Por: @francomendozaphoto / www.correocultural.com
En tan solo un minuto y medio, el tráiler de “La ciénaga, entre el mar y la tierra” logra tocar el corazón. Es como si una voz susurrara una verdad que rara vez se menciona. Esta película no es como las que suelen retratar a Colombia a través del narcotráfico o la comedia fácil: aquí hay silencio, poesía, cuidado. Una historia que se narra desde los detalles, desde el amor.
Ambientada en los palafitos de una comunidad a orillas de la ciénaga, entre dos ciudades, el paisaje parece detenido en el tiempo. Entre lo cotidiano y lo simbólico, un caballito de madera resiste los años como testigo silente del paso del tiempo. Allí, entre lo escaso y lo esencial, habita Alberto, (Manolo Cruz) un hombre confinado a una cama por una enfermedad neurodegenerativa. Junto a él, su madre, (VickyHernández) cuidadora abnegada, convierte cada gesto en un acto de amor.
Manolo Cruz
VickyHernández
Y, sin embargo, la vida no se detiene. Alberto (Manolo Cruz) encuentra en la pintura una forma de expresión que lo conecta con el mundo. Como la fotografía de la película, su arte no necesita explicaciones: simplemente conmueve. El sueño de conocer el mar –ese mar que no cabe en una hoja ni en los ojos– se convierte en el motor poético de esta historia.
A su alrededor, otros personajes le dan forma a la realidad: las compras del día, las facturas por pagar, los vínculos tejidos entre miradas, gestos, y silencios. Todo está contado con delicadeza, como escenas que lentamente construyen el desenlace de una historia profundamente humana.
«La ciénaga, entre el mar y la tierra» es una película sobre el amor en todas sus formas. El amor que se expresa en un suspiro, en una caricia, en la risa compartida entre madre e hijo. El amor que no necesita promesas, solo presencia. La luz —cuidada al detalle— nos lleva a los momentos íntimos, donde no hay artificios, solo verdad.
Viviana Serna
Se destaca especialmente el personaje de Giselle (Viviana Serna), una joven de bondad infinita que nos recuerda que sí, todavía hay gente buena en el mundo, y vale la pena escucharla.
Jorge Cao
Y por supuesto el actor Jorge Cao interpreta a un personaje clave en la trama, Su personaje es descrito como el único dueño de la energía eléctrica en la zona, lo que lo convierte en una figura de poder dentro de la comunidad palafítica donde se desarrolla la historia. Este rol es fundamental, ya que el protagonista, Alberto, (Manolo Cruz) depende de un respirador artificial que requiere electricidad constante para su funcionamiento.
Mile Vergara
Y asi como el papel de Rosa (Mile Vergara) parte de un triangulo amoroso que sucita interrogantes de una relacion que para el presente poco vale ya.
LA CIÉNAGA, ENTRE EL MAR Y LA TIERRA
Sinopsis
Alberto Navarro es un hombre de 28 años que vive en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Allí ha tenido que aprender a vivir estando encerrado en un cuerpo que no acepta órdenes,consecuencia de la distonía, enfermedad que no solo inhibe su movimiento autónomo, sino que lo mantiene conectado tiempo completo a un respirador artificial. Su madre trabaja como pescadora y con su vieja máquina de coser para poder llevar el sustento diario y comprarle las medicinas a su hijo, procurando así que a él no le falte nada… ¡PERO LE FALTA TODO! Un día, Alberto toma la decisión de ir al mar y convence a su madre que lo lleve para verlo con sus propios ojos. Consciente de que esta es de las pocas cosas que su hijo le ha pedido en la vida, la madre acepta sin sospechar que lo único que él quiere es escapar desesperadamente de la ciénaga en que la vida lo puso.
Hay que recordar que La Ciénaga ganó 3 Premios en el SUNDANCE FILM FESTIVAL, el festival cinematográfico independiente más importante del mundo: Premio especial del Jurado a Mejor Actriz Vicky Hernández, Mejor Actor Manolo Cruz (Siendo los dos premios más importantes que por actuación en cine ha recibido Colombia)
Es una película que hay que ver con atención. Como un buen libro o una canción que se vuelve parte del soundtrack de nuestras vidas, esta historia nos deja una huella profunda. Nos invita a mirar hacia dentro y a preguntarnos: ¿cuáles son los límites del amor?
Bogotá D.C. Colombia
Mayo, 2025