La diva italiana Sophia Loren deslumbró a Cannes en la alfombra roja con su elegancia felina, asistió al estreno de su última película y dijo estar «muy orgullosa» de cumplir 80 años este año.
«A esta edad, los minutos y los segundos, todo cuenta», dijo la leyenda viva del cine italiano, en una «clase magistral» en la que compartió recuerdos y repartió consejos a admiradores y periodistas que cubren el festival de Cannes.
«La vida pasa, disfrútenla», lanzó la actriz. A su edad «los minutos y cada segundo, todo cuenta». «La vida es difícil cuando uno vive tanto tiempo. Pero estoy muy orgullosa de estos 80 años», que cumplirá en septiembre.
La víspera, la aún escultural actriz opacó en la alfombra roja a estrellas que tienen la mitad de su edad como la francesa Marion Cotillard. La Loren subió la famosa escalinata de Cannes enjoyada con pendientes de diamantes y esmeraldas, luciendo su silueta de sirena con un vestido color champagne pegado al cuerpo, con lentejuelas y efectos de transparencia en las mangas.
La napolitana fue invitada de honor en esta 67ª edición del Festival, que proyectó el corto «La voz humana» realizado por Edoardo Ponti, hijo de la actriz y del productor Carlo Ponti fallecido en 2007.
La obra cargada de dramatismo escrita por el francés Jean Cocteau para una sola actriz es la última conversación de una mujer –aunque sólo se escucha su voz– con el hombre que ama y que la abandona.
«Estoy contenta, esta venida a Cannes ha sido en cierta medida una victoria, y la victoria es de alguna forma volver a empezar», comentó. «Me gusta la lucha».
Tras la proyección de «La voz humana» el público de Cannes pudo deleitarse con la versión remasterizada de la emblemática comedia «Matrimonio a la italiana», un clásico de 1964 protagonizado por Loren y Marcello Mastroianni, dirigidos por Vittorio de Sica, «un hombre extraodinario» al que conoció hacia 1954 con la filmación de «El Oro de Nápoles».
La actriz encarnó en esa película a una vendedora de pizzas en las calles de Nápoles. «Fue el momento más bello, más maravilloso de mi carrera». «Fue una bendición tener un director como De Sica», junto al cual trabajó en 20 filmes y a quien «bastaba una mirada para saber lo que quería de mí».
– Emoción al evocar a Marcello –
El momento más emotivo vino con la evocación de Mastroianni, cuya foto en primer plano fue escogida para el poster de la 67ª edición del festival y decora en formato gigante la escalinata del palacio del festival.
«Cuando vine aquí, miré la escalera con esa maravillosa foto de Marcello y me sentí muy emocionada, pero me dije: ‘Marcello me acompaña, y no voy a estar sola en Cannes'». Corrieron un par de lágrimas en su rostro. «Hicimos tantas cosas juntos».
En «Matrimonio a la Italiana», Loren encarnan a una prostituta que se casa con un burgués acomodado (Mastroianni), en una mezcla de drama y comedia que transcurre en Nápoles durante la Segunda Guerra Mundial.
Loren evocó luego el rodaje de «Arabesque» de Stanley Donen en 1966: «no entendí nada la historia de este filme, pero me encantó trabajar con Gregory Peck». O el de «La condesa de Hong Kong», dirigida en 1967 por Charlie Chaplin, protagonizada por ella y Marlon Brando, «que no hablaba, no era muy simpático, pero era un grandísmio actor».
¿Consejos para un actor joven? «En la vida hay que saber lo que se quiere. Hay que tener una fuerza contínua todos los días en tu cabeza (…) tener una idea fija y pensar sólo en eso».
Sobre la importancia de la belleza, consideró que nunca fue «linda como una muñeca». «Cuando comencé, no me querían contratar porque tenía una boca demasiado grande. Sufrí muchísimo porque decían que no era fotogénica, pero poco a poco, con buenos operadores, hasta mi nariz se volvió más chica».
«Soy una gran tímida y no logro deshacerme de esta timidez», confesó. De hecho, fue un triunfo para los organizadores del festival que accediera a dar la «clase magistral». La primera extranjera premiada con el Oscar en 1961 por «Dos Mujeres» no asistió ese año a la ceremonia porque «me dije que si por casualidad lo ganaba me iba a desmayar y más vale desmayarme en casa que en el escenario».
«Nunca estudié declamación y siempre tuve el complejo de la que no lo sabe hacer», confesó. «Siempre pienso que puedo fallar de un momento a otro. Eso hace sufrir mucho», dijo.
Al acercarse al umbral de los 80, la Loren dice que habla mucho consigo misma, asegura que no tiene enemigos y que en su vida «siempre estuve rodeada de gente que llegó en el momento justo».
«Construí con mis hijos una familia maravillosa y tengo sobrinos maravillosos», comentó. «Soy una persona feliz porque he vivido una vida que amo»
Fuente: http://ve.globedia.com