
El naufragio del joven Pi Patel, contado de su propia boca, más de veinte años después, es la historia que escucha un escritor en busca de inspiración y la historia que miramos todos en este film de Ang Lee (Brokeback Mountain), donde el viaje es filosófico, además de mágico, además de creativo, además de estar lleno de una fotografía hermosa y un guión entretenido que te deja tomado las casi dos horas que dura la película.
Basada en la novela del canadiense Yann Martel, Life of Pi es una película visualmente perfecta, llena de paisajes y circunstancias gráficamente apreciables, sin embargo, esto es solo el empaque de un fondo mucho más hermoso, porque esta cinta es una de esos casos donde la grandilocuencia del cine, ayuda a mostrar, verter, inocular una idea, en este caso, sobre el poder de la fe y el efecto benéfico de las historias.
La realidad y la fantasía se mezclan en esta película, donde parece nos preguntan: ¿Qué prefieres: ver el mundo en su magnitud, con sus bajezas y miserias o mantener una visión que te permita continuar? ¿La fe endulza el camino o lo bifurca?
Si no tienen explicación las cosas que pasan y quizás todos estamos a la deriva tal como el joven Pi en el film, a la merced del orden divino, tal vez sea el poder de la imaginación lo que nos salve. Al final, cada uno tiene la capacidad de elegir como ver lo que tiene alrededor, como interpretarlo, la verdad también es relativa, y quizás no sea una sola, quizás sean varias y se encuentre escondida en cada uno.
A pesar de las dudas y tropezones en el camino, a pesar de viajar a ciegas, existe la posibilidad de elegir qué historia quieres creer, tal vez en la vida cotidiana de todos también hay un relato “realista” y uno con un tigre. Cuando la veas me vas a entender…
Calificación: 10/10
Por : Luisa Ugueto