Hace 20 años, Porfirio Ramirez Aldana se encontraba en su casa en Playa Rica (Caquetá), cuando fué objeto de un registro por parte de la policía , y en confuso tiroteo, fue herido en la columna por una de las “balas oficiales” que le dejó inválido.
Hecho por el cual Porfirio reclamaba indemnización del Estado Colombiano, pasaron 14 años, y la reparación nunca se dio, razón que convirtió a Porfirio de victima a victimario, para llamar la atención de los medios y del país entero, planeando y ejecutando el secuestro de un avión, plan que concretó en septiembre del año 2005, haciendo uso de los ahorros que tenia , compró los tiquetes para la ruta Florencia – Bogotá , para viajar con su hijo Businhauer, y así abordan la aeronave Dash-8 de la aerolínea Aires , camuflando en un pañal las dos granadas.
Ya en vuelo Porfirio le notifica a la azafata que tiene en su poder los artefactos explosivos y hace la solicitud al piloto de aterrizar en el Dorado , pero la aeronave es llevada a la plataforma de la base militar Catam , donde dos funcionarios por parte del Gobierno y un sacerdote fueron los encargados de la negociación que duró más de dos horas, luego de las cuales le entregaron una consignación bancaria por cien millones de pesos (que era falsa) y la promesa de indemnizarlo por su discapacidad, no le cumplieron ni con el dinero ni con la indemnización….
Porfirio dice que nunca pensó en usar las granadas, pero si en llamar la atención, y poder mejorar sus condiciones de vida y las de su familia.
Cuando el secuestro del avión de Aires, había pasado al olvido, aparece un grupo de productores de cine de Colombia, Argentina, España, Francia y Uruguay, proponiéndose llevar al cine ésta historia , bajo la dirección del cineasta colombiano Alejandro Landes (Director del documental “Cocalero” la Historia de Evo) ,
Porfirio Ramírez, en su silla de ruedas, inicialmente fue recluido en la cárcel Modelo de Bogotá durante dos semanas acusado de secuestro y terrorismo, luego de la apelación por su discapacidad se logró la casa por cárcel debido a su condición de salud. Pero gracias al proyecto de la película, los cineastas europeos le contrataron un abogado penalista y lograron su libertad total, necesitaban “Libre al protagonista” , porque Porfirio se interpreta a sí mismo.
La cinta fue rodada en Florencia y San Vicente del Caguán, filmada en sistema “Cinema Scope” que logra la toma de planos más amplios, la película terminó grabaciones en junio del año pasado, y fue estrenada en el reciente festival de Cannes, donde tuvo gran acogida.
Porfirio, espera la llegada de la película a Colombia, mientras tanto en su modesta silla de ruedas, continua escribiendo poesías y componiendo canciones, con las que espera algún día ser reconocido.
Teniendo como base de la historia documental, Alejandro Landes ha construido una ficción de lectura universal sobre la vida de un paralítico al que filma en su intimidad, en el espacio cerrado de su casa, con su mujer y su hijo. Un personaje que mostrará su vida cotidiana y los hechos que le condujeron a esa situación.
El resultado es sorprendente e insólito. Una brillante puesta en escena sirve como relato de lectura universal sobre la vida de ese minusválido y su lucha por la dignidad humana.
“Hay una violencia cíclica y duradera en Colombia –afirma Alejandro Landes- esta es una película que cuenta un hecho particularmente violento, pero sin muertos, ni armas ni sangre. Un hecho en el que muchas vidas estaban en juego. Es la historia de un hombre que pedía reparación de una injusticia, pero que quería sobretodo que la opinión se fijara en él, quería salir de su anonimato, pues Porfirio es un hombre muy vital, le gusta la vida, hablar, cantar, amar…”. (Sic.) Alejandro Lanes.
La imagén promocional de la película «Porfirio» es elocuente y contundente, muestra la espalda de quién recibió un disparo, que le cambió radicalmente su vida, hecho por el que no se le indemnizó, y muestra la cicatriz fisica que dejó el proyectil, esa cicatriz que tantos colombianos llevan, y que no solamente son físicas, a muchos se les ha mutilado hasta el alma, por cuenta de una violencia absurda, y que todos clamamos, porque llegue a su fin…
Por: John Garcia Fitzgerald/SoyPeriodista