Jorge Andrés Hernández
autor del libro El último inquisidor,
sobre Alejandro Ordóñez,
uno de los más vendidos en la Feria del Libro
En casi ningún lugar del mundo, un procurador puede destituir e inhabilitar a mandatarios elegidos por mandato popular
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
Jorge Andrés Hernández decidió, de un momento a otro, después de tantas noticias contradictorias especialmente con la destitución del alcalde Gustavo Petro, dedicarse a escribir sobre Alejandro Ordóñez y lo logró. Hernández es abogado y licenciado en Filosofía y Letras, además doctor en Ciencias Políticas, de la Universidad de Johannes Gutenberg de Maguncia.
– ¿Cuál es el oficio real de un Procurador en el mundo?
– Un Procurador debe defender los intereses de la sociedad en todo tipo de procesos judiciales y disciplinarios. En últimas, debe velar por el cumplimiento de la justicia, de la constitución y de los derechos humanos. Pero, en casi ningún lugar del mundo, puede destituir e inhabilitar a mandatarios elegidos por mandato popular.
– ¿Los procuradores romanos tenían la misma conducta que Ordóñez Maldonado?
– Es difícil evaluar la conducta de los seres humanos, dos milenios después, pero, en cualquier caso, los procuradores romanos ostentaban cargos de administración financiera o de derecho privado.
– ¿Cuál es la característica principal del actual procurador colombiano?
– Se trata de un funcionario administrativo que, en su posesión, juró defender la constitución y las leyes de la república como normas máximas, pero que considera que el derecho divino es el que debe prevalecer.
– ¿Cree que tiene poderes realmente omnímodos?
– Sí. El Procurador tiene actualmente intimidados a todos los poderes del Estado y ha cooptado buena parte de las altas cortes. De modo que, quienes podrían investigarlo y sujetarlo a los frenos del estado de derecho, pertenecen a su órbita de poder.
– ¿Cuál es la peor actitud que ha tomado el procurador en el país?
– Que coloque su confesión religiosa personal por encima del orden jurídico y, consecuentemente, que pretenda eliminar a (quienes considera) los enemigos de su ideología confesional con base en la ruptura de dicho orden jurídico.
– ¿Cree que además de su poder, está también su arrogancia y prepotencia?
– El problema, de fondo, no son sus virtudes o vicios personales. Se trata, más bien, de que se considera a sí mismo como un «soldado de Cristo», un «iluminado», que actúa en cumplimiento de un mandato sagrado.
– ¿Qué tanto tiene de Ordóñez de la Santa Inquisición?
– Muchísimo. Hay tres características de la inquisición española, que ha transferido a un organismo de control como la Procuraduría: 1) pretende un matrimonio entre iglesia y estado (un orden teocrático); 2) quien investiga es quien juzga, de modo que no hay garantía alguna para el procesado de imparcialidad y para controvertir las pruebas; y 3) juzga «crímenes de pensamiento», esto es, a quienes considera herejes y contrarios a la reinstauración del orden cristiano.
– ¿Será el último inquisidor o uno de los últimos?
– Espero que sea el último. El título es así, a la vez, una ironía y una proclama: debemos hacer todo para que sea el último.
– ¿Por qué resolvió publicar un libro sobre este personaje nacional?
– Porque Alejandro Ordóñez representa hoy el más grave desafío al orden jurídico constitucional y democrático de esta nación. Y, ante la ausencia de controles del Estado, los intelectuales debemos asumir un rol crítico histórico.
– ¿Que dificultades encontró en el camino al estructurar y escribir el libro?
– Que hay un temor generalizado a enfrentarse con el Procurador. Casi todos le temen. De otro lado, sus más cercanos, le adoran de manera casi fanática.
– ¿Es un libro para los colombianos o para cierto de tipo de colombianos?
– Es un libro que está pensado para todo ciudadano colombiano que está preocupado por la deriva fanática y fundamentalista de la Procuraduría. Sin embargo, el libro exige esfuerzos mentales del lector. No es un libro de anécdotas. Es un libro conceptual.