Domingo 8 de febrero
ANI VILLANUEVA COMPARTE SUS MEMORIAS EN EL ATENEO DE CARACAS
Son 24 trabajos antiguos, que salen por primera vez del taller de esta artista para confrontar con su obra reciente, mostrándonos la admirable continuidad de su trayectoria.
El Ateneo de Caracas se honra en presentar este domingo 8 de febrero la muestra Memorias, de Ani Villanueva, una selección de trabajos de distintas épocas, que casi por primera vez salen del taller de la artista, para confrontar con su obra reciente, poniendo de manifiesto la coherencia de una las más versátiles trayectorias creativas del medio venezolano.
Nacida en Caracas en 1954, Ani Villanueva es nieta de Federico Brandt e hija de Mary Brandt, dos nombres que han señalado caminos en la conformación de un discurso artístico en la plástica nacional. “Pertenezco a un mundo de artistas, y en ese mundo es inevitable que busques este camino”, afirma.
Esta creadora integral expone por primera vez en 1982, cuando presenta Cuadro móvil, en el marco de Ventanas al tiempo, de Mary Brandt, en la Sala Mendoza. Desde entonces, más de 30 exposiciones colectivas y 15 individuales dentro y fuera de nuestro país, dan cuenta de una reconocida obra que conjuga la búsqueda de la libertad pictórica en el plano, con la incursión en otros géneros y medios, como la escultura, el arte corporal, el video-arte y la pintura digital.
Su educación artística se inicia en su infancia, bajo la exigente tutela de su madre. Luego cursa estudios de artes visuales en Venezuela, Reino Unido, Hungría y Estados Unidos, a lo que se suman grados universitarios en Psicología, Sociología y Ciencias Políticas y Gerencia, en Venezuela e Inglaterra. Continúa su formación con el trabajo físico y espiritual en ballet, danza contemporánea, yoga y tai chi, y una preparación en el Tao en la Sorbona de París.
“Lo espiritual está siempre presente en mi obra. Soy una artista totalmente introspectiva, en el sentido de que no planifico, dejo que las cosas se manifiesten libremente, les permito que fluyan a través de mí después de un proceso de preparación, de meditación”, expresa.
El resultado es la presencia de una energía inusual que imanta estos trabajos que podremos apreciar en la muestra del Ateneo, integrada por 24 piezas que hasta ahora no habían sido exhibidas, correspondientes a diversas etapas en estos 23 años de trayectoria.
De los dibujos de 1990 y 1991, la artista señala que representan “una búsqueda franca al espacio interior, sin referencias. Un gesto oriundo y sintético en pos del paraíso perdido”.
Las pinturas, tres en total, son Homenaje a Yves Klein, “por su tendencia de pintar todo lo expresando de azul, esa monocromía que unifica el discurso”; Remolino de agua, “perteneciente al tiempo de los cuadros orgánicos que intentan reproducir texturas naturales primaria”, yMañanas “un trabajo reciente que concentra los primeros tonos matinales que aparecen en la aun presente penumbra”.
Tres son también las esculturas sutiles, “transparencias que habitan el espacio y abrazan las sombras”.
Los trabajos actuales están integrados por cuatro ensamblajes, “urdimbres y tejidos fabulados y encapsulados, que sugieren fracciones de todo cuanto existe”, y dos pinturas digitales que representan “hallazgos que sintetizan la búsqueda”. Lo digital, para la artista, es siempre una sorpresa. “Es algo que no puedo planificar de antemano. Es como un regalo que sucede a través de mí cada vez que empiezo a hacer una pieza en ese formato”.
Sobre la muestra, Felipe Márquez, en la presentación del catálogo nos dice que “Ani recrea con gran libertad mundos pretéritos, juegos de luces y tramas de toda índole representando un universo personal, una posibilidad en los espacios intimistas del eterno retorno, una revelación cotidiana y contundente, una confesión tras las horas precisas del amanecer”.
La invitación para apreciar el mundo de Ani Villanueva es el domingo 8 de febrero, a partir de las 11 am, en los espacios del Ateneo de Caracas, Av. La Salle, Qta. La Colina, Urb. Colinas de Los Caobos, subida a Venevisión.
Hay estacionamiento, terraza-café y vigilancia privada.