Las huellas que ha dejado la cuarentena en los más pequeños han sido la falta de detección temprana en trastornos del neurodesarrollo y el dominio de habilidades motoras, de lenguaje y congnitivas
Muchas mamás llegan a una única conclusión: que sus hijos han tenido retraso en su desarrollo psicomotor debido a la pandemia. Sin embargo, en el Centro Terapias del Desarrollo –que dirige la especialista de Trastornos del Desarrollo Rusdeiba Agelvis– las razones de estos retrasos se deben a la falta de actividad física, que genera alteraciones en el sistema motor, la obesidad y las fallas de coordinación.
Rusdeiba Agelvis
Agelvis asegura que, según los casos recibidos en el centro, “El COVID-19 ha sido la gran cortina de humo de los trastornos del neurodesarrollo. Los padres dicen que los niños no se mantienen sentados, no gatean o no caminan por el confinamiento y posiblemente estamos en presencia de un retardo psicomotor oculto por la pandemia”. Sin embargo, hay un conjunto de signos que son un claro ejemplo de un trastorno del neurodesarrollo como el autismo, en el que la pieza clave es la estimulación temprana.
Los síntomas más visibles son niños de entre 1 y 2 años de edad con:
- Contacto visual fluctuante
- Poco o ningún lenguaje verbal
- No responden al llamado por su nombre
- Utilizan la mano de otra persona como extensión de la suya para tomar un objeto.
Esto último, los padres suelen atribuírselo a las fallas de comunicación por no asistir al maternal y/o no tener juego e interacción social en un parque.
Por su parte, los signos en los niños de entre 2 y 3 años de edad que no atienden a las órdenes básicas “ven, toma, dame”, podrían estar desarrollando fallas del lenguaje comprensivo que más adelante se pueden convertir en fallas de comprensión lectora. Agelvis agrega que todo esto puede devenir en trastornos por déficit de atención e hiperactividad, dislexia o dispraxia, entre otros. “El encierro, la falta de exposición de estímulos afecta de alguna manera a todos los niños en su desarrollo sensorial e, incluso, emocional, pues los hace más inseguros. Pueden tener secuelas psicológicas que luego se pueden corregir, pero el enemigo potente de estas alteraciones es el tiempo sin terapias pues, en estos tiempos, la estimulación temprana se puede considerar un factor de protección cerebral” afirma la especialista.
¿Qué hacer?
Una visita al centro de estimulación más cercano podría cambiar el futuro de sus hijos y tener un mejor pronóstico en todos los ámbitos: social, psicológico, neurológico, pedagógico, intelectual y psicomotor.
Los padres también necesitan formación. Es importante que asistan a talleres que permitan la réplica de estimulación en casa que aleje a los niños del material multimedia del celular (videollamadas, fotos, notas de voz y videos). Esto va a permitir desarrollar mejor el “ser social” en lugar del “ser digital”.
El COVID-19 no deja de ser un reto. Sin embargo, el Centro Terapias del Desarrollo estará ofreciendo una vez al mes formaciones y asesorías presenciales y online para padres, además de planes de estimulación para los niños que los visiten.
El Centro Terapias del Desarrollo se encuentra en la avenida Francisco de Miranda, edificio Sanoly, piso 1, Chacao. Más información: @tomatiscaracas en Twitter, @terapiasdeldesarrollo en Facebook e Instagram. Teléfonos: (0426)517-2303 y (0212) 265-7771 y web www.terapiasdeldesarrollo.com
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