Museógrafo y Curador de la Galería Universitaria Braulio Salazar de la Universidad de Carabobo.
Ilich Rodríguez se define asi mismo como un lector empedernido colaborador y sociable, quien con su labor dentro del ambito cultural venezolano quiere transformar desde las ‘artes’ una visión del futuro de nuestro país; rodríguez es un modelo a seguir por ser un conocedor del arte venezolano
Licenciado en arte, mención museología (Cum Laude), Facultad de Arte y Música de la Escuela de Arte, Universidad Católica Cecilio Acosta. Especialización en biodeterioro y su control en los bienes culturales, Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, La Habana, Cuba. Actualmente cursando estudios de Maestría en Museología en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Profesor de diversas universidades públicas del país. Investigador y articulista de varios medios de comunicación nacionales e internacionales.
-¿Qué es un curador en artes visuales?
Esencialmente es el profesional capacitado responsable directo del estudio e interpretación científica del patrimonio tangible e intangible. A su vez, es responsable por la concepción, montaje y supervisión de una determinada exposición y de hacer seguimiento a cada una de las etapas que la conforma.
-¿Cuándo comenzó a laborar como curador y museógrafo?
Desde pequeño sentí gran interés hacia las artes visuales, mis padres se preocuparon siempre en llevarme a las diversas exposiciones que se organizaban a nivel regional y nacional. De niño estudié en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena y realicé talleres de cerámica con el dibujante y ceramista Fernando Sosa a mediados de los años 80. Para el año 1993 ya trabajaba en diferentes agrupaciones culturales de la ciudad. En la Universidad de Carabobo fui electo Secretario de Cultura de mi Centro de Estudiantes en el año 1998. Al año siguiente, ingreso al Ateneo de Valencia, atendiendo las diversas áreas del museo (guía de sala, auxiliar de servicios y asistente de la Coordinación de Artes Visuales) al igual que en el Centro Piloto para las Artes hasta el año 2001.
Para esa fecha, introduzco un proyecto para el Registro y Conservación de las Obras de Arte del Patrimonio de la UC y comienzo a formar parte del equipo multidisciplinario de la Galería Universitaria Braulio Salazar de la Universidad de Carabobo www.galeria.uc.edu.ve, importante espacio cultural de la ciudad con incidencia nacional. Es allí, donde me brindan la oportunidad de desarrollar mi primera investigación con miras a convertirse en muestra expositiva de alcance nacional y que se tituló «Visiones del Fuego en Venezuela», artistas ganadores del Salón Nacional de las Artes del Fuego 1971-2003, desarrollando a lo largo de estos años, diversas curadurías y propuestas museográficas que permitan aproximar la obra u objeto artístico al público usuario del museo.
-¿Cuál es su labor y qué papel desempeña en el área cultural?
Fundamentalmente me considero un facilitador en el lenguaje de las artes visuales, esto es, participar profesionalmente mediante el guión curatorial y/o museográfico con el objeto de facilitar la comprensión por parte del visitante de cada exposición, a fin de que el mensaje transmitido, consiga en el espectador las respuestas que éste espera o desea.
-¿Cuál es la diferencia entre un curador y un museógrafo?
El museógrafo es el responsable del diseño y montaje de las exposiciones utilizando métodos y técnicas adecuadas a los propósitos del museo y de todas sus áreas de trabajo. El curador es, esencialmente, un investigador.
-¿Qué papel juega un curador dentro de las artes plásticas?
Como le indiqué, considero que fundamentalmente es un facilitador en el lenguaje de las artes visuales, alguien que desde la investigación propone ideas para exponer y potencializar las inquietudes y propuestas del colectivo artístico y/o de los bienes patrimoniales.
-¿Qué reflexiones toma un curador antes de realizar un montaje?
Las reflexiones que surgen al momento de abordar determinada investigación son diversas. En principio se trata de aproximar el mensaje contenido en las obras al espectador, de establecer un recorrido vinculante entre las piezas que conforman la exposición, con el objeto de establecer un viaje. Hoy en día, la educación y el deleite están concebidos en forma unificada -a la par relacionados con la comunicación-; en tal sentido, mis propuestas museográficas están orientadas a que los visitantes vayan «descubriendo», «descifrando» un sentido en el recorrido, en la narración de la exposición y el sentido de esto, no es solamente perseguir un descubrimiento estético sino también, abarcar otras áreas del conocimiento. Evidentemente, la educación juega un papel importante dentro de la formación de cada uno de los miembros de la sociedad y por tal razón, me empecino en proponer al museo no como un sitio para observar objetos, sino en espacio para vivir experiencias.
-¿Es cierto que los curadores están ganando espacio dentro del área cultural?
Pienso que la figura del investigador es indispensable para la adecuada puesta en escena de una propuesta expositiva. Así como existe el director para las orquestas, el curador es aquella figura que ordena de manera capaz y ecuánime, abordando desde diferentes visiones y con ayuda de otras áreas del saber el hecho investigativo, manteniéndose siempre en constante aprendizaje en su área del conocimiento y desarrollando un amplio criterio inclusivo. La presencia del curador en el área cultural, coadyuva de manera positiva a fomentar el criterio estético en las personas, desarrollando las habilidades de análisis y percepción, promoviendo la curiosidad, el pensamiento divergente y la multiplicidad de los gustos.
-¿A qué se debe el prestigio de un curador en la actualidad?
¡Al contrario, creo y siento que siempre hemos sido vistos -indudablemente por desconocimiento de nuestra labor o mezquindades infundadas-, con muy malos ojos! En todo caso, la reputación del investigador se corresponde, entre otros aspectos, a lo correcto de sus criterios, a lo argumentativo de sus propuestas y a la posibilidad de articular un discurso que permita conocer más, sobre las artes visuales y sus protagonistas.
-¿Cuando un curador pierde el juicio de lo que quiere decir un artista con su obra qué hace? ¿Cómo se replantea la obra?
La claridad de juicios, la prudencia en la reflexión y la sustentabilidad argumentativa, son algunos de los elementos indispensables para la correcta aproximación de todo hecho artístico.
-¿Cuál es la responsabilidad de un curador delante de un artista?
El compromiso que se asume cuando se inicia toda investigación se corresponde -al menos en mi caso personal-, desde el respeto hacia el artista y su propuesta. Es desde ese escenario, en donde podemos conocer y discernir sobre su producción artística. De la justa apreciación del trabajo, dependen los métodos con los cuales elaboraremos el discurso curatorial y museográfico para la adecuada y fructífera puesta en escena.
-¿Cuál es la responsabilidad del curador delante del público?
Me asumo como un sumador de voluntades para hacer de nuestros museos espacios vivos, en donde el aprendizaje y la diversión vayan de la mano, y para tal fin, es necesario establecer criterios acertados en la aproximación del hecho artístico al público. En el respeto que tengamos hacia sus inquietudes, propuestas, interacciones, dinámicas y necesidades, estaremos dando respuestas a una sociedad que reclama espacios que sean para el solaz, accesibles, con discursos próximos a ellos y en donde tengan cabida los diversos públicos que componen nuestra sociedad. Es hacia ellos, a los que dedicamos todos nuestros esfuerzos.
-¿Qué puntos cree usted que debe destacar un salón, una obra y un artista?
Son tres aspectos muy distintos y extensos. Por decirle algo, en el caso del Salón depende si es de confrontación, si los artistas deben someterse a un jurado de admisión y/o calificación o por el contrario es por invitación, si es temático, etcétera. En el caso de la obra, con cuál de las diversas técnicas el artista abordó determinado tema, su concepto, su factura técnica y estética, entre otros. Y el artista, pues, su investigación y propuestas, su trabajo, producción. Son diversos los elementos que entran en juego al momento de evaluar estos tres puntos que usted menciona y a falta de especificidad, sería irresponsable generalizar.
-¿Como curador, qué opina sobre los salones de arte en la actualidad?
Existen diversos tipos de salones de arte -esencialmente por confrontación o por invitación-, en donde la obra u objeto artístico se ve sometido a la evaluación por parte de un jurado de admisión o calificación según corresponda. Sin ánimo de generalizar, pienso que lejos de buscar en ellos un panorama, un reflejo de país en cuanto a las artes visuales, creo que son escenarios necesarios para la identificación de búsquedas e indagaciones que la contemporaneidad plantea y que encuentran eco en la producción artística.
Existen dos grandes salones de arte en nuestro país, que han sobrevivido a vicisitudes y maledicencias de propios y extraños. Uno, la Bienal Salón Arturo Michelena, que en la edición anterior (64) sufrió los embates de la polarización política del país y en donde el sector oficialista intento hacer un salón paralelo a todas luces carente de legitimidad -lo que quedó en evidencia ya que no tuvo continuidad-, y con escaza incidencia entre los artistas y el público. Por otra parte, este año, la nueva Junta Directiva del Ateneo de Valencia está convocando a la 65 edición de la Bienal Salón Arturo Michelena, evento que seguramente contará con el apoyo mayoritario de la oferta artística nacional y en donde esperamos ver esa búsqueda que artistas noveles y reconocidos de nuestro país enviarán al salón.
Otro evento importante que ocurre en el interior del país, es el Salón Nacional de las Artes del Fuego, evento que desde 1971 muestra las más recientes propuestas en las especialidades de cerámica, orfebrería, vidrio y esmalte sobre metal. Salón de relevancia nacional, en donde encontramos a reconocidas figuras de las artes a lo largo de sus 37 ediciones. Igualmente se realizan en el país la Bienal de Arte Popular Salvador Valero (Trujillo), la Bienal Nacional de Escultura (Nueva Esparta), el Salón de Arte Aragua (Aragua), entre otros, que evidencian la necesidad de confrontarse en escenarios dignos para la discusión y disfrute por parte del colectivo.
-En la actualidad venezolana ¿Cuáles son los modelos curatoriales abordados en los salones de arte?
Existen diversos criterios al momento de abordar el hecho curatorial y éstos -podría decirse-, se corresponden con el método de trabajo de cada investigador y muy particularmente dependiendo de las características propias de cada salón.
-¿Cómo define el dibujo hoy por hoy? ¿Cómo se cruza con la tecnología?
El dibujo, desde hace ya bastante tiempo, ha trascendido las fronteras de la bidimensionalidad a través de propuestas tan contundentes como la de Gego o Soto, por hablar sólo de Venezuela. En la actualidad, existen propuestas en esta materia muy interesantes y acertadas -a nuestro modo de ver-, en donde se trabaja no solamente con materiales no convencionales como cabellos o ramas sino que además, hemos visto con interés como se ha incorporando el elemento tecnológico, lo cual le atribuye una cualidad propia de movilidad -cuando es accionada ésta mediante motores o vibración-, lo que abre un camino infinito de posibilidades, siempre dentro de los procesos investigativos de cada artista y las experiencias que enriquecen su devenir.
-En un contexto social, político y económico ¿Cuál es la situación de los espectadores que van a las galerías? ¿Cuál es la educación visual ante la exposición en la actualidad?
Como es del conocimiento público, los museos nacionales están en un franco y lamentable deterioro y esto no es especulación, basta con acercarse a cualquiera de ellos para ver el triste estado en el que se encuentran, tan evidente es la realidad, que el Ministro de Cultura del Gobierno Nacional Francisco Sesto, admitió recientemente el deplorable estado al que fueron conducidos. El público asistió a ellos en sus momentos de gloria y apreció las maravillas de sus colecciones, las importantes exposiciones que albergábamos y las investigaciones y publicaciones que producían. Hoy, tristes cascarones sucios, trincheras de indigencia y prontas a ser saqueadas sus colecciones -invaluable insumo para la investigación- y depositadas en una sola bóveda al resguardo de Dios y la Virgen.
Las escasas exposiciones individuales, a razón de una anual aproximadamente, es de afectos al proceso que adelanta el gobierno. Sin carnet no exhibe. Mientras, en el interior del país, otras instituciones como el Ateneo de Valencia, así como otras tantas, han sido tomadas a la fuerza por sectores oficialistas para realizar desde allí sus labores proselitistas.
-¿Cuál educación visual? Sin adquisiciones de nuevas obras en los últimos once años, sin poder ver las colecciones de nuestras instituciones nacionales, el patrimonio arquitectónico en estado más que lastimoso, mueren nuestros artistas y no hay el reconocimiento gubernamental que se merecen, todo por ser considerados «del bando contrario». Pero llueve y escampa y en el interior del país está escampando. Instituciones como la Galería Universitaria Braulio Salazar, el Museo de Arte Popular Salvador Valero (ambos dependientes de universidades públicas) e Institutos de Cultura de diversos municipios, hacen una labor encomiable por ofrecer en sus espacios exposiciones dignas e investigaciones de factura internacional, convirtiéndose en referentes nacionales de voluntad, profesionalismo e iniciativa.
-¿Cuál diría que ha sido el principal o los principales obstáculos que ha enfrentado para desarrollar su trabajo académico en el área curatorial?
Las limitaciones impuestas para poder tener acceso a las colecciones de nuestras instituciones museísticas nacionales, por ejemplo; con fines de investigación y exhibición. Las limitaciones de carácter presupuestario, pero que lejos de lamentarnos y sentarnos a esperar que el sector oficial tome la cultura con la seriedad e importancia que merece, desde nuestra institución hacemos con mucha mística una labor que no tiene que envidiarle en absoluto, a cualquier institución gubernamental tutelada con asignaciones presupuestarias mensuales que superan fácilmente con creces, al presupuesto anual nuestro.
Nuestra institución, mediante convenios establecidos con las pocas empresas privadas que siguen produciendo y que continúan aportando e invirtiendo en cultura, el apoyo irrestricto de nuestra Alma Mater la Universidad de Carabobo, aunado al gran apoyo que recibimos de la comunidad y de un nutrido grupo de colaboradores, producimos ofertas expositivas de altura, tanto de artistas noveles nacionales como consagrados.
Nuestras propuestas curatoriales, lo acertado de las actividades educativas que se desarrollan en el marco de cada exposición, la labor investigativa y de documentación, las diversas propuestas museográficas, entre otros indicadores, nos han merecido el Reconocimiento 2009 en la categoría de Difusión del Arte Venezolano, otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) capítulo Venezuela, demostrando así, que con profesionalismo, entrega y suma de voluntades, podemos construir desde el arte, esa ciudadanía que el país merece y la sociedad reclama.
-¿Qué opina de la posibilidad que le da Conarte de mostrar su desarrollo en el área de curaduría a todo el mundo a través de los medios creados en Internet y ser utilizadas por la Comunidad de Artistas?
Toda iniciativa que propicie la difusión y apoyo a las artes merece nuestro apoyo y estímulo. Esperemos que Conarte se constituya en un portal que les permita a los artistas dar a conocer sus trabajos y propuestas, con miras a establecer una suerte de base de datos que nos permita a los investigadores, especialistas y público en general ingresar y conocer más a fondo sobre cada uno de los registrados acá.
-¿Cómo descubrió su vocación?
Desde siempre he estado vinculado al mundo de las artes visuales, mi formación de hogar me hizo ver en los museos, ese espacio maravilloso para conocer y disfrutar mediante la contemplación y análisis de las obras y objetos contenidos en ellos. Luego de cursar estudios en la Universidad de Carabobo en la carrera de Relaciones Industriales, decido iniciar mi verdadera vocación referente al área de museos, en la cual espero realizar próximamente, una vez culminada la Maestría, un Doctorado en arte.
– ¿Cuál es su ambición como curador y museógrafo de arte? ¿Dónde quiere llegar?
Quiero continuar trabajando directamente con los artistas, desde sus talleres y estudios, viviendo su cotidianidad y comprendiendo los procesos de la creación, con artistas noveles, con el arte popular, con aquellos que buscan en el arte un medio para trasmitir su mensaje, con gente auténtica, de mi país. Colaborar para que las cosas se den, trabajar para transformar desde el arte nuestra visión del futuro y construir el que anhelamos y merecemos.
-Háblenos un poco de usted en lo personal y profesional.
Soy un lector empedernido y me fascina conversar con la gente, en la interacción cotidiana con los demás, en el trabajo, en la calle, en el quisco, es donde se respira el verdadero país. Atender las necesidades de nuestros ciudadanos y cómo incorporar las soluciones que demanda la sociedad a los discursos museográficos y curatoriales, coadyuvar en la búsqueda de soluciones, convivir con nuestra realidad desde la óptica del otro.
Ilich Rodríguez Coronel
Entrevista preparada por la Artista Plástica Ana Yudith Hernández Ramírez
Miembro Permanente del Equipo de Colaboradores de la Comunidad Conarte