ONAI QUIÑONES: RES Y TODAS LAS CARNES
Recientemente el artista Onai Quiñones obtuvo el máximo galardón del Salón Jóvenes con FIA, titulado: “Neo-Contemporánea. Rupturas y Filiaciones”, bajo la curaduría de Tahía Rivero, realizado en el Centro Cultural de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
Para esta ocasión, Quiñones presentó una pintura de grandes dimensiones que tituló “Res y Todas Las Carnes”, en la que presenta un cuerpo fragmentado, distorsionado y deformado, atrapado en una postura de sufrimiento, que le hace perder su humanidad. La figura parece estar sometida a que podrían ser producto la violencia, la desesperación o alguna angustia interna, mostrándose como una metáfora de toda angustia interior.
ONAI QUIÑONES: RES Y TODAS LAS CARNES
El cuerpo, principal protagonista de la obra, pareciera resonar con algunas de las propuestas más provocadoras de los movimientos de vanguardia del siglo XX, e incluso algunas influencias anteriores. El estilo expresivo y la representación distorsionada del cuerpo podrían vincularse con artistas europeos como Chaim Soutine o Francis Bacon, quienes exploraron la alienación, el sufrimiento y las tensiones psicológicas mediante la deformación corporal.
Aunque en la pintura de Quiñones no hay una clara relación con la temática religiosa, el cuerpo en su postura tensa y caída, pudiera evocarnos el peso del sacrificio y del sufrimiento humano, haciendo un sutil paralelismo con el cuerpo de Cristo en el descenso de la cruz. Pero a diferencia de las pinturas religiosas tradicionales, en las que se suele enaltecer el cuerpo a través de una luz divina, Quiñones opta por distorsionarlo y fragmentarlo, quizás para subrayar una realidad mucho más oscura y cruda. En su propuesta busca alejarse de cualquier intento de embellecimiento tradicional al optar por revelar una verdad emocional cruda y, a veces perturbadora.
En la deformación de su cuerpo, Quiñones pareciera querer comunicar una experiencia humana en crisis, quizás como una reflexión sobre la fragilidad de la existencia, donde el cuerpo se convierte en un campo de batalla de emociones y traumas, para representarlo, en definitiva, como el portador de emociones extremas: vulnerabilidad, sufrimiento y desesperación.
ONAI QUIÑONEZ
Onai Quiñones convierte su pintura cargada de colores intensos y texturas, en un emblema del dolor humano, pero también de lucha, una lucha que, al igual de los trabajos de los artistas que le precedieron, trasciende lo físico para adentrarse en los abismos del alma humana, todo lo cual queda reflejado en el título de su obra “Res y Todas Las Carnes”.
Cesar Sasson
Ciudad de Panamá – Septiembre de 2024