BRIAN VERGARA – CONVERSATORIO
En el marco de la más reciente exposición Sinergia en los espacios del Museo de la Plaza Mayor en Panamá Viejo, se realizó la tarde del sábado primero de junio un conversatorio entre el artista, Brian Vergara Moreno y el curador de la muestra Reiner Rodríguez, el cual terminó convirtiéndose en un dialogo intimo entre el artista y el público asistente, en el que Brian relató su transitar por los caminos del arte durante los últimos 25 años, hasta llegar a este momento en su carrera, desde cómo fueron sus inicios y su crecimiento como artista, desde los 5 años cuando le pintó a su progenitor un retrato realista en ocasión del día del padre además de hacerle uno a su hermana menor.
Museo de la Plaza Mayor en Panamá Viejo,
Contó también sobre como a pesar de haber nacido en Ciudad de Panamá, fue criado en el interior de la república, circunstancia que lejos de haber sido una carga en su crecimiento y formación, terminaría convertida más bien en el modelador de su esencia como persona y como artista al permitirle más allá del éxito y el reconocimiento obtenidos en el transcurrir del tiempo, poder conservar esa singular modestia y humildad que solo el campo es capaz de otorgar, atributos, por cierto, sumamente difíciles de encontrar en estos tiempos en los que vemos de manera cotidiana como la sociedad se va ahogando cada vez más en su propio ego y donde la mayoría vive preocupada por la búsqueda de lo material y el éxito fácil.
Brian narró la experiencia de su primer viaje a la ciudad de Nueva York y el inmenso impacto que este tuvo sobre él, cuando tras haber visitado los grandes museos de aquella ciudad y enfrentarse a la obra de los maestros a quienes había conocido apenas a través de reproducciones en libros y revistas, más que una respuesta dejaron en él una sensación de desconcierto acompañado de un gran vacío a lo interno, gracias a una curiosa interrogante que lo había acompañado a lo largo de su mágica jornada, que no era otra que: “¿Y quien soy yo?”, esta conflictiva circunstancia le permitió entender que al igual que los que le precedieron fueron lo que fueron, él también debía encontrar su autentico ser, y no el que se proyectaba sobre el aquellas imágenes en las paredes de los museos, dado que estos representaban una verdad que no solamente no le pertenecía sino que además le era totalmente ajena. Fue así como se encontró su propia esencia que curiosamente no era una nueva identidad, sino que, muy por el contrario, era su propio ser y su propia verdad que habían estado siempre allí, lo que finalmente le permitió comprender que para crear no había que ser o emular al otro, sino apenas ser verdaderamente autentico, lo cual no es tarea fácil para la inmensa mayoría.
Brian Vergara
En ese ejercicio fue que Brian Vergara encontró que su vida provinciana era su única verdad, la que le proporcionaba la posibilidad de entablar un diálogo cordial y respetuoso con su entorno natural, cosa que con su incansable trabajo a lo largo de todos estos años ha sabido convertir en una incansable búsqueda para la materialización de ese vínculo tan personal entre su arte y la naturaleza, hasta alcanzar cómodamente el punto tan anhelado por todo artista, el de ser identificado de manera clara e inmediata a través de su forma y su gesto, lo que ha logrado gracias a su innovadora manera de ver su entorno, y de la enorme fuerza de voluntad y disciplina que se ha sabido imponer desde sus inicios.
Ha sido así como a lo largo de estas más de dos décadas, este artista ha logrado mantenerse fiel y sin desviaciones a un discurso único, el de la naturaleza, un tema inagotable en la historia del arte, que ha logrado sobrevivir importantes trasformaciones, gracias al genio y la mirada de aquellos que lo han abordado a lo largo del tiempo.
Brian Vergara
Me gustaría finalmente comentar que Brian Vergara en el transcurso de su íntima y reveladora conversación ha logrado demostrarle al público asistente que ciertamente muchos son los que pintan, pero pocos son los que crean.
Cesar Sasson
Ciudad de Panamá, junio de 2024
PANAMÁ