Enmarcado en el Sexto Encuentro Mundial de Arte Corporal a presentarse del 17 al 20 de noviembre, en el eje del vivir bien (Teatro Teresa Carreño, UNEARTE, museos de Bellas Artes y Arte Contemporáneo y Plaza de los Museos) la artista, forista y cocinera Berta Cova traerá este año varias propuestas para su arte de cabello.
«Esta exposición tendrá una diversidad de peinados, pero su principal exhibición será el modelo Moco – Moco, inspirado en la planta de homónimo nombre que tiene un gran parecido al Pino Bobo», así afirmó esta creadora.
Con más de 36 años de experiencia en el arte de cabello, Cova manifiesta que sus modelos nacen mientras se encuentra inspirada peinando, entonces reforma el peinado y bautiza su obra. Algunos de sus trabajos son Trenzado del pelo, Caribe, Los Moños, El Moco – Moco y la Corona de Sayalero, inspirada en la primera Miss Universo venezolana.
Cova, además de ser artista de cabello, actividad con la que ha recorrido varios estados del país, dicta talleres sobre los valores culturales del trenzado, de los bailes autóctonos venezolanos, así como de remedios botánicos y naturales, representando con esto, cinco veces a Sucre, su estado natal, en distintos lugares de Venezuela.
Así mismo, esta nativa del estado Sucre, quien también es cocinera, representó su región en el Primer Festival Gastronómico de los Sabores del Mundo con los platos Machucao y Que me mato.
En este Sexto Encuentro Mundial de Arte Corporal, la artista pretende además de exhibir sus peinados, invitar al público a dejarse crear obras sobre su cabello e incluso enseñarles valores de autoreconocimiento comunitario y personal, elementos estéticos femeninos y masculinos propios de la identidad que nos precede por nuestras múltiples cosmogonías.
La localidad origen de Cova, es Campoma, en el estado Sucre, tierra poblada por originarios de negros cimarrones, mambises y rebeldes. Territorio de oprimidos, con sangre de africanos y de indios, con cicatrices de esclavitud, ontología no apta para pensar en acicalamientos, sitio donde las mujeres llevaban pañoletas para ocultar la fealdad de sus cabellos descuidados, mientras intentaban en vano borrar sus signos de negritud con alisados en sus melenas.
Es decir, el estigma del etnorracismo. Es entonces, esta la razón por la que la artista, lucha por hacer lucir la moda de los peinados étnicos estilizando la belleza de la negritud.
Fuente: Teresa Quilez.