Para todo artista plástico la experiencia de acudir a una convocatoria de talento artístico al aire libre representa una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Es grato apreciar la apertura dada a los nuevos talentos de la plástica nacional junto a los artistas consagradados de la pintura venezolana en eventos culturales gubernamentales. Es el sentimiento que varios artistas acudieran el día seis de agosto de 2013 a la invitación hecha por parte de la Red de Artes, para pintar en vivo en la conmemoración de la Campaña Admirable, donde se festejó el paso de Simón Bolívar por las diferentes regiones de Venezuela. Los mismos asumieron este compromiso con fe, no solo por ser patriotas venezolanos, sino porque es también una puerta que se les abrió para realizar otros proyectos.
Es importante para los organizadores de la logística de cada evento, tomar en cuenta que si bien es una responsabilidad del artista acudir a una convocatoria, es también una responsabilidad por parte del mismo prestarles la logística a los invitados, dotándolos de materiales y alimento para su confort y disfrute en el proceso plástico, así como también otórgales el merecido certificado de participación al artista, agradeciendo el esfuerzo y el traslado a un evento de esta categoría, como lo fue “La Campaña Admirable”. Una logística deficiente resta éxito en la propuesta de cualquier evento, propiciando que los artistas plásticos dejen de considerar como una opción el trabajo ad honorem.
Por otro lado, hoy día son los artistas plásticos quienes viven la mayor carencia en el mundo de las Bellas Artes, esto sucede cuando el Artista Plástico se convierte en un ser individualista; cuando esta conciencia cambie y se convierta en una sociedad de artistas unidos, que sepan respetarse entre sí y por ende conozcan y hagan respetar sus derechos y su debido valor las cosas serán diferentes, Como bien dicta la frase célebre de Esopo “La unión nos hace tan fuertes como débiles la desunión” Para crecer en el medio y exigir cambios solo se necesita la unión de todos.
Por Ana Hernández