Triunfo y tragedia de un dios
Este libro de Andrés Salcedo llena las expectativas de sus lectores. Es una buena novela sobre el fútbol que vale la pena leer, pues el papel de J. Celis, “autor de crónicas de gran impacto social que alcanzaron enorme éxito en la década de los noventa”, se convierte en un extraordinario testimonio literario sobre el fútbol colombiano. Son muchas las aventuras vividas alrededor de este deporte y sabemos que ellas servirán para obras memorables, como ésta, que conseguirán darnos una idea de los conflictos, las alegrías, las tristezas que se han vivido en torno a este deporte de multitudes y de quienes lo han hecho realidad.
Salcedo ha construido una historia, con unos personajes sugerentes, protagónicos y antagónicos, que le dan sentido y fuerza a la narración. Los diálogos están bien construidos son ágiles y poseen ritmo. Se puede destacar la dinámica de la novela en las usuales controversias entre los comentaristas Pilo Palacio y Bizco Bizconti, y las relaciones con futbolistas y sus hinchas, periodistas, contratistas, con las mujeres, con los niños: “En la calle, la mayoría de los oyentes rechazaban los ofensivos comentarios del Bizco Bizconti. Lo tildaban de envidioso, infame y canalla y se compadecían de Heleno y de su defensor, Pilo Palacio, a quienes veían como víctimas” dice uno de los apartes de esta novela que ha sorprendiendo a quienes han tenido la oportunidad de leer el manuscrito.
La constante controversia entre los comentaristas deportivos y los dirigentes, y las discusiones que viven quienes trabajan en este campo son, y sigue siendo, el alimento de chismes y rencores que el público conoce desde hace mucho tiempo. Ese mundo del periodismo está muy bien descrito en El día en que el fútbol murió. Es una obra abierta que nos insinúa muchos planos, vigorosos y decisivos, que permiten al lector conocer una historia compleja y casi por descubrirse. Una narración tranquila, con un vocabulario normal.
Es, pues, una novela bien escrita, con una historia coherente, llamativa, con unos personajes fuertes, con una buena dosis de credibilidad y de vitalidad. Todos, al final, tendremos que reconocer que Miche encarna la pasión que los ídolos nos inculcan, a veces sin pensarlo, que cada uno de nosotros personifica a un héroe y que en este caso, como sucede con los hinchas del Júnior, se ha fundado un mundo que vale la pena conocer. Cuántas novelas más se podrán trazar para la historia del fútbol colombiano.
Pero aún hay otro elemento, además del tema, que obligará a los lectores, en el mejor de los sentidos, a leerla y es la pasión que Andrés Salcedo siempre ha tenido por el deporte y especialmente por el fútbol y por Barranquilla. Hace algunos años escribió una especie de biografía sobre “La puerta de oro” de Colombia y uno de sus primeros lectores fue Gabriel García Márquez quien aseguró, hace una década, que había pasado noches en vela leyendo este libro.
“De alguna manera, no hay barranquillero que no se sienta ligado a ‘Barrio abajo, el barrio de donde somos todos’ este pedazo de la ciudad por muchas razones”, le comentó Salcedo e Ernesto McCausland al tratar de explicar cuáles fueron las razones que alborotaron los recuerdos de infancia del autor de Cien años de soledad.
“Este es, quizás, uno de los dos barrios más antiguos de la ciudad. Allí nació el Carnaval, allí está el estadio de béisbol, allí se establecieron los negros palenqueros, llegaron los alemanes, los italianos, los chinos, los japoneses y el resto de extranjeros», comenta el también locutor, al describirlo como un barrio muy pintoresco con las casitas de colores, parecido a lo que es La Boca, en Buenos Aires, o La Candelaria, en Bogotá”.
En Barrio Abajo crecieron ilustres barranquilleros que luego resonaron en diferentes campos como la música, el deporte, la industria o las letras. Es el caso de la cantante Estercita Forero, el músico Luis Carlos Meyer -uno de los primeros en llevar el porro a Nueva York- y su colega Antonio María Peñalosa, autor de ‘Te olvidé’, considerado el himno del Carnaval.
Y así como conoce Barranquilla, Andrés Salcedo conoce el fútbol, por eso le dio rienda suelta a sus recuerdos para publicar El día en que el fútbol murió. Triunfo y tragedia de un dios que saldrá la próxima semana.
Y no hay duda que será uno de los libros más leídos no sólo por los aficionados al balompié, sino por todos aquellos quienes reconocen a Salcedo como uno de los más completos narradores, comentaristas e investigadores de este deporte.
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)