BRIAN VERGARA
El deseo de reproducir la naturaleza y sus formas ha sido uno de los principales temas en la expresión artística desde tiempos inmemoriales, lo que me permite afirmar que la relación entre esta y los humanos fue uno de los primeros motivos en aparecer en el arte rupestre, con el objeto de testimoniar el imaginario de los moradores de aquella remota época sobre su entorno, de manera que la representación gráfica de la naturaleza de una forma u otra ha estado presente como pretexto en las artes plásticas, a lo largo de la historia.
Sin embargo, en las últimas décadas, esta inagotable relación entre arte y naturaleza se ha visto marcada a consecuencia de la crisis climática, haciendo que aquel encanto milenario comenzara a permitir nuevos espacios en su representación para dar lugar a múltiples lecturas, que van desde generar conciencia sobre los problemas ecológicos que afectan el planeta, hasta la incorporación de motivos pertenecientes a las tradiciones autóctonas con el propósito de despertar emociones y afectos en torno a la identidad nacional.
Tal es el caso del artista panameño Brian Vergara Moreno, quien desde sus inicios ha sentido una fascinación permanente por la observación y el estudio de la naturaleza, lo que le ha permitido de manera sublime penetrar el mundo de lo aparente en la búsqueda de comprender sus dinámicas para permitirse crear a partir de ellas. Ahora, al arribar a sus primeros 25 años de trayectoria artística, estará presentando a partir del próximo 7 de mayo, en los espacios del Centro de Visitantes de Panamá Viejo, su más reciente muestra titulada “Sinergia”, bajo la curadoría de Reinier Rodríguez, como balance de su trabajo creador a lo largo de este cuarto de siglo, con la que se propone subrayar la importancia que ha tenido la naturaleza en su producción artística, a partir de sus múltiples maneras de verla y representarla, lo que le ha permitido abrir nuevos espacios para la reflexión sobre su relación con el medio ambiente.
Brian Vergara, ha privilegiado el uso recurrente del árbol como protagonista principal de sus creaciones , y de manera particular el guayacán, conocido científicamente como “lignum vitae”, que curiosamente traduce a “árbol de la vida”, el cual al igual que otras especies ha representado en múltiples oportunidades, bien sea en solitario o en compañía de otros, hasta convertirlos no solamente en su sello personal, sino además en los auténticos héroes de su producción, a quienes además ha “enseñado” a través de sus pinceladas a expresarse con un lenguaje que no difiere del de los humanos, en su gesto, su mirada y sus manos, lo cual aprovecha como un recurso artístico más para incorporar la metáfora del árbol como símbolo de la unión entre el humano y su entorno, además de ilustrar los aspectos “visibles e invisibles” de la vida y revelar de manera subyacente “las ramificaciones” de sus creaciones, con las que logra trasmitir en una sola imagen un contenido con múltiples lecturas, gracias al efectivo uso de su abecedario artístico, con el cual consigue atrapar al espectador y guiar su mirada por los diferentes planos que conforman aquellos singulares paisajes, hasta permitirle finalmente apreciar de manera clara lo que sucede en aquellos bosques, en los que los colores que recorren la superficie de sus telas, seducidos por la luz de las selvas y las montañas de Panamá, terminan convertidos en el corazón de las obras.
Tras salir de la sala de exposiciones, en mi transitar por las fascinantes áreas de Panamá Viejo, lugar donde estuvo ubicada la ciudad desde su fundación en el año 1519, y que siglos más tarde fuera destruida por el famoso pirata inglés Henry Morgan, rememoré esta frase de la poetisa norteamericana Karle Wilson Baker (1878-1960): “Hoy he crecido más alto por caminar con los árboles”, sensación que nos trasmite Brian Vergara Moreno, tras recorrer sus bosques.
Cesar Sasson
Ciudad de Panamá, Panamá
Abril de 2024