Esta Tierra nuestra, exuberante y lujuriosa, que acido el paraíso terrenal de los Venezolanos, tiene en sus frutas un símbolo de su riqueza. Como país tropical nos caracterizamos por la variedad y diversidad de seres vivos. Las multiplicidades de plantas y animales siempre han constituido una base de recursos que patrimonio ambiental de nuestros pueblos originarios, de esa riqueza que, transmitida de generación en generación, es base de nuestra existencia como nación.
Crece en elevaciones bajas a medianas hasta los 1000 msnm, con climas secos o húmedos con precipitaciones de 750 a 2500 mm, y requiere una estación seca marcada para florecer y producir de manera satisfactoria. Puede tolerar heladas. Crece en una amplia variedad de suelos, pero prefiere suelos profundos, fértiles, de origen calcáreo. Prospera incluso en suelos empobrecidos, tanto que se ha utilizado en Colombia para recuperación de suelos degradados, y crece espontáneamente en sitios secos costeros. A comienzos de la estación húmeda produce panículas de pequeñas florecillas blancas o verdes, muy fragantes. Es hermafrodita, produciendo flores masculinas, femeninas y ocasionalmente bisexuales.
Todo el año es temporada en especial de marzo a agosto Es sensible a las sequías y heladas, por lo que se cultiva raramente fuera de su hábitat natural, donde se da de manera silvestre. Existe una especie cuya cáscara es color amarillo y pulpa de color marfil muy dulce más pequeña llamada cotoperiz o cotoperí (Talisia oliviformis). El uso principal son sus frutos, que se consumen frescos o se hacen conservas y frutas enlatadas, principalmente en América Central y del Sur. En Colombia y Venezuela, por ejemplo, se consume fresco e incluso se utiliza para preparar bebidas refrescantes enlatadas. El fruto, además de ser dulce y de sabor vinoso es de un color amarillo salmón y produce un tinte firme, aunque casi no es empleado para tal fin. La almendra tostada se parece a la del marañón y es muy apetecida por los niños. Con la pulpa se puede preparar cerveza o aguardiente.
Los indígenas del Orinoco consumen la semilla cocinada como sustituto de la yuca. En Nicaragua las semillas se muelen con todo y pulpa luego se hacen en horchata para curar los parásitos en los niños. O bien, se usa en refresco, postres, helados y conservas. A pesar de que el uso como frutal es el principal, la madera de este árbol es de buen diámetro y apta para obras de construcción y carpintería general. En Colombia incluso se emplea en obras finas de ebanistería. Sin embargo, se ha de usar en interiores pues no es una madera durable. Es blanco amarillenta, compacta y medianamente pesada (0.61), de grano fino y bonito aspecto. También tiene usos en medicina tradicional. La bebida de la decocción de la hoja con sal se usa para desórdenes nerviosos y fiebres. Las gárgaras con el jugo de la hoja macerado se emplean para dolor e infecciones de garganta.
Con la semilla tostada y molida se hace un jarabe o té que se toma para la diarrea. En Venezuela, se utiliza para este mismo fin mezclado con miel de abeja. En Panamá, las hojas son esparcidas en casas donde hay muchas pulgas, y se dice que estas son atraídas por las hojas, que luego son arrojadas fuera de la casa. Algunos creen que las hojas en realidad matan las pulgas y ahuyentan a los murciélagos. Las flores son ricas en néctar y apreciadas por colibríes y abejas. La miel producida es algo oscura pero de agradable sabor.
Colaborador de Correo Cultural
Kanobosur