Más Allá de lo Visible: Yuichi Kojima y la Poética de lo Inasible
En las pinturas de Yuichi Kojima resuena una nostalgia que trasciende fronteras. A través de paisajes y retratos cargados de melancolía, este artista japonés nos invita a explorar un tiempo suspendido, un espacio donde los recuerdos viven y respiran como ecos. Sus obras no cuentan historias lineales; en cambio, construyen un universo emocional que conecta culturas y sensibilidades, entretejiendo el pasado y el presente en una atmósfera de profunda humanidad.
SAGANO CEDARS 2018
Yuichi Kojima
En el vasto mar de imágenes y palabras que pueblan Instagram, como un susurro entre las olas aparecieron las imágenes del artista japonés Yuichi Kojima, las cuales no solamente me atraparon a la primera mirada, sino que en ellas encontré una conexión inesperada.
Son obras evocan una atmósfera de profunda melancolía y nostalgia que nos transporta a paisajes internos, donde el tiempo parece fluir de manera distinta y el espacio adquiere una cualidad emocional más que física. La poética contenida en ellas trasciende la representación inmediata para adentrar al espectador en el terreno de lo emocional, invitándolo a sentir antes que a observar.
Esta experiencia me recordó el mundo creado por Juan Rulfo en su novela Pedro Páramo, en la que los recuerdos y las voces de los habitantes de Comala resuenan como ecos de un pasado. Del mismo modo, cada pincelada y cada trazo de Yuichi Kojima parecen murmurar desde un lugar fuera del tiempo, como si su obra estuviera compuesta no solo de pintura, sino también de memoria.
NIÑO 2024 OLEO SOBRE TELA
Yuichi Kojima
El uso del color y las texturas en sus obras se convierte en un lenguaje propio que captura el espacio y el tiempo sugiriendo una temporalidad que se expande más allá de lo concreto, para permanecer viva en la memoria. Aquí, los paisajes no son solo paisajes, ni las figuras solo figuras; son fragmentos de una nostalgia que trasciende culturas y fronteras, conectando, desde la sutileza, la milenaria sensibilidad de la cultura japonesa con la universalidad de lo humano como un todo. Esto permite a Kojima no contarnos una historia lineal, sino por el contrario sumergirnos en cada una de sus obras en un instante dilatado, donde el pasado sigue respirando en el presente.
Así como Juan Rulfo se apoya en la nebulosa existencia de Comala para describir un pueblo habitado por sombras y ecos, las pinturas Kojima construyen un espacio habitado por lo que alguna vez fue, capturando una añoranza, un sentimiento de algo que se ha perdido, pero que, de alguna manera, persiste. El tiempo aquí no avanza ni retrocede, simplemente es; un tiempo suspendido que nos invita a contemplar la quietud de los recuerdos. Este aspecto de su obra hace eco de lo inefable, de aquello que no necesita explicación, sino simplemente ser sentido.
DOBLE POSE CRQUIS 2024
Yuichi Kojima
Sus retratos se destacan por el tratamiento expresivo de las facciones, una característica del expresionismo que enfatiza en la esencia emocional y psicológica de la persona representada. Sus retratos exploran la vulnerabilidad y la intensidad interior, invitando a reflexionar sobre lo efímero de la vida y el carácter profundidad del ser humano.
Al igual que en Pedro Páramo, lo que nos conmueve en sus obras no es solo la historia que podría esconderse detrás de cada imagen, sino la esencia nostálgica que se filtra en sus pinceladas. Nos encontramos, en definitiva, frente a paisajes y rostros silenciosos, en los que el espacio se convierte en un refugio de emociones, en una geografía de recuerdos suspendidos que no pertenecen a nadie, pero que al mismo tiempo pertenecen a todos. Aquí, la nostalgia se convierte en un puente entre culturas, entre pasado y presente, como un susurro que, al igual que en las páginas de Rulfo, resuena en algún rincón profundo de nuestras almas.
AUTORRETRATO 2024
Yuichi Kojima
Beyond the Visible: Yuichi Kojima and the Poetics of the Ineffable
In Yuichi Kojima’s paintings, resonates a nostalgia that transcends borders. Through landscapes and portraits filled with melancholy, this Japanese artist invites us to explore a suspended time, a space where memories live and breathe as echoes. His works do not tell linear stories; instead, they construct an emotional universe that connects cultures and sensibilities, weaving together past and present in an atmosphere of profound humanity.
Amid the vast sea of images and words that populate Instagram, like a whisper among the waves, appeared the images of Japanese artist Yuichi Kojima. They did not only captivate me at first glance but I also found in them an unexpected connection.
PAISAJE – 2024
Yuichi Kojima
His works evoke an atmosphere of deep melancholy and nostalgia that transport the viewer to inner landscapes where time seems to flow differently, and space takes on an emotional rather than a physical quality. The poetry within them transcends immediate representation, inviting the spectator to enter an emotional realm, and feel rather than merely observe.
This experience reminded me of the world created by Juan Rulfo in his novel Pedro Páramo, where the memories and voices of Comala’s inhabitants echo like fragments of the past. Similarly, every brushstroke and every line in Yuichi Kojima’s work seem to murmur from a place outside time, as if his creations were composed not only of paint but also of memory.
The use of color and textures in his works become a language of their own that captures space and time, suggesting a temporality that extends beyond the concrete to remain alive in memory. Here, landscapes are not just landscapes, nor figures are merely figures; they are fragments of a nostalgia that transcends cultures and borders, subtly connecting the ancient sensitivity of Japanese culture with the universality of humanity as a whole. This allows Kojima to not tell us a linear story, but rather immerse us in each of his works within a prolonged moment, where the past continues to breathe in the present.
Just as Juan Rulfo relies on the nebulous existence of Comala to depict a town inhabited by shadows and echoes, Kojima’s paintings construct a space inhabited by what once was; capturing a longing, a feeling of something that has been lost yet somehow persists. Time in his works does not move forward or backward; it simply exists, it is a suspended time that invites us to contemplate the stillness of memories. This aspect of his works resonates with the ineffable, with that which needs no explanation, but is only to be felt.
SIN TÍTULO
Yuichi Kojima
His portraits stand out for his expressive treatment of facial features, a characteristic of expressionism that emphasizes the emotional and psychological aspects of the figure represented. His portraits explore vulnerability and inner intensity, inviting the viewer to reflect on the ephemeral nature of life and the profound character of the human being.
As in Pedro Páramo, what moves us is not only the story that might be hidden behind each image, but the nostalgic essence that filters through each brushstroke. Ultimately, we find ourselves before silent landscapes and faces where space becomes a refuge of emotions, a geography of suspended memories that belongs to no one, yet at the same time belongs to everyone. Here, nostalgia becomes a bridge between cultures, between past and present, like a whisper that, as in Rulfo’s pages, resonates in some deep corner of our souls.
Cesar Sasson
Ciudad de Panamá, Panamá
Octubre de 2024