Estremecedor. Era de esperarse. Cualquiera que quiera ir a escuchar el Réquiem de Mozart sabe que a lo largo del concierto su alma formará parte de un juego de emociones que no podrá controlar; se sincronizará con la obra y se encontrará con melodías que elevarán su espíritu y que harán incontenibles las lágrimas. Y es probable que las 900 personas que llenaron todas las butacas de la Sala Simón Bolívar hayan experimentado estas sensaciones, ya que los aplausos y las largas ovaciones inundaron la sala por varios minutos.
Los músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, salieron al escenario dispuestos a dar lo mejor de ellos, ya que era la primera vez que interpretaban esta importante pieza. Se reencontraron además con su gran maestro Gregory Carreño, uno de los fundadores de El Sistema, quien los ha acompañado desde sus inicios y en esta ocasión tomó la batuta. En la sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música en Quebrada Honda, se esperaba en absoluto silencio la entrada del director, quien ingresó al escenario acompañado por sus dos hijos, Alejandro, concertino de la orquesta y Gregory quien también forma parte de la fila de los violines.
Enérgico y vibrante, el director Carreño condujo magistralmente las ocho partes que forman parte de la obra: la Introducción, el Kyrie eleison, la Sequentia (que tiene pasajes tan conmovedores y disímiles como “El Diesi rae” y “Lacrimosa”), el Offertorium, Sanctus, Benedictus, Agnus Dei y Communio. Los cantos litúrgicos estuvieron a cargo de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar y de los solistas, Samia Ibrahim (soprano), Katiuska Rodríguez (mezzosoprano), Robert Girón (tenor) y Álvaro Carrillo (barítono), quienes fueron preparados por la profesora Lourdes Sánchez.
Durante la preparación del concierto, Carreño destacó que “es una obra que encuentra sus raíces justamente en la vida, en su drama. Lo que envuelve el Réquiem de Mozart es una fuerza vivencial. Para mí es un Réquiem de vida eterna. Lo que el genio Mozart nos dejó fue una joya que atestigua sus vivencias, sus carencias, su idea de la vida después de la vida. Tanta fuerza, tanto dinamismo no puede hablar de otra cosa sino de la vida”
Este concierto es parte de la programación 2012: El Sistema por la Paz, que este año ha llevado adelante el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, perteneciente a la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita a la Presidencia de la República.
Fuente: Prensa FundaMusical Bolívar.