La belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.
Junichiro Tanizaki, El Elogio de la sombra
La exposición que el artista belga Pieter Vermeersch (Bélgica, 1973) presenta en NC-arte se compone de una pieza inmersiva, articulada para el área de la galería que se pregunta sobre las nociones de pintura en el arte contemporáneo.
A partir de una división del espacio que se entiende como si fuera una cuadrícula, Vermeersch aplica una regla específica en la que deja sin pintar las sombras de las paredes producidas por los elementos arquitectónicos del espacio. La idea implícita en esta manera de operar es la de reducir la elección de los elementos que el artista tiene que pintar y cuales debería dejar vacíos, haciendo que esa decisión sea efecto de las sombras que quedan en negativo, exentas de pintura. La exposición se convierte en una consecuencia trenzada por un plan inicial que deja de lado la posibilidad de improvisar. Su paleta compuesta por los colores primarios, lee el espacio desde el centro como si un destello de luz por pivote central iluminara radialmente la sala expositiva. Se trata de un prisma casi cósmico que se expande y ofrece una mirada del lugar desde un punto de vista periférico, circular, sin saber que está dentro o fuera.
El público se adentra en la pintura que envuelve al navegante a través de sus degradados. Ciertamente, la técnica que utiliza el artista consigue cambiar la perspectiva y la arquitectura del lugar. Aquí, la luz y la pintura modifican la percepción del entorno creando un espacio de cero grados construido únicamente por el color. El resultado es una sensación de extrañamiento constante al observar las paredes de color pues la perspectiva se difumina y uno no sabe dónde acaba una pared y empieza la otra. El efecto visual distorsiona la percepción volumétrica que ahora se produce por el color.
En varias ocasiones Pieter Vermeersch habla de cómo sus proyectos se sitúan en un tiempo suspendido, aquel que ocupa el rectángulo de una polaroid justo antes de que se forme la imagen. Ese preciso momentum, en donde los pigmentos del revelado y el fijador se entremezclan es el que quiere fosilizar el artista. Henry Bergson, decía que “cada momento, en la medida en que es un pasaje de descanso a descanso, es absolutamente indivisible”. Podríamos hablar de una imagen sin espacio o un espacio construido a través del color; un color que va cambiando del rojo al azul y al amarillo y al blanco, pero que en definitiva es un mismo color continuo que se transforma a lo largo de las paredes y contiene muchos pigmentos en uno solo. La pintura deviene un pasaje: la acción de dar pasos, el movimiento de un ir y venir.
La exposición nos adentra en el mundo de la luz y la pintura y muestra cómo estos pueden desencadenar preguntas relevantes para la arquitectura, el espacio y el entorno. Al ser una instalación site specific, el artista desarrolla un nuevo cuerpo de trabajo en el que incorpora también materiales y elementos cotidianos: páginas de periódicos locales y piedras de la región.
Desde el pigmento y hacia el pigmento, la producción de Vermeersch revela un análisis sobre el gesto y el movimiento, en otras palabras, una especie de intento performativo de atrapar la luz a través de la pintura, una pintura que jamás podemos determinar y que, como el tiempo, es eternamente cambiante.
Curaduría: Claudia Segura
Pieter Vermeersch’s (Kortrijk, 1973)
Tiempo, espacio y color son los elementos básicos con los que Pieter Vermeersch crea su universo. La forma en la que se usan estos elementos y cómo interactúan es diferente en cada trabajo. Sin embargo, todas las obras comparten una característica: es el espectador quien, a través del acto físico de mirar, combina los diferentes elementos y, lo que es más importante, se combina con ellos.
Esto implica una estética relacional subyacente. Y eso se vuelve obvio en las obras a las que Vermeersch se refiere como gradaciones: pinturas monumentales (a menudo murales) que se caracterizan por un cambio gradual del color muy preciso, casi científico, del negro al blanco, del azul profundo al blanco, del rojo oscuro a blanco, etc.
Pieter Vermeersch estudió en el Higher Institute for Fine Arts de Antwerp, Bélgica y vive y trabaja entre Bruselas y Turín.
Su trabajo ha sido exhibido en exposiciones internacionales colectivas e individuales en espacios como: M-Museum, Leuven; Muhka, Antwerp; Rose Art Museum, Boston (2019); 8a Bienal internacional de arte contemporáneo de Melle; Fondation Louis Vuitton, París (2018); S.M.A.K., Ghent; Musée d`Art Moderne de la Ville de Paris, París; (2017); Blueproject Foundation, Barcelona; MSK, Museum of Fine Arts, Ghent; Institut d’Art Contemporain, Villeurbanne (2016) and WIELS – Centre d`Art Contemporain, Bruselas (2014).
Sus obras hacen parte de colecciones privadas y museos como S.M.A.K., Ghent; M HKA, Antwerp y Rose Art Museum, Boston. Ha sido invitado a realizar intervenciones site specific permanentes en espacios públicos como el National Bank of Belgium y el Flemish Parliament en Bruselas, Galeries Lafayette en Biarritz y FNAC Voirie en Ginebra.
https://www.pietervermeersch.be/index.htm
Carrera 5 # 26B-76
Bogotá D.C. – Colombia
2019