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El problema del mal, adaptación del capítulo 6 de Elizabeth Costello de J. M. Coetzee, llega al CNA el 27 y 28 de agosto en la Sala Fanny Mikey.
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Un teatro-ensayo dirigido por Adela Donadio que confronta al público con los dilemas éticos de narrar el horror histórico y la representación del mal.
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Con Rosario Jaramillo, Brunilda Zapata y Carlos Mariño, la puesta en escena convierte la palabra en experiencia y abre una conversación sobre memoria, verdad y responsabilidad.
Los próximos 27 y 28 de agosto a las 7:30 p.m., la Sala Fanny Mikey del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella (CNA) recibirá el estreno en Bogotá de El problema del mal, una adaptación escénica de la novela-ensayo Elizabeth Costello de J. M. Coetzee, Premio Nobel de Literatura. La obra es dirigida por Adela Donadio y producida por AbraTeatro, con las actuaciones de Rosario Jaramillo, Brunilda Zapata y Carlos Mariño.
Una pregunta que incomoda: ¿se puede narrar todo?
La puesta en escena parte de una premisa provocadora: ¿existen límites para contar el horror? A través de un formato sobrio y potente —una mesa, tres voces y un auditorio—, la obra confronta al espectador con los dilemas morales de narrar el mal en la historia y la memoria colectiva.
En El problema del mal, seguimos a una escritora invitada a dar una conferencia sobre el tema. Sus argumentos se debaten entre la libertad artística y la responsabilidad ética, mientras cuestiona la representación minuciosa de ciertas atrocidades históricas. ¿Cuándo un relato ilumina la memoria y cuándo, por su detalle, roza lo obsceno o el voyeurismo? El montaje traslada estas preguntas a la escena, invitando al público a tomar posición.
De Coetzee a la escena
El texto original pertenece al capítulo 6 de Elizabeth Costello, novela publicada en 2003 por el escritor sudafricano J. M. Coetzee, uno de los grandes referentes de la literatura contemporánea. La obra de Coetzee se caracteriza por un rigor moral que atraviesa toda su narrativa, en la que examina temas como la violencia, la culpa, la injusticia y el poder.
Elizabeth Costello está estructurada en ocho “lecciones” o conferencias ficticias, a medio camino entre el ensayo filosófico y la ficción narrativa. En cada una, la protagonista —una escritora australiana de renombre internacional— se enfrenta a un auditorio y despliega reflexiones que incomodan, desarman certezas y exigen criterio. El capítulo 6, “El problema del mal”, es quizás el más perturbador de todos, pues interroga directamente la ética de representar el sufrimiento humano.
Coetzee, doble ganador del Premio Booker (1983 y 1999) y Nobel de Literatura en 2003, es reconocido por novelas como Desgracia (Disgrace), Vida y época de Michael K, Esperando a los bárbaros y La edad de hierro. Su escritura se distingue por la claridad estilística y la precisión moral, rasgos que convierten su obra en un punto de referencia para reflexionar sobre la condición humana y la representación de la violencia.
Una directora con mirada aguda
La adaptación y dirección de Adela Donadio da a la obra un carácter de teatro-ensayo, en el que la palabra es la protagonista. Donadio es una reconocida directora y docente colombiana con amplia trayectoria en la Casa del Teatro Nacional y en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB). Su trabajo se ha caracterizado por montajes que privilegian la densidad del texto, la cercanía con el espectador y una reflexión crítica sobre la realidad social y cultural del país.
En El problema del mal, Donadio propone un montaje sobrio y agudo: tres intérpretes en torno a una mesa de conferencia, acompañados por un soporte visual que amplifica las ideas. Sin artificios, la acción se concentra en la palabra, que se convierte en herramienta de reflexión, en filo de ironía y en detonante de la conciencia crítica.
Elenco y propuesta escénica
La puesta en escena cuenta con la participación de Rosario Jaramillo, Brunilda Zapata y Carlos Mariño, quienes encarnan distintas voces y posturas que ponen en tensión al espectador. El resultado es un espacio donde la lectura se transforma en experiencia y la conciencia en escenario.
Lejos de ofrecer respuestas definitivas, la obra plantea dilemas abiertos: cómo mirar, qué contar y hasta dónde hacerlo. En un país como Colombia, que sigue tramitando memorias de guerra y violencias presentes, esta pregunta cobra especial relevancia. La obra invita a pensar en los relatos que dignifican la memoria frente a aquellos que, por su exceso, pueden derivar en la banalización del dolor o en la complicidad de quien observa.
Por qué verla
El problema del mal no es solo una puesta en escena: es una conversación pública sobre memoria, verdad y representación. En tiempos donde el dolor colectivo corre el riesgo de convertirse en consumo cultural o espectáculo, la obra nos recuerda que el público también decide hasta dónde mirar y qué relatos sostener.
Funciones
27 y 28 de agosto de 2025
7:30 p.m.
Sala Fanny Mikey – Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella
Entradas en TuBoleta
Más información: eneldelia.gov.co
Bogotá D.C. Colombia
Agosto, 2025