Obras de Corina Briceño y Cristóbal Ochoa
protagonizan individuales en BEATRIZ GIL Galería
Las propuestas plásticas de los artistas venezolanos Corina Briceño y Cristóbal Ochoa, siguen exhibidas en BEATRIZ GIL Galería a través de sendas exposiciones individuales curadas por Lorena González y podrán ser visitadas hasta el 20 de marzo.
La Sala 1 alberga un conjunto de fotografías y pinturas de Corina Briceño bajo el título 125 Flores, en las que la autora expresa su percepción sobre la situación y consecuencias de la inseguridad y la violencia que se viven día a día en Caracas, catalogada recientemente como «la ciudad más violenta del mundo»; mientras que en la Sala 2 se exhibe la muestra Estar de Cristóbal Ochoa, con una selección de fotografías en torno a sus performances o acciones llamadas “conos de madre”, realizadas en diferentes espacios de Venezuela y otros países, formando parte de los distintos paisajes urbanos en los que se inserta y generando reacciones por parte de aquellos que los transitan.
Tributo a los caídos
Fruto de un proceso de investigación que Corina Briceño inició hace varios años tras una noticia en la prensa nacional sobre un elevado número de muertes al cierre de un fin de semana –según explica la curadora e investigadora de artes visuales, Lorena González– la propuesta que presenta esta artista en 125 Flores, “revela una acción poética hilvanada en un tiempo doble: por un lado, el homenaje a todos aquellos que han perecido en las violentas falanges de una ciudad fracturada; en el fondo y a contrapunto, el reflejo de un silencio detenido que murmura desde la imagen, para no olvidar aquello que nunca debió suceder”.
Tal y como señala la curadora en el texto que acompaña la muestra, los primeros pasos de la artista en el proceso fueron rostros, nombres, acontecimientos, tachaduras y sombras de los desaparecidos de aquel entonces, para luego construir otros recorridos ante la necesidad de relatar, de nombrar, de darle forma a aquella preocupación, impotencia y dolor frente al volumen indescifrable del irrespeto a la vida. Fue así como de sus recorridos habituales por la ciudad, surgieron las imágenes fotográficas que conforman el cuerpo de esta individual.
“Allí se propagaron las esquinas, los símbolos, las ampliaciones, los monumentos y los abandonos junto a los vastos y minúsculos espacios sensibles de una capital en riesgo constante. A la textura pictórica de lo fotográfico las impresiones sobre tela demandaron una nueva presencia: las flores. Para Corina Briceño cada una de estas flores que posteriormente pinta sobre las melancolías de la taciturna imagen urbana, son de algún modo una exhalación, una deferencia, un recordatorio de la muerte y de la vida; reflexión y crítica ante las dolientes transformaciones de ese paisaje en ebullición…”, escribe Lorena González.
Con una amplia trayectoria artística de cuatro décadas, Corina Briceño ha participado en numerosas muestras colectivas e individuales en ciudades como Caracas, Nueva York y Baltimore, entre otras, además ha recibido importantes premios y reconocimientos entre los que el 1er Premio de la XI Bienal de Grabado de San Juan de Puerto Rico (1995), el Premio AICA, capítulo Venezuela (2010). Su obra se encuentra representada en instituciones de renombre como el Museo de Bellas Artes de Caracas, la Galería de Arte Nacional, el Museo de la Estampa de México, Casa de Las Américas en La Habana, Colección Mercantil, Colección Banesco y Colección del Banco Mundial en la ciudad de Washington, entre otras.
Acciones cromáticas
Estar, segunda muestra del proyecto expositivo de BEATRIZ GIL Galería en esta ocasión, la constituye el registro fotográfico de la acción o performance “Los conos de madre” de Cristóbal Ochoa, con la que este artista ha recorrido una amplia variedad de lugares de Venezuela, China, Corea del Sur, Inglaterra, Colombia, República Checa y Francia, donde ha sido premiado y ha representado a su país natal en distintas bienales y encuentros de artistas internacionales.
Caracterizado por el tránsito de diversos ejercicios cromáticos desde la escultura, la cerámica, la pintura y la instalación, donde el color se ha vuelto una figura fundamental de interacción con el afuera, el trabajo creativo de Cristóbal Ochoa se ha desplazado hacia la actividad de la performance como engranaje de toda su investigación visual, a juicio de la curadora Lorena González.
El proceso de “Los conos de madre”, eje central de la muestra Estar, se inició hace tres años e implica la construcción de trajes compuestos por conos en tonalidades diversas, que varían dependiendo del entorno, y con el cual el artista junto a varios compañeros de acción interviene en distintos lugares públicos generando la correspondencia plena de la forma y el color con los sucesos del afuera, según afirma la curadora.
“La exposición ESTAR es una forma de cerrar el amplio periplo de ese recorrido y fijar a través del registro fotográfico los lugares donde esta acción cromática dejó su huella, propiciando con ello la apertura de una conclusión que resalta los destellos de la forma como posibilidad vital: un cuerpo sensorial que se desplaza y se encuentra, que se reconoce y dialoga libre; allí, en el delicado espacio de las crisis sociales, los desapegos políticos, las divisiones y las confrontaciones que constantemente fracturan la complicada geodesia de nuestro mundo actual”.
Egresado en 2011 de la UNEARTE, Cristóbal Ochoa ha sido merecedor de varios premios, ha participado en diversas exposiciones en Venezuela y Colombia, así como en un encuentro internacional de artistas en China y Corea del Sur. En 2014 recibió el Premio Omar Carreño mención «‘Artista joven» de Venezuela, y el primer lugar del Festival de las Artes de Brighton (Inglaletrra), además recientemente participó en una residencia artística en Lyon, Francia, donde también mostró una serie de esculturas y pinturas realizadas durante la exposición. Su obra forma parte de algunas colecciones privadas y públicas.
Las exposiciones 125 Flores de Corina Briceño y Estar de Cristóbal Ochoa, se encuentran abiertas al público del 21 de febrero al 20 de marzo, en los espacios de BEATRIZ GIL Galería, ubicada en la Calle California con Calle Jalisco, en Las Mercedes; en horario de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., sábados de 10:00 a.m. a 4:00 p.m., y domingos de 11:00 a.m. a 2:00 p.m. La entrada es libre.