Entrevista al graffitero francés Pierrick Ségérie, quien realizó una residencia de graffiti en el marco de la primera Bienal de Arte en el Espacio Público de Barranquilla.
A lo largo de dos semanas un grupo de estudiantes de arte, cinco de la facultad de Bellas Artes y cinco de la EDA (Escuela Distrital de Arte), participaron en un espacio de formación e intercambio de experiencias que tuvo como objetivo formarlos en las técnicas del graffiti y la realización de un mural colectivo de gran tamaño. El resultado de esta experiencia, podemos verlo en las paredes exteriores de la cárcel del Bosque.
Hablamos con el artista responsable de la residencia, el francés Pierrick Ségérie (Cart 1), mientras coordinaba la elaboración de la pieza final en compañía de los jóvenes participantes.
Alianza Francesa: ¿Qué ha significado la residencia para ti?
Pierrick Ségérie: Ha significado un intercambio primero, entre las culturas, porque en general, cuando vas a otro país o conoces a una persona que no conoces, lo más interesante es eso. No se trata de solo hablar de tí sino de intercambiar. A mí me gusta ir a países que tienen una cultura súper fuerte porque soy como un estudiante. Es muy enriquecedor.
AF: ¿En la residencia cómo ha sido ese intercambio, qué has ofrecido y qué has recibido?
PS: Yo ofrezco mi técnica desde el aerosol y mi historia. El intercambio es de ver y encontrar formas, colores y mezclas de colores que no utilizo. Por ejemplo, yo trabajo en blanco y negro, y ver este fuego de colores para mí es nuevo. Voy a utilizar en mi trabajo este tipo de combinaciones.
AF: En este año que llevas viajando entre Francia y Colombia, ¿qué has podido percibir sobre el arte urbano en Barranquilla?
PS: En Barranquilla es súper fácil hablar con la gente para pedir permiso de pintar sus paredes y es más abierta sobre los murales. Por ejemplo, en Francia somos más cerrados porque nos interesa mucho preservar las paredes pero, de vez en cuando, preservamos paredes que son tonterías. No entiendo por qué somos así. Entiendo cuando preservamos una construcción o casa que es antigua pero la mayoría es tontería. En el barrio de donde vengo los edificios son grises y parecen lugar para poner animales. No entiendo por qué no ponemos colores si la vida con colores es más interesante.
AF: Hablando sobre la técnica para trabajar en pared y en espacio público ¿qué es lo que más te gusta de ella y por qué lo sigues haciendo después de veinticuatro años?
PS: Primero estaba interesado en la cultura hip hop, pero después esa cultura era demasiado bling bling para mí. En la cultura de Estados Unidos se trata de chicas desnudas y carros super grandes y eso no me gusta. La primera vez que conocí esa cultura estaba hablando de la conciencia política, de abrirse al conocimiento y de aprender a intercambiar pero ahora se trata de beber y de chicas desnudas. A mí me gusta cuando estoy pintando en la calle la gente viene a preguntarme y a charlar. A algunos graffiteros no les gusta eso, y lo respeto, pero por ejemplo acá [en el mural de la cárcel de El Bosque] la gente se acerca y practico el español. Es charlar por cinco minutos, pero es bueno y me gusta.
AF: De artistas locales ¿qué te ha llamado la atención?
PS: Desde que empecé a venir a Colombia empecé a leer a García Márquez, estoy descubriendo la cumbia y estoy conociendo la danza. Antes era un admirador de Botero pero no sabía que era colombiano, por ejemplo. Sobre los graffitero de acá conocí el trabajo de Lápiz y de Carlos García con sus monalisas, y ahora son amigos. Me alegra mucho que Lápiz esté participando en la residencia, por ejemplo. El intercambio es eso.
Como cierre de la residencia, Ségérie y los estudiantes pintaron un gran mural en un costado de la cárcel El Bosque junto a otros colectivos y artistas en el marco de la Bienal de Arte en Espacio Público.
La presencia de Pierrick en Barranquilla, se hizo posible, gracias al trabajo conjunto de las entidades: Alianza Francesa de Barranquilla, Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo de Barranquilla y contó con el apoyo del Centro Cultural Cayena de la Universidad del Norte.
Fuente: Alianza Francesa de Barranquilla.