprendan”, la aventura humana y eso revela injusticias, dolor, soledad, abusos de poder. David Foster Wallace lo dejó muy claro, cuando dijo lo siguiente: “El problema no es que el lector de hoy sea tonto, no lo creo. Simplemente se trata de que la televisión y la cultura comercial le han enseñado a ser una especie de vago infantil en lo que respecta a sus expectativas. Esto hace que intentar llamar la atención de los lectores de hoy implique una dificultad imaginativa e intelectual sin precedentes». ¿Es Rayuela una novela política? Evidentemente que sí, pero supera con creces el límite de esa calificación. Rayuela es un juego. Una novela que abre mentes, les guía. ¿Es Borges un escritor político? Lo quisiera o no, lo era. Probablemente querría evitarlo, pero no lo logró. ¿Es Gabriel García Marques un escritor político? Quizás, junto con Mario Vargas Llosa, el más implicado en sus distintas posturas. No escribieron ninguno de los escritores mencionados “meros panfletos literarios”, sino historias profundamente reveladoras, contra el tiempo que les tocó vivir. ¿es el Quijote una novela política? También, pero rompe las suturas de toda limitación y cuando tal cosa ocurre, nadie puede detener la furia de mercurio: REVELAR. Es decir, romper las barreras disruptivas de la realidad del mundo que nos imponen. Una vez terminas de leerlos, descubres que has traspasado cierto umbral.
P: – ¿Los escritores se han dosificado?
R: – La mayoría de los escritores-no todos, claro-, han perdido el alma por el comercio. Por la fama…siempre la fama. El ego. Es comprensible, hasta cierto punto. Un creador debe aportar. Para esos “vendedores de historias con recetas”, después de conseguir la fama, el arte es solo un mero mecanismo de ritos compulsivos. No hay alma. Tales comerciantes de arte, pasan a transformarse en productos. Marcas comerciales. Son básicamente un letrero luminoso. Un nombre.
P: – Si tuviera que gritar muy fuerte en la azotea del edificio más alto del mundo, ¿qué gritaría?
R: – DIGNIDAD, LIBERTAD. Eso gritaría. Implica muchas cosas.
P: – ¿Tiene algún nuevo libro en camino?
R: – Sí. Siempre tengo un libro nuevo, que me guía en el camino de la vida. Yo soy mi libro interior.
MADRID, ESPAÑA
Octubre, 2024