Inauguración Domingo 10 de Abril de 2011 Galeria ARTEPUY Caracas
Obra de Corina Briceño
Encuentros y Transparencias en la obra reciente de Corina Briceño
Diríase que, aterrado, el fotógrafo debe luchar
tremendamente para que la fotografía no sea la muerte.(…)
En el fondo, a lo que tiendo en la foto que toman de mí,(…)
es a la muerte: la muerte es el eidos de esa foto.
Roland Barthes
En su libro Sol negro, depresión y melancolía, Julia Kristeva expone una detallada investigación acerca de los procesos melancólicos como aquellos mecanismos que
Desatan en el sujeto frente a la pérdida de un algo que no se sabe exactamente qué es. Ese “algo”, esa “cosa” pérdida viene a convertirse en una especie de mundo desalojado que inunda al individuo, mundo de la nada frente al cual tan sólo la reelaboración simbólica que propone el arte, es quizás, la única salida. Así mismo, la fotografía como proceso fantasmático comporta para Roland Barthes un ejercicio dual de ausencias y emanaciones, linderos de una especie de muerte tan sólo superada y confirmada por la materialización volátil, en la foto, de esa ausencia-presencia que ya no está.
Entre las vertientes que dibujan estas reflexiones, se desarrolla una parte de la producción actual de la artista Corina Briceño. Nuevos derroteros de la imagen la han llevado a explorar otros formatos, luego de una trayectoria cuyos inicios se remontan a mediados de los años setenta y donde destacan varias condecoraciones por su labor creativa así como un interés particular en las técnicas gráficas, la pintura y el dibujo. En este caso, la fotografía y el video insertan como estrategias principales de ese conjunto de reflexiones que componen la esencia de su propuesta: revelar los vircuetos del desvanecimiento de otro y manifestar la ausencia, no como la contundencia de una nada irrefutable sino como esa entelequia que se devana tras la evaporación de la propia estampa, cediendo paso a las formas de lo sugerido que intentan nombrar aquello que no existe. A través del dibujo y la pintura profundiza en las trampas de la perspectiva y los matices, fragmentos de una apariencia que penetra silenciosa en el soporte; con el video y la fotografía dilata posibilidades de esos artificios discursivos y entreteje los desplazamientos efímeros de la luz y el sonido. En ambas iniciativas formales, intercala y superpone posibilidades de la sombra y el movimiento, dejando que la hibridez y el ritmo hablen de aquello que está y no está, de aquello que es y no es. Transparencias de una pérdida que regresa, cadencia de un desalojo que permanece gracias a la obra; allí, desde el extraño encuentro que ha generado su propia expiración
Lorena González.
Dossier No. 32 / Galería ARTEPUY.
LAS VELADURAS DE LA MEMORIA EN LA OBRA DE CORINA BRICEÑO
…Es, pues, evidente que la memoria corresponde a aquella parte del alma a que también pertenece la imaginación: todas las cosas que son imaginables son esencialmente objetos de la memoria….
De la Memoria y el Recuerdo – Aristóteles
La manera de cómo se sacraliza el recuerdo y se establece el olvido, resulta ser un componente significativo en el más reciente trabajo de Corina Briceño (Caracas) quien desde hace algunos años, incluye en su proceso creativo elementos plásticos que sugieren la evocación de realidades o situaciones personales, valiéndose del contexto de la naturaleza. Ya desde mediados de la década de los años setenta, Briceño plasmaba en su obra la integración del hombre con su entorno, como producto de sus frecuentes incursiones a la selva amazónica, en un proceso de investigación y acercamiento a las diversas comunidades indígenas. La figura en medio de paisajes imaginarios, aparecía como un referente de esos periplos.
Posteriormente, la palabra como símbolo pertinente al ser humano tomó importancia dentro del discurso plástico en un intento por interrumpir el paisaje y tomar el espacio. En algunos de sus trabajos, la grafía -manuscrita- va disipándose para dar paso a la mancha blancuzca, brumosa. Paralelamente, ha sido cada vez más recurrente el descuido de la figura, el desvanecimiento de la imagen en medio de la niebla pastosa del material trabajado sobre el lienzo; capa sobre capa, textura sobre textura, Briceño “esconde”, difumina sus personajes como si de un recuerdo impreciso en la memoria, se tratase. Viene el olvido, el vacío, sólo queda la vaguedad de la remembranza. En la serie Variaciones de un tema, la artista deconstruye lo que previamente ha dibujado tan minuciosamente, haciendo que esa presencia que antes estuvo en el cuadro se desvanezca, en un intento por llevar al lenguaje plástico, lo que Aristóteles denomina la facultad sensitiva primaria, que no es otra, que el proceso de recordar lo ya visto, desde el reducto de la memoria.
Los dibujos en tinta negra sobre papel de algodón, se entrelazan con elementos lineales en una suerte de contradanza entre la gestualidad del trazo y la rigidez de la línea. En oportunidades, la aguada va matizando los claroscuros, en acertada valoración de grises.
La imagen fotográfica en la obra de Corina Briceño no escapa a este intento evocador. A través de una mirada acuciosa y cercana al objeto de estudio, se aproxima casi científicamente a las estructuras de la propia naturaleza, en su afán por descubrir más allá de lo visible. Las gotas de rocío, las líneas trazadas por el ramaje, las sombras y los contrastes de luz como elemento compositivo, ponen de manifiesto el interés de la artista por traducir visualmente al espectador, toda una trama de vida que se va gestando en los órdenes más pequeños, menos apreciados quizás, por el trajinar de la cotidianidad. Briceño comenta:
Las fotografías tienen un instante preciso, de allí que aparecen las gotas, detalles. Sin embargo hay un factor sorpresa de lo que percibo en el instante, que a veces al ser revelado se muestra con mayor claridad.
La artista, consciente de las enormes posibilidades expresivas de los nuevos medios, no duda en valerse de los mismos para dar vida a su instalación -proyección de video sobre pintura- con la intención de comunicar al espectador, un proceso de decantamiento y madurez traducido en la superposición de imágenes en movimiento sobre una tela en gran formato.
La obra reciente de Corina Briceño abre un espacio de reflexión; un lugar de encuentros entre la diversidad del lenguaje plástico y la síntesis de todo un proceso de creación que condensa la historia de vida de la propia artista.
Lieska Husband de Hernández
Abril de 2011