Fotografía / http://nuevoscronistasdeindias.fnpi.org/gabo-cronista/
En palabras de Gabo:
«Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Durante ese tiempo, ya sin medicinas de ninguna clase, mis relaciones con los médicos se redujeron a controles anuales y a una dieta sencilla para no pasarme de peso. Mientras tanto, regresé al periodismo, volví a mi vicio favorito de la música y me puse al día en mis lecturas atrasadas»
EL OFICIO MAS BELLO DEL MUNDO
García Márquez comenzó su carrera como periodista mientras estudiaba derecho en la universidad. En 1948 y 1949 escribió para el diario El Universal de Cartagena. Desde 1950 hasta 1952, escribió una «caprichosa» columna con el seudónimo de «Septimus» para el periódico local El Heraldo de Barranquilla. García Márquez tomó nota de su tiempo en El Heraldo. Durante este tiempo se convirtió en un miembro activo del grupo informal de escritores y periodistas conocidos como el Grupo de Barranquilla, una asociación que fue una gran motivación e inspiración para su carrera literaria. Trabajó con figuras como José Félix Fuenmayor, el catalán Ramón Vinyes, Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alejandro Obregón, Orlando Rivera «Figurita» y Julio Mario Santo Domingo, entre otros García Márquez utilizaría, por ejemplo, a Ramón Vinyes, que sería representado como un «sabio catalán», propietario de una librería en Cien años de soledad. En esa época García Márquez leyó las obras de escritores como Virginia Woolf y William Faulkner, quien influyó a García Márquez en sus técnicas narrativas, los temas históricos y la utilización de localidades provinciales. El entorno de Barranquilla proporcionó a García Márquez una educación literaria al nivel mundial y una perspectiva única sobre la cultura del Caribe. Con respecto a su carrera del periodismo, Gabriel García Márquez ha mencionado que le sirvió como una herramienta para «no perder contacto con la realidad»
A petición de Álvaro Mutis en 1954 García Márquez regresó a Bogotá a trabajar en El Espectador como reportero y crítico de cine. Un año después, García Márquez publicó en el mismo diario Relato de un náufrago, una serie de catorce crónicas sobre el naufragio del destructorA. R. C. Caldas, basándose en entrevistas con Luis Alejandro Velasco, joven marinero que sobrevivió al naufragio. La publicación de los artículos dio lugar a una controversia pública a nivel nacional cuando en el último escrito reveló la historia oculta, ya que desacreditó la versión oficial de los acontecimientos que había atribuido la causa del naufragio a una tormenta. Como consecuencia de esta controversia, García Márquez fue enviado a París para ser corresponsal extranjero de El Espectador. Escribió sus experiencias en El Independiente, un periódico que sustituyó brevemente a El Espectador, durante el gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla y que más tarde fue cerrado por las autoridades colombianas. Poco después, tras el triunfo de la revolución cubana en 1960, García Márquez viajó a La Habana, donde trabajó en la agencia de prensa creada por el gobierno cubano Prensa Latina e hizo amistad con Che Guevara.
En 1974 GGM, junto con intelectuales y periodistas de izquierda, funda Alternativa (revista) que duró hasta 1980 y marcó un hito en la historia del periodismo de oposición en Colombia. Para el primer número, Gabo escribió un artículo exclusivo sobre el bombardeo al palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, lo que garantizó que se agotara la edición. Luego sería el único que firmaría los artículos.
En 1994 junto con su hermano Jaime García Márquez, y Jaime Abello Banfi, GGM creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que tiene como objetivo ayudar a jóvenes periodistas a aprender con maestros como Alma Guillermoprieto y Jon Lee Anderson, y estimular nuevas formas de hacer periodismo. La sede principal de la entidad está en Cartagena de Indias y García Márquez sigue siendo el presidente de la fundación
Hay muchas cosas por contar acerca de García Márquez, … pero hoy…nos unimos en oración , reafirmando ese gran compromiso del ser periodista,…estar del lado de la verdad y la justicia.