Prensa MPPC (12/04/2016).- La mañana del martes 12 de abril se tiñó de oscuros matices al conocerse la triste noticia de la despedida física del pintor, docente, arquitecto, urbanista y Premio Nacional de Cultura mención Artes Plásticas (1973) Manuel Quintana Castillo.
Quintana nació en Caucagua, estado Miranda, el 6 de enero de 1928. Viajó a Caracas junto a sus padres siendo apenas un niño pequeño y fue en esta ciudad donde comenzó a mostrar su clara afinidad hacia el dibujo. “Creo que todos los niños hasta cierta edad tienen tendencia a la expresión plástica. Yo vivía en La Pastora y ahí había –todavía hay– una acera alta en la que yo, con carbón de cocinar, hacía dibujos”, afirmó el creador en entrevista realizada por el equipo de Voz de los Creadores. Y fue así, entre la creatividad y los trazos infantiles que nació su amor a la expresión pictórica.
Siendo ya un joven adulto estudió Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela y posteriormente viajó a España, donde continuó su formación en la Academia Massana de Barcelona, ciudad en la que se estableció durante varios años, para luego continuar recorriendo el viejo continente, mostrando un especial interés por la movida artística que se venía desarrollando para la época en Francia e Italia.
Finalmente, regresó a su Venezuela amada, con todo el aprendizaje y la influencia cultural y pictórica adquirida en sus viajes. Ya en Caracas, decide estudiar Pintura en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, donde adquirió un aprendizaje que marcaría su composición artística de por vida. Entre 1946 y 1953 se dedicó a formarse en dibujo, pintura, taller en madera, grabado, escultura y lecciones de filosofía e historia del arte.
Para el maestro, el elemento de similitud entre la arquitectura y la pintura es el espacio. Afirmaba que las formas y figuras interrelacionadas en la atmósfera de una obra arquitectónica, “así como en una obra de arte, representan un aspecto sustancial”. Y fue con esta perspectiva que unió sus dos grandes pasiones.
En 1961 expuso en el Museo de Bellas Artes (MBA) 31 obras que presentaban lo más importante de su creación artística desde 1954 hasta esa fecha. En 1962 participó en el envío venezolano a la XXXI Bienal de Venecia conImage et memoire (llamada también Abraxas). En 1963 realizó el mural en mosaico vidriado en el Gimnasio Cubierto de la Urbanización 23 de Enero y participó en las actividades del grupo El León de Oro. A mediados de la década de los sesenta también se desempeñó como director del programa de crítica de arte Cuaderno de Pintura en la Radio Nacional de Venezuela y del departamento de artes plásticas del Inciba.
En 1966 participó en Persistencia de la imagen en la Galería XX2, junto a Luis Guevara Moreno, Víctor Valera y Omar Carreño, entre otros y, en 1967, en la Galería Botto integró la colectiva Reencuentro de una generación,con Alirio Rodríguez, Pedro León Zapata, Mateo Manaure y Carlos González Bogen. En 1970 realizó dos muestras individuales en las galerías Cassian y Banap, ubicadas en Caracas. En 1972 participó en el XXX Salón Arturo Michelena, obteniendo mención honorífica. Finalmente, en 1973 es reconocido con el Premio Nacional de Cultura mención Artes Plásticas.
A partir de 1974 se dedicó exclusivamente a su trabajo creador. La producción artística de esos años se orientó hacia la abstracción geométrica, lo que algunos entendidos han denominado como geometría sensible. En 1976 participó en Kunst der Gegenwart aus Latinamerika. Kongrebjall am oistiengang (Alemania), con Carlos Cruz-Diez, Oswaldo Vigas, Luisa Richter e Iván Petrovszky. En 1978, con la obra titulada El caballo y la puerta obtuvo el primer premio en el XXXVI Salón Arturo Michelena. En 1979 participó en la XV Bienal de Sao Paulo con una muestra retrospectiva. En 1980 figuró en Indagación de la imagen (la figura, el ámbito, el objeto). Venezuela, 1680-1980. Exposición temática. Primera parte, en la Galería de Arte Nacional (GAN), y en el MBA expuso las obras exhibidas en la Bienal de São Paulo.
Al año siguiente formó parte de la I Bienal Nacional de Artes Visuales en homenaje a Pedro Ángel González (MBA) y obtuvo el premio de adquisición con la obra Ícono II. En 1984 expuso obras de pequeño formato en la Galería Siete Siete. En esa época Quintana Castillo desarrolló lo que él llamó «dibujos topológicos» y «superficies activas». En 1985 participó en Amazonia en la sala Mendoza. En la Galería Arte Hoy exhibió 60 obras en formatos variados y técnicas mixtas. Fue en este período que la cruz y la equis empezaron a tener preponderancia gráfica en su obra. En 1989 expuso, junto a Luisa Richter y Harry Abend, Dos premios nacionales y un escultor (Galería Durban, Caracas).
A partir de 1990, comenzó a exponer su obra en los grandes salones oficiales, siendo reconocido con un éxito rotundo tras su obra inscrita en un realismo mágico adornado con elementos oníricos y de ensueño. Fue entonces cuando la crítica experta lo reconoció como “el pintor venezolano que más cerca está de la poesía”.
Manuel Quintana era un verdadero artista, un hombre avanzado a su tiempo, que creía en ver, leer y escuchar a todos, sin importar qué. Esto era, para él, un acto verdaderamente revolucionario, lo que dejaría claro en la grabación realizada por el equipo Voz de los Creadores, donde afirmó que “revolución cultural es darle la mayor cantidad de oportunidades a la mayor cantidad de artistas, intelectuales y escritores posibles. No rechazarlos sin darles oportunidad”.
Sin duda, su partida física representa una profunda y dolorosa pérdida para la plástica nacional, latinoamericana e incluso mundial.
T/ Prensa FCA/ María Alejandra Hernández H
F/ Prensa FCA/ Efrén Galvis