Por: Luis Armando Ugueto Liendo
Mas de 40 años de experiencia en la música y la ingeniería de sonido ahora están al servicio de las nuevas generaciones en un novedoso software de audio.
Tengo semanas escuchando con avidez los discos de Daniel Grau. Su música ocupa un sitial de honor entre mis álbumes de los setenta, junto a las grabaciones realizadas esa década por Eumir Deodato, Gato Barbieri y Herb Alpert. Eran otros tiempos, los instrumentales sonaban en la radio y llegaban hasta los primeros lugares en las listas de popularidad. Hoy en día, el gran público pareciera no identificarse con este tipo de propuestas, pues el centro de atención lo ocupan los cantantes.
Conocí a Grau a través del Facebook, vive en la alta Florida en Caracas, en una casa detenida en el tiempo que alberga su estudio de grabación. Su sala de mezclas es una habitación de techos altos, llena de equipos de tubos y maquinas de cinta. Es la misma imagen que se observa en la fotografía de la portada de su disco debut: “Dejando Volar el pensamiento”. Todavía se siente la vibra de lo ocurrido dentro de esas paredes ahora grisáceas por el paso de los años y el olvido.
Daniel Grau es un hombre perspicaz, toca varios instrumentos musicales y es ingeniero de sonido, ambos oficios los aprendió de manera autodidacta. Sin embargo, no se prodiga al hablar de su carrera. Entre 1974 y 1983 grabó nueve álbumes para la firma internacional London: “El primer tema mío que tocó la radio – cuenta Grau – fue “La canción de la noche”. Un amigo la llevó a Radio Caracas y comenzó a sonar, no era como ahora que hay que tener cantidades increíbles de dinero para que tus discos puedan escucharse.
Como ingeniero se inicia en 1971, a los 23 años en “Estudios del Este”. Posteriormente trabaja en Discomoda y Fidelis hasta que monta su propio estudio: “Viví cosas maravillosas – dice el músico – y grandes absurdos gracias a muchos pseudo productores”
Desde hace algunos años, ha incursionado en la informática y ha creado un software de masterización (proceso que permite que un disco suene de manera equilibrada en cualquier sistema de audio) único en su estilo: “El programa me tomo dos años desarrollarlo y resume mis experiencias en el mastering, afirma con orgullo.
Probamos el software y merece 10 puntos, es una forma de tener los oídos de Grau a nuestros servicios en la difícil labor de hacer un máster efectivo que compita con los estándares mundiales. Los conocimientos de maestros como él, pioneros en el campo de la música y la electrónica, son necesarios para las nuevas generaciones. Sus consejos podrían ser el arma secreta de cualquier estudio de grabación.