Carlos Fernández – Algo de Proximidad.
Entre el monte y el jardín, Carlos Fernández construye un diálogo íntimo con la naturaleza. Su obra surge de caminar y observar, de una relación directa con el entorno que lo rodea. En Algo de Proximidad, cada lienzo es un fragmento de ese recorrido: plantas, cultivos y árboles que, lejos de ser simples motivos, se revelan como presencias vivas. Una invitación a detenerse, a mirar de cerca y a reconocer que también habitamos en compañía de otras especies.
Carlos Fernández habita y trabaja en las montañas del sur de San José, Costa Rica, un territorio donde la vegetación no es un telón de fondo, sino un interlocutor constante. Su pintura nace de una relación física con el paisaje, de caminar, de observar, de detenerse en lo diminuto. Cada una de sus obras es la huella de ese tránsito, una traducción visual de lo que la mirada cosecha en el monte, el jardín o la huerta.
En sus pinturas, ejecutadas con acrílico, arcilla y grafito, el artista despliega un registro que se mueve entre la observación botánica y la abstracción poética. Hay una economía deliberada en su uso del color, donde destacan las gamas terrosas, los amarillos pálidos, los verdes contenidos o cielos de un azul limpio. Esa sobriedad cromática concentra la atención en las formas y las texturas, y a la vez transmite la atmósfera de luz filtrada que caracteriza a la región. Los vacíos cuidadosamente dejados sugieren tanto la fragilidad como la persistencia de la naturaleza. Las superficies, combinan capas de color plano con zonas de dibujo abierto, como si el acto de pintar fuera también un acto de dejar respirar al soporte, permitiendo que la tela y su textura dialoguen con la imagen.
Las composiciones alternan la frontalidad de la observación directa con la apertura de horizontes despejados. En las piezas de gran formato, como las que representan el árbol aislado o el campo cultivado, el espacio parece expandirse hacia el espectador, invitándolo a entrar en un territorio sin bordes precisos. En las obras más pequeñas, donde las plantas aparecen en macetas o recortadas sobre fondos terrosos y ocres, el foco se desplaza hacia la intimidad, y lo doméstico se revela como otra forma de paisaje.
El concepto de “proximidad” que articula esta muestra no se limita a la cercanía física con los motivos. Es también una proximidad afectiva y ética: estar junto a otras especies, reconocerlas como vecinas y no como objetos de uso. Fernández nos recuerda que las malezas, los cultivos y los árboles que encontramos en el camino son parte de una trama de relaciones que nos sostiene, una trama que en sus lienzos se vuelve visible, no como una ilustración literal, sino como una presencia viva. En un tiempo donde la velocidad y la distancia parecen dominar, Algo de Proximidad propone la pausa y el encuentro: mirar una planta, un campo o un árbol como un mundo en sí mismo, una presencia que se manifiesta en cada línea y en cada vacío. En definitiva, Carlos Fernández nos invita a caminar con él, no solo para ver lo que ve, sino para aprender a ver desde el lugar que habitamos.
Carlos Fernández – Something of Proximity
Between the wild growth and the garden, Carlos Fernández builds an intimate dialogue with nature. His work emerges from walking and observing, from a direct relationship with the surrounding environment. In Something of Proximity, each canvas is a fragment of that journey: plants, crops, and trees that, far from being mere motifs, reveal themselves as living presences. The show is an invitation to pause, to look closely, and to recognize that we, too, live in the company of other species.
Carlos Fernández lives and works in the southern mountains of San José, Costa Rica, a territory where vegetation is not a backdrop but a constant interlocutor. His paintings are born from a physical relationship with the landscape, after walking, observing and stopping to dwell on the minute. Each of his works is the trace of that passage, turned into a visual translation of what the eye gathers in the wild, the garden, or the orchard.
In his paintings, executed in acrylic, clay, and graphite, the artist moves between botanical observation and poetic abstraction. There is a deliberate economy in his use of color, where earthy tones, pale yellows, muted greens, and clear blue skies stand out. This chromatic restraint focuses attention on forms and textures, while also conveying the filtered light that characterizes the region. While the carefully preserved voids suggest both the fragility and the persistence of nature. The surfaces combine planes of solid color with areas of open drawing, as if the act of painting were also an act of letting the support breathe, allowing the canvas and its texture to dialogue with the image.
His compositions alternate between the frontality of direct observation and the openness of unbounded horizons. In the large-format works—those depicting a solitary tree or cultivated field—the space seems to expand toward the viewer, inviting him to enter into a territory without precise borders. In the smaller pieces, where plants appear in pots or cropped against earthy and ochre backgrounds, the focus shifts toward intimacy, and the domestic reveals itself as another form of landscape.
The concept of “proximity” that frames this exhibition goes beyond the physical closeness to its subjects. It is also an affective and ethical proximity, that invites the viewer to be alongside other species, to recognize them as neighbors rather than objects of use. Fernández reminds us that weeds, crops, and trees we encounter along the way are part of a web of relationships that sustains us—a web that, in his paintings, becomes visible not as a literal illustration, but as a living presence. In a time when speed and distance seem to prevail, “Something of Proximity” proposes pause and encounter: to look at a plant, a field, or a tree as a world in itself, a manifest presence in every line and every void. Ultimately, Carlos Fernández invites us to walk alongside him, not only to see what he sees, but to learn to see from the place we inhabit.
Cesar Sasson
Magíster en Curaduría de Arte
coleccionsasson@gmail.com
@coleccionsasson
Ciudad de Panamá – Panamá
Junio 2025