Abogado tachirense esculpe a la Dama de la Justicia
Con manos firmes y mirada de artista, el abogado y escultor tachirense José Corzo continúa consolidando un legado artístico que trasciende el mármol y la ley. Con 39 años de trayectoria como escultor autodidacta, Corzo ha sabido combinar su vocación jurídica con una profunda sensibilidad estética que hoy se expresa con fuerza en su obra más reciente: La Dama de la Justicia.
Esta escultura, realizada en el año 2024, representa un nuevo hito en su carrera. Hecha en marmolina, una mezcla que permite acabados similares al mármol, la obra tiene unas dimensiones de 1,13 metros de alto por 0,99 y 0,39 centímetros en su base. Más allá de sus medidas, se impone por su sobriedad, proporción y fuerza simbólica.
“Busco transmitir el equilibrio, la templanza y la justicia desde la figura femenina, con un lenguaje clásico pero profundamente emocional”, expresó Corzo. La Dama de la Justicia se distingue por sus proporciones anatómicas precisas y su impecable acabado, una constante en su obra que ha sido comparada con los monumentos del Cementerio Municipal de La Ermita, donde también ha dejado su huella.
A lo largo de su carrera, sus esculturas han sido adquiridas por coleccionistas privados, tanto locales como internacionales. Entre los más destacados se encuentran la familia Lorenzo y el Hotel Castillo de la Fantasía, quienes han confiado en el talento de Corzo para embellecer sus espacios con piezas únicas.
Además, su generosidad ha sido evidente en numerosas donaciones a instituciones públicas y privadas. Obras suyas han sido entregadas al Diario La Nación, el Museo de Artes Visuales y del Espacio (MAVET), el Club de Leones, y el Consejo Municipal de San Cristóbal, donde su escultura de un nicho monolítico formó parte de la plaza Arístides Garbiras hasta su reciente remodelación.
Corzo combina su práctica artística con una sólida formación académica. Es abogado, con estudios de especialización en gestión judicial, maestría en derecho procesal penal en la Universidad de Los Andes (ULA), y actualmente cursa un doctorado en pedagogía. Esta preparación ha influido en su visión crítica del arte y la sociedad, aunque por momentos ha implicado una pausa en su producción escultórica.
“Siempre he buscado integrar la ética del derecho con la estética del arte. Para mí, es un acto de justicia crear belleza, preservar la memoria y aportar al espacio público”, señaló el escultor, quien ve su labor como una forma de compromiso con la ciudad y sus habitantes.
Su taller se encuentra ubicado en la carrera 9 entre calles 11 y 12 de San Cristóbal, un espacio en el que se respira historia y pasión por la escultura. Allí trabaja en la creación de nuevas obras, restauración de piezas patrimoniales y conservación de monumentos, oficios que domina con igual maestría.
En 1998, Corzo tuvo una muestra individual en el MAVET del Centro Cívico, y ha participado en diversas exposiciones colectivas en salones y galerías de arte. Su propuesta se caracteriza por un estilo neoclásico, con un enfoque en la figura humana, el simbolismo y la memoria urbana.
Para conocer más de su trabajo, el público puede seguirlo a través de su cuenta de Instagram: @josecorzo_escultor, donde comparte fotografías de sus obras, procesos de restauración y reflexiones sobre el arte y la cultura.
En tiempos donde la justicia suele ser representada en abstracciones frías, Corzo decide esculpirla con alma. La Dama de la Justicia es testimonio de una vocación doble: la de quien defiende el derecho con argumentos y la de quien esculpe la verdad en piedra.
La obra está disponible para exposición o adquisición, y representa un símbolo de la perseverancia creativa de un artista que no ha dejado de cincelar, con martillo y cincel, su visión del mundo.
San Cristobal, Venezuela
Mayo, 2025