Ernesto Costante es un fotógrafo venezolano cuya trayectoria ha sido marcada por una profunda coherencia entre su vida, su mirada y su obra. Su trabajo ha trascendido fronteras, figurando en espacios de renombre como el Reina Sofía y el MoMA, aunque él aclara que no fueron exposiciones, sino que su libro Black forma parte de sus bibliotecas. A lo largo de la entrevista, Costante comparte su recorrido vital en la fotografía, sus inquietudes formativas, su perspectiva sobre lo documental, el proceso de creación de su fotolibro y su visión del acto fotográfico como un gesto íntimo y reflexivo.
El origen familiar y el inicio en la fotografía
Costante llega a la fotografía desde la experiencia cotidiana: su casa estaba impregnada de teatro, cultura e imagen. Hijo de una familia vinculada a las artes escénicas, recuerda su infancia rodeada de fotógrafos. Fue en 1996 cuando formalizó su camino con Roberto Mata, en la época en que la escuela era solo una pequeña casa en Chacao. A partir de entonces, comenzó una formación meticulosa, no solo técnica sino también ética y sensible.
El contacto con figuras como Ricardo Jiménez y Ricardo Armas, dos pilares de la fotografía venezolana, le ayudó a moldear su pensamiento crítico y su aproximación reflexiva a la imagen. Costante siempre ha preferido la palabra «fotógrafo» a «artista», asumiendo el oficio con humildad y claridad de propósito.
Enseñar y aprender: el taller como espacio de comunidad
Costante es hoy una de las figuras clave en la Escuela de Fotografía de Roberto Mata, donde además de enseñar, ha impulsado el regreso de la fotografía analógica. Contra toda lógica comercial o tecnológica, lidera uno de los talleres más exitosos de la escuela, que ha sido recibido con entusiasmo, sobre todo por jóvenes. Este fenómeno, lejos de responder a la nostalgia, se debe a la búsqueda de una experiencia más profunda y pausada con la imagen.
La fotografía analógica enseña, según Costante, una conciencia del disparo: la idea de que cada foto cuenta, de que hay que pensar antes de apretar el obturador. Para él, esta formación aporta rigor y claridad comunicativa incluso a quienes se mueven luego en lo digital.
La intención comunicativa y la urgencia íntima
Costante distingue entre tener intención de comunicar y sentir una urgencia interior. En sus trabajos de largo aliento, no piensa en el espectador sino en sí mismo. Trabaja por necesidad, por impulso íntimo. Si luego el proyecto encuentra público, libros o exposiciones, es una consecuencia, no el objetivo.
Esta visión lo lleva a construir proyectos con lentitud, madurez y profundidad. No le interesa el impacto inmediato, sino el sentido de la imagen en el tiempo. Para él, el fotógrafo es un coleccionista de nostalgias, un resistente contra el olvido.
El proceso de trabajo documental
Costante se define como fotógrafo documental, aunque reconoce que esa es solo una etiqueta. Ha trabajado temas de salud infantil, trasplantes hepáticos y otras realidades vulnerables. Pero su metodología no empieza con la cámara: comienza con la escucha.
En lugar de irrumpir con la cámara en espacios frágiles, se sienta, conversa, toma notas. Busca generar confianza. “La cámara es una invitada intrusa”, dice. El trabajo real empieza cuando el miedo a la cámara desaparece. Y eso puede tomar meses o años.
Su ética documental se basa en la paciencia, el respeto y la reflexión. Costante no busca el drama ni la espectacularidad; busca comprender y compartir.
Black: un viaje personal en la oscuridad
Black, su fotolibro más conocido, nació sin plan. Durante diez años fotografió diversas realidades relacionadas con la fe, el dolor y la exclusión. Desde niños hospitalizados hasta personas adictas a la heroína, sus imágenes capturan un país roto, pero también la fortaleza espiritual de sus habitantes.
El hilo conductor del libro es la palabra «fe», que encontró repetidamente en los testimonios de padres, enfermos y adictos. Más allá de lo religioso, esa fe era una búsqueda de salvación personal. El trabajo no fue concebido con una estructura previa; fue en la pandemia, al detenerse y revisar sus imágenes, cuando comprendió lo que había hecho.
Con la ayuda de editores como Ricardo Jiménez y diseñadores como Gisela Viloria, el libro tomó forma. Lo presentó en París Photo y su recorrido fue sorprendente: llegó a manos del director de la
editorial RM, quien decidió distribuirlo en Europa. Así, el azar y la constancia llevaron su obra a las bibliotecas del Reina Sofía y el MoMA.
La escuela como espacio de exploración
Desde su rol como director académico de la escuela de Roberto Mata, Costante promueve una formación integral, donde la técnica es solo una parte del camino. Cree en escuchar al alumno, en entender qué quiere decir y cómo quiere decirlo.
Ha impulsado talleres de palabra y fotografía, de videografía, de exploración analógica. Apuesta por una educación visual que no repita moldes, sino que potencie voces propias. Para él, lo esencial en un fotógrafo es la curiosidad.
El cierre de un proyecto y el duelo visual
Costante cierra sus proyectos como quien cierra una relación. Llega un momento en el que dice “ya no más”, cuando el cuerpo o la mente ya no pueden seguir. Ese acto de clausura, dice, es un ejercicio contra el ego y a favor de la honestidad.
Black fue para él un exorcismo, un proceso doloroso pero necesario. Hoy no abre el libro, no lo revisa, no lo habita. Ya no es suyo. Ya es del mundo.
El futuro y la obsesión contra el olvido
Actualmente trabaja en un nuevo proyecto, todavía en sus inicios, donde ha podido hacer pocas fotos debido a los accesos complejos. Lo compara con la pesca: se necesita paciencia. Y como todo su trabajo, parte de una necesidad interna.
Para Costante, la fotografía es una lucha contra el olvido. Una manera de testimoniar que algo ocurrió, que alguien existió. Esa obsesión, esa terquedad, es su motor. Como él mismo dice, “si la fotografía no sirve para salvarte, no sirve para nada”.
No te pierdas la entrevista completa con Ernesto Costante en el canal de YouTube Notas Fotográficas, un espacio para conocer a fondo a los protagonistas de la imagen en Venezuela, bajo la conducción del profesor José Ramón Briceño.
Canal de YouTube: https://www.youtube.com/@jbdiwan
Instagram: @jbdiwan
Blog: Clasesdfoto.blogspot.com
VENEZUELA
Mayo, 2025