Foto Alfredo Peña
La emocionante presentación de Betsayda Machado y la Parranda El Clavo, que tuvo lugar este domingo en el conocido Café Berlín de Madrid, vino a coincidir con la víspera de San Juan, la fiesta grande de la tradición afrocaribeña en Venezuela.
Foto Alfredo Peña
La agrupación, además de contagiar al público su ya proverbial energía, efectuó un recorrido por los diversos ritmos de Barlovento al son de los instrumentos característicos de la zona. Si para los venezolanos resultó entrañable el reencontrar los sonidos propios de su país en el quitiplás, el tambor redondo o el culo’e puya, los españoles vivieron una grata experiencia al descubrirlos.
Hubo cantos para Santa Rosa de Lima, patrona de El Clavo, la población que da nombre al grupo musical, y obviamente para San Juan Bautista. Pero también se cantaron las vicisitudes de la esclavitud, los episodios de la vida cotidiana, el amor por el propio terruño y los deseos de un borracho. Cuando al concluir la presentación el público reclamó un encore, la agrupación quiso interpretar Sentimiento, el canto que describe la situación actual de Venezuela, y que ellos comparten con un matiz claramente denunciativo, sinceramente compungidos por lo que ocurre en el país.
Foto Alfredo Peña
El concierto, motorizado por Zuly Perdomo, una mujer conocida por su quehacer en el mundo de la música tanto en Venezuela como en España, contó además con un invitado de lujo: Carlos Tález, el venezolano que desde hace más de dieciséis años viene realizando una importante labor de divulgación de la música y las costumbres venezolanas, al tiempo que continúa con la interpretación y explora las posibilidades de fusión con otros estilos e instrumentos.
La presentación acabó por levantar de sus asientos al público, que se dejó llevar por la música para bailar inspirados por la cintura de Nereida Machado, bailadora oficial del grupo.
Foto Alfredo Peña
La Parranda El Clavo es probablemente uno de los grupos que con más pureza conserva las tradiciones costeras del estado Miranda. Durante mucho tiempo sus integrantes alternaron sus ocupaciones con la interpretación, dando a conocer la música con la que desde muy temprano habían estado en contacto a través de sus portentosas voces y su talento. Hoy en día entre ellos se encuentran, por ejemplo, un profesor de Educación Física ya retirado, una enfermera jubilada o un recolector de cacao. Y qué decir de la poderosa voz de Betsayda que, aun habiendo incursionado en otros géneros, continúa prodigándose como una de las más extraordinarias embajadoras de la música tradicional venezolana.
Foto Alfredo Peña
Madrid – España
2019