Salman Rushdie
FUENTE / EL ESPECTADOR
Eduard Said, uno de los mayores apólogos de la paz en el conflicto Palestina-Israel, autor de Orientalismo, un libro visionario sobre el pos-colonialismo, un libro que de alguna manera nos abrió los ojos a muchos, sobre cuan dominado y colonizado seguía y sigue nuestro pensamiento. Solía decir de Salman Rushdie;» Rushdie es la intifada de la imaginación». Haciendo alusión al genio, a la habilidad y a la magia de la escritura de Salman Rushdie.
El reciente ataque contra Rushdie duele en muchos sentidos, quizás lo que más impresiona es la capacidad de violencia en un muchacho de 24 años, en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. El muchacho de 24 años intenta asesinar a un hombre que podría ser su abuelo, un hombre sin escoltas, desarmado, a punto de usar el arma que siempre temerá el poder, el arma más transformadora de todas las armas que hemos inventado; la PALABRA. Si no fuera por el desprecio y la rabia que tal violencia nos suscita, podríamos decir que hay algo literario en esa tragedia. Rushdie un hombre que ha dedicado su vida a defender la libertad y los valores liberales, agredido por un joven que probablemente nunca leyó sus libros, como el mismo Ayatollah, que lanzó una sentencia de muerte contra un enemigo imaginario.
Es irónico pero también cruel que un hombre de una generación reciente, nacido poco antes del 2000, esté preso de las ideas facinerosas que pensábamos podrían haber quedado en el pasado. Es una prueba que la violencia de los totalitarismos puede volver con toda su fuerza, que los valores liberales y democráticos pueden ser despreciados y olvidados. Es un golpe duro, una metáfora cruel.
A pesar de todo el triunfo de Salman Rushdie es total, todas las librerías del mundo están vendiendo sus libros, tendrá nuevos millones de lectores y lectoras, que disfrutaran los «Versos Satánicos» y verán en un hombre valiente una inspiración, para despreciar al poder, a los que usan el poder para agredir y sobre todo a los violentos.
Hace unos años Rushdie decidió abandonar sus escoltas, pues quería vivir una vida normal, una vida negada por muchos años. Sin escoltas, amenazado de muerte, transitaba en su vida de escritor y de humanista. Podríamos decir que fue una decisión desacertada, pero quizás fue una decisión desde la esperanza, ingenua quizás, de lo imposible y absurdo de una violencia ejercida contra un escritor.
Salman Rushdie es hoy un ejemplo brutal para todos, en especial para las y los que tenemos como oficio escribir. A veces caemos en censuras y auto censuras frente al poder. A veces tememos demasiado por nuestra propia vulnerabilidad, pero es precisamente en las palabras en dónde radica nuestro poder.
También es un llamado para nuestras sociedades y para las instituciones liberales y democráticas, los peligros no están muertos mientras los fantasmas del totalitarismo, deambulen por el mundo.
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Diego Aretz es un periodista y activista Colombiano, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal, colaborador de El Espectador. Así mismo es jefe de comunicaciones del Consejo Nacional de Bioética y consultor de Terre Des Hommes Alemania. Director de la ONG Por la Frontiere.
Bogotá. D.C. Colombia
Agosto 2022