Si hubiese tenido 15 años cuando se publicó la Saga Crepúsculo, seguro sería una fan de los libros de Stephenie Meyer, la autora norteamericana a quien mucha gente ve con malos ojos, sobre todo en el ámbito canónico, es decir, el de las escuelas de Letras y universidades, tal como ocurrió con la autora de Harry Potter, muchos a Meyer no le ven «méritos literarios».
Demás esta decir que no estoy de acuerdo con eso, aunque nunca me gustaron los libros del mago ni he leído las historias de vampiros de Stephenie, creo que el mérito de estas escritoras (ambas mujeres que casualidad) es devolver o despertar el «gusto» por la lectura, a un incontable número de adolescentes y niños.
En fin… no tenía 15 cuando publicaron Crepúsculo, tenía 25, así que no la leí, pero en cambio años después, vi la película: Crepúsculo (2008). En la sala de cine, a mi lado una adolescente de 15 sonreía, su padre (que la acompañaba) antes de comenzar la película me preguntó si creía que duraría mucho y con una vergüenza que no podía disimular me dijo: «La niña quiere ver esto, es para jovencitas como ustedes», le agradecí lo de jovencita, pues ya no lo era tanto y disfruté las más de dos horas que duró la película. No me pareció pesada, no me dieron arcadas por la cursilería subyacente, como me comentaron algunos amigos que les ocurrió, todo lo contrario, estuve contenta.
Si, algo tan simple, algo tan difícil cuando se ha visto mucho cine… y estuve contenta mayormente porque me causo impresión y me impresionó hoy, de nuevo, al ver la última película de la Saga, que en una época tan vil y miserable como esta, perdón pero es mi opinión, valores tan alados: lealtad, amor incondicional, justicia, valentia, esten de moda… al menos para ir a verlos en el cine.
Y es que, de un modo inocente que tiende a lo cursi, de eso se trata mayormente La Saga Crepúsculo: un útopico romance adolescente con personajes que aluden a todas las caracteristicas representativas de los héroes: bondad, belleza, amor perfecto.
Crepúsculo es una historia de amor romántico, el amor adolescente en estado puro, con un exagerado dramatismo, un Romeo y Julieta con vampiros diez veces más ‘ amor imposible’ . No leí los libros, así que no se si la adaptación es buena o mediocre. Sin embargo, fundamentalmente creo que lo que sucede con estas películas, es que funcionan en unos ámbitos y en otros no, no funcionan, por ejemplo, con los mayores de 20, que esten llenos de prejuicios y tengan poca imaginacion o que de todas todas, les parezca cursi este tipo de film.
Todos los que tenemos más de 20, sabemos que a los 15 creíamos en cosas que (no sé si lamentablemente) luego vilipendiamos. Existe un modo más ingenuo, romántico quizás, de ver la vida a los 14. A esa edad, uno se lo cree todo, no necesitas grandes argumentos para crearte fantasías o para creer en ellas.
La edad no es una circunstancia física: en mucho es una circunstancia mental, pero hay quienes se ciñen a las conductas propias de su edad, quienes con cada año se «ubican» en su orden cronológico. Para esa gente será imposible ver con buenos ojos esta cinta, de igual modo Luna Nueva o las otras de La Saga. No digo que esta sea «una obra de arte» infravalorada, porque el éxito de taquilla demuestra que tuvo una gran repercusión en el público, solamente intuyo que, la incontable cantidad de malas críticas «serias» (con las que me he tropezado), se rigen, mas allá de la calidad, a los parámetros de verosimilitud que ya no se ajustan a las expectativas de esos ‘ críticos’ , casualmente todos mayores de 20.
Particularmente, quizás me entretuvo el fenómeno cinematográfico Crepúsculo (vi todas las películas) porque, sigo creyendo en algunas cosas «tontas» en mi treintena, la edad no es un fenómeno cronológico, la edad es un conjunto de ideas y apreciaciones personales. Quizás mentalmente tengo 13, y esa adolescente que vive en mí, le encanta La Saga, porque quiere ser eterna, porque cree en la magia, porque quiere amar y vivir para siempre como en la canción de Fama…
Luisa Ugueto Liendo: Comentarista de Cine, Lic en Letras, buscando espacios para escribir. ¿Mi sueño? Ganarme la vida escribiendo, escribir en impresos… Escucho ofertas…