El realismo mágico de Gabriel García Márquez tuvo un alcance sin precedentes. Prueba de ello son las obras de autores surcoreanos, que se vieron influenciados por esta corriente literaria desde los años noventa.
Por: Estudiantes de la facultad de comunicación de la Universidad de La Sabana*
Corea del Sur, aunque es un país geográficamente lejano con algo más de catorce mil kilómetros de distancia, es afectivamente más cercano a Colombia de lo que podríamos imaginar. Ese país se ha hecho sentir en el nuestro con sus aportes al entretenimiento y la tecnología.
Que ese país sea el invitado de honor a la Feria Internacional del Libro de Bogotá nos remite hoy al impacto de la literatura colombiana en la cultura surcoreana. El primer libro nacional que llegó al país asiático fue Cien años de soledad, el más importante y memorable de Gabriel García Márquez. Aunque se publicó en 1967, solo diez años después llegó a ese territorio, lo que convirtió al nobel de Literatura en el primer autor latinoamericano con una obra traducida al coreano. Ello les abrió la puerta a otros autores como Neruda o Borges, para llevar sus producciones literarias a ese lugar del mundo, por entonces aún remoto y desconocido.
El impacto del realismo mágico no tenía precedentes, máxime cuando el contexto de la península sometía a los escritores a la muerte de la novela con un realismo que dominaba la literatura de los años ochenta.
La llegada de los autores latinoamericanos a la península no fue sencilla; eran muchoslos obstáculos para la expansión. Uno de ellos, y el más básico, era idiomático. Byeong-Sun Song, doctor de la Pontificia Universidad Javeriana y traductor de textos en español, contó en una entrevista en 2021 con José Eduardo Jaramillo Zuluaga que los traductores de los textos deben tener un amplio conocimiento de la literatura del país que origina la obra y de las letras del país para el que aquella pretende migrar, en este caso, Colombia y Corea. De ahí que los más interesados en los libros latinoamericanos sean aquellas personas con perfiles de escritores o traductores.
El impacto del realismo mágico no tenía precedentes, máxime cuando el contexto de la península sometía a los escritores a la muerte de la novela con un realismo que dominaba la literatura de los años ochenta. En cambio, el realismo mágico de García Márquez se distinguía por retratar la realidad de Colombia por medio de metáforas y sátiras, susceptibles a la interpretación de los lectores. Esto hacía que los lectores coreanos se vieran reflejados, de alguna manera, en las historias de Márquez, frente a la situación de un Gobierno autoritario en su país después de la guerra.
Como una alternativa ante las corrientes realistas surgieron aquellos autores que, según Soo-Hyun Hwang de la Universidad Kyung Hee, “realizaron un injerto al estilo coreano a través del estilo de García Márquez”. Dentro de aquellas obras se encuentran La ballena de Myung-Gwan Chun y El Hostal Cien Años de Chul-Woo Im. Esta última obra hace un guiño a la historia macondiana y sale de los límites de la crónica para crear un nuevo significado del tiempo. Además, juega con el espacio en una similitud con Macondo, donde Yeongdo o Isla de la Sombra, en español, es un espacio de ilusión ficticia.
El impacto del realismo mágico en Corea se percibe también en la gran industria del entretenimiento de ese país. The Uncanny Counter (A la caza de espíritus malignos, en español), es una producción de Netflix que hace referencia a las problemáticas del día a día de los coreanos por medio de metáforas que involucran la trama de la caza de espíritus malignos muy alineados con la mitología propia de la región.
Historias como esta son el resultado de una globalización que acerca nuestras corrientes literarias y favorece la diversificación del arte en países como el nuestro, o como Corea del Sur. Este gran invitado de la FILBo aportará valor a los colombianos, a nuestros autores y a los debates académicos que girarán en torno al evento.
*Laura Catalina Avellaneda Torres, Valentina Ramírez Arias, Ana María Gómez Ruano, Paula Camila Pichimata, Paula Camacho De Urbina, Angélica Lee Gonzales y Sara Daniela Florián.