El viernes 29 de agosto, en Notas Fotográficas tuvimos una conversación bastante interesante con el maestro Leonardo Rojas Magallanes, fotógrafo, abogado y cronista visual de la memoria venezolana, especialmente la de su tierra, Valencia. Una conversación que se transforma en testimonio de un largo trayecto en el oficio de fotógrafo. Su voz, pausada pero firme, revela más que una trayectoria: expone una filosofía de vida donde la imagen es lenguaje, la belleza es compromiso y la fotografía es, ante todo, poesía.
De las leyes a la luz: el abogado que encontró su verdad en la imagen
La historia de Rojas comienza en los pasillos del derecho, pero su destino se reveló tras el lente. “La fotografía, como el derecho, toca todas las cosas”, afirma. Su formación jurídica no fue un obstáculo, sino una plataforma para entender el mundo con profundidad. “Mi padre, también abogado, fue quien me puso una cámara en las manos por primera vez. Me decía que yo terminaría siendo abogado porque me gustaba todo. Y tenía razón. Pero lo que realmente me apasionaba era capturar lo que veía, lo que sentía”.
Su mirada analítica, entrenada en el razonamiento jurídico, se convirtió en una herramienta para construir narrativas visuales cargadas de simbolismo. “Las fotos que uno hace reflejan lo que uno es, lo que uno ha vivido, los libros que ha leído, las películas que ha visto, las novias que ha tenido”, dice con una sonrisa. En su obra, el cuerpo femenino, la religiosidad popular, el teatro y la calle se entrelazan en una estética que combina sensualidad, devoción y crítica social.
El impacto de la publicación internacional: legitimidad y proyección
Rojas no solo ha sido testigo de la evolución fotográfica en Venezuela, sino también protagonista en escenarios internacionales. Su trabajo fue publicado en la prestigiosa revista francesa Photographie, donde apareció en ocho ediciones. “Eso fue un gran apoyo. Mandan más de 100.000 fotografías y seleccionan apenas unas pocas. Estoy seguro de que ningún otro venezolano ha sido publicado tantas veces allí”, comenta con orgullo.
La exposición mediática no solo le dio notoriedad en Valencia, sino que lo convirtió en referente. “Me empezaron a contratar como fotógrafo de bodas, pero eso me quitaba tiempo para lo que realmente quería hacer: fotografía artística. Lo mío era la poesía visual, no la documentación social sin alma”.
Grupo Uno: una apuesta por la colectividad y la identidad
En 1986, Rojas fundó el Grupo Uno en Valencia, junto a fotógrafos como Mayel Barren, Walter Smitter y Carlos Fuguet. “Nos dimos cuenta de que había muchos que amaban la fotografía, pero estábamos dispersos. Queríamos organizarnos, crear una comunidad, hacer exposiciones, debatir ideas”.
El grupo se caracterizó por su heterogeneidad: jóvenes de 18 años junto a veteranos de 60, todos unidos por la pasión de capturar la realidad desde sus propias perspectivas. “No teníamos una línea dura como el grupo Diafragma de Maracay. Éramos más abiertos, más diversos. Y eso nos permitió crecer”.
El discurso visual: entre la puesta en escena y la intención comunicativa
Para Rojas, la fotografía no es solo técnica, es intención. “Mis fotos no son para Instagram. Son para contar historias, para dejar memoria”. Su trabajo en el Teatro Municipal de Valencia, donde ha documentado durante años la danza clásica, es ejemplo de ello. “Trato de imitar los cuadros de Degas. Las bailarinas son poesía en movimiento. Cada imagen debe tener atmósfera, narrativa, emoción”.
Su aproximación visual se basa en la puesta en escena, en la construcción de atmósferas que evocan sensaciones. “La fotografía es poesía. Y como tal, debe tener ritmo, cadencia, mensaje. No basta con apretar el obturador. Hay que pensar en el espectador, pero sin dejarse llevar por las modas”.
La fotografía venezolana: una memoria en construcción
Rojas observa con entusiasmo el movimiento fotográfico nacional. “Hay una generación nueva que está haciendo cosas maravillosas. En Valencia, en Maracay, en Mérida. Ya no todo gira en torno a Caracas. Hay una descentralización que está enriqueciendo la mirada”.
Sin embargo, también advierte sobre los riesgos de la era digital. “La fotografía digital es maravillosa, pero tiene un problema: la memoria. Si se pierde el disco duro, se pierde la historia. Los negativos, en cambio, permanecen. Esta generación tiene muchas imágenes, pero poca memoria”.
Mérida Imagina: una visión país desde la fotografía
Uno de los eventos que más ha impactado a Rojas es Mérida Imagina, la bienal que reúne fotógrafos de todo el país. “Me pareció una maravilla. Una visión país bastante amplia, algo que hacía falta. Siempre hemos estado sectorizados, pero ahora hay una intención comunicativa clara, una apuesta por lo venezolano sin caer en el folklorismo”.
Rojas participó con una serie sobre la Virgen del Socorro de Valencia, un trabajo que combina religiosidad, historia y estética. “La fotografía venezolana está dejando de ser solo venezolanista. Está empezando a ser universal desde lo local. Y eso es lo que debemos impulsar”.
A los nuevos talentos: estudiar, sentir, comunicar
Al final de la entrevista, Rojas se dirige a las nuevas generaciones con la sabiduría de quien ha vivido más de cuatro décadas detrás del lente. “Busquen la fotografía como medio de expresión. Somos alma, y esa alma debe verse reflejada en nuestras imágenes. Con nuestras creencias, nuestros principios, nuestro lenguaje”.
Y añade: “No se dejen llevar por las modas. Estudien. Conozcan lo que se hace en París, en Madrid, pero también lo que se hace en Maracaibo, en Margarita. La técnica es importante, pero más importante es el mensaje. La fotografía es una carrera de largo alcance. Podemos trabajar toda la vida compartiendo imágenes. Y eso es un privilegio”.
La imagen como legado
Leonardo Rojas Magallanes no solo ha fotografiado cuerpos, calles y escenarios. Ha fotografiado el alma de una ciudad, de un país, de una época. Su obra es testimonio, es archivo, es poesía. Y su voz, en esta entrevista, es un llamado a mirar más allá del encuadre, a entender que cada imagen es una pregunta, una respuesta, una posibilidad.
En tiempos de saturación visual, su mirada nos recuerda que la fotografía sigue siendo un acto de amor, de memoria y de resistencia. Y que, como él mismo dice, “todo lo que somos lo reflejamos a través de nuestras imágenes”.
Si quieres disfrutar la entrevista completa con Leonardo rojas magallanes , te invito a visitar mi canal de YouTube Notas Fotográficas, donde encontrarás esta y muchas más conversaciones con fotógrafos dentro y fuera de Venezuela.
Puedes verla en el siguiente enlace:
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Prof. José Ramón Briceño
Notas Fotográficas
Caracas, D.C. Venezuela
Septiembre, 2025