Gusmar Sosa (Yaracuy, Venezuela, 1980). En año 2008, participa en la convocatoria del Premio de Ficción de la editorial Grupo Nelsón, la división de Nelson Publicaciones para Latinoamérica, y su novela Rubia queda entre los cinco finalistas. En 2010 participa con un ensayo teológico en el concurso de ensayos convocado por la editorial Letra Viva. Con su ensayo “El Cristianismo como Escenario”, entre 91 participantes, queda entre los finalistas de esa convocatoria.
En el año 2011 con su microrrelato “Volveré a ti”, es uno de los tres ganadores de un concurso convocado por la Biblioteca Pública del Estado Zulia. Ese mismo año Christian Editing, una editorial con sede en Miami, lanza su primera convocatoria del concurso “Relatos Cristianos”, Gusmar Sosa participa con su relato “La fe de mi Padre”, y resulta uno de los ganadores del concurso, su relato es incluido en el libro “10 Excelentes Historias Jamás Contadas”, que se publicó a principios del año 2012 bajo el sello Christian Editing y actualmente es distribuido en toda Latinoamérica.
En el año 2011 Negro Sobre Blanco publica su novela Rubia. Su cuento “Los Ojos de Esmeralda Domaron al Tigre”, fue uno de los ganadores de un concurso convocado por Editorial Vagón (México), y se publicó en el libro “Primera Antología de Cuento de Editorial Vagón”. Su cuento “Paula Sosa y el Futuro”, se incluyó en la Antología “Nuestros Abuelos”, publicada por Casa Abuelos, Buenos Aires (2012).
Tres de sus microrrelatos (Dolores de parto, La alarma, Supersticiones) se incluyen en la Antología “Primeros Exiliados”, Argentina.
En el mes de noviembre del 2012 se publican cuatro cuentos suyos en una colección titulada “Cuentos Para Morir Leyendo”, publicada por Negro Sobre Blanco Editores, en la que, junto a Richard Sabogal, incursiona en el género de la novela negra.
Participa también en la «I Colección de Cuentos Postmodernistas», que actualmente edita Negro Sobre Blanco Editores. Ese mismo sello editorial revisa y edita su ensayo «Descansando Sobre Estructuras Débiles», que se planea publicar en el primer trimestre del año 2013.
Gusmar Sosa también ha formado parte del jurado de importantes concursos literarios emergentes que tienen como propósito descubrir nuevos talentos venezolanos en el ámbito de la literatura, entre ellos en el «II Concurso Por una Venezuela Literaria» y en el «I Concurso Literario de Cuentos A Dos Manos».
Blogspot del autor:
http://www.minovelarubia.blogspot.com/p/autor.html
http://www.gusmarcsosac.blogspot.com/
http://gusmarcarleixsosa.blogspot.com/
Rafael Ayala Páez: ¿Por qué convertirse en un narrador de historias?
Gusmar Sosa: En primer lugar te agradezco por la oportunidad que me das de ser el blanco de tus preguntas. Desde que interactuamos te considero un hábil interrogador, y creo que eso se te da por tu destreza poética y tu atención al leer
Ahora bien, me recuerdas una escena en la que una chica muy hermosa observa a cuatro nerds que están experimentando con un tipo de control en línea y queriendo impresionar a la chica le muestran cómo un hombre desde China puede apagar las luces de la habitación. Ella los mira sin asombro y les dice que ellos mismos podrían apagar las luces con un interruptor, “¿por qué hacerlo de esa forma?”, pregunta ella. Los cuatro nerds se miran, parece que no entienden cómo alguien puede preguntar eso, y como si hubieran ensayado responden en coro: “lo hacemos porque podemos”. Yo sí entiendo tu pregunta, pero mi respuesta es la misma: lo hago porque puedo.
Desde mis nueve años descubrí que puedo contar historias, y que en esa entrega, al escribirlas, mi rebeldía se manifiesta y construyo realidades alternas, desconociendo la establecida y desafiándola, diciendo “puedo crear, soy un creador, y con mi poder me construyo los mundos que sueño”. Estoy convencido que la narrativa no es sólo una expresión de desahogo, también es un instrumento para construir. Creo en el poder de narrar historias con propósitos, no siempre me establezco objetivos al narrar, pero va implícito, en cada una de mis historias, ese carácter de la esperanza de un mejor porvenir, como parte de la naturaleza de mis historias. Pero no es todo, tengo sed de trascender. Algo poético corre por mis venas, un susurro me desestabiliza desde mi niñez, creo que es la influencia de las mitologías griegas, o tal vez de las leyendas de nuestra región. Oigo la voz de la historia, y me dice que nuestro tiempo, la postmodernidad, es trascendental, me dice que nos toca construir nuestros mitos postmodernos. Somos un tiempo, y uno que sirve de puente, mañana emergerá una era más sólida, y estoy convencido que aquella va dependiendo de esta, así que nos toca establecer los mitos que puedan despertar la sed de los que nos heredan, y que esos mitos les sirva, a esa generación que nos suplantará, de impulso para la construcción del tiempo que les tocará.
Así que narro historias porque puedo, porque necesito manifestar mi rebeldía y porque tengo sed de trascendencia.
RAP: ¿Cuáles son las novelas que han influido en tu trabajo como narrador? Y, ¿puedes decirnos de qué manera crees que estas obras influyeron en tu narrativa?
GS: Desde el momento en que descubrí que podía crear me interesé en leer. Y he leído distintas obras, muchas de ellas me han marcado, sin embargo, si tengo que decirte cuáles de las novelas que he leído han influido en mi trabajo, entonces debo nombrarte las novelas de un solo autor, que en conjunto me han enriquecido: las obras de nuestro Don Rómulo Gallegos. A los doce años tuve un romance con algunas de sus obras, entre ellas: Doña Bárbara, Cantaclaro, Pobre Negro, Canaima y Sobre la Misma Tierra. Hay novelas que me han marcado, por ejemplo: “Lanzas Coloradas”, del gran Arturo Uslar Pietri, “El Amor en Tiempos de Cólera” y “Del Amor y otros Demonios”, del maestro Gabriel García Márquez; pero las obras de Don Rómulo Gallegos, me desafiaron, me invitaron a sumergirme en el arte de la narrativa. Sus historias me sedujeron, me permitieron saborear la angustia y agonía mientras como un alquimista Don Rómulo construye con ellas destinos grandiosos.
No sólo es el regionalismo, del que tanto se ha hablado, es mucho más que eso, la influencia de su obra en mi narrativa fue determinante, me enseñó que en una escena puedes dirigir un paseo por las crisis existenciales que anuncian nacimientos, que puedes usar la luz y las sombras como si fueran un solo elemento. No puedo decir que soy tan buen narrador como nuestro Don Rómulo Gallegos, tampoco puedo asegurar que mi narrativa se parece a la suya. Para bien o para mal creo en la originalidad, no me gusta copiar el lenguaje literario de nadie, intento crear desde mi experiencia y estilo, pero reconozco la influencia de sus obras en mi narrativa, y agradezco mi encuentro con sus novelas.
RAP: ¿Cuénteme cómo fue el proceso de escritura de tu libro Rubia?
GS: Rubia, Rubia, Rubia. Mi niña Rubia. Fue un proceso interesante. La escribí tres veces, la construí de tres formas distintas, siempre la misma historia de fondo, los mismos personajes en las tres formas. La primera versión no se la mostré a nadie, apenas la leí sentí que no estaba escrita como debía. La segunda versión la compartí con algunos amigos y recibí algunos elogios (amigos bondadosos), sin embargo, meses después sentí vergüenza y eliminé todos los archivos y boté las copias que tenía. Pasaron meses y escuché de una convocatoria llamada “Premio Nelson de Ficción”, convocado por un grupo editorial con sede en México. Recordé a mi niña Rubia y me dediqué a escribirla de nuevo. Una amiga leyó el primer capítulo mientras avanzaba en el segundo y me dijo que notaba que yo manejaba muy bien el flashback. Me sugirió que entrenara con ese elemento hasta manejarlo con naturalidad y a la perfección. Tomé su consejo, y jugué con el elemento en la construcción de la historia. Decidí exaltar la zona rural de la Costa Oriental del Lago, y como hombre que ha asumido la postmodernidad me aventuré a la creación de mitos y leyendas en base a ciertos datos históricos relacionados a la zona rural. Así le di vida a Rubia.
Quise hacer un universo complejo, donde ella (Rubia) pudiera danzar con libertad pero sujeta a las leyes de su universo. Incrusté en el alma de ella mi sed, mis anhelos, mis conflictos y hasta mis demonios. Siempre he confesado, cuando hablo de ella, que todos sus personajes son ángulos de un espejo que refleja mi personalidad. Cada ángulo resalta algún aspecto propio y puede que exagere su proyección, pero es fiel a la fuente de donde se origina. Así culminé la tercera y última versión al final del mes de junio del año 2008 y la envié al concurso convocado por el Grupo Nelson Editorial. En el mes de noviembre publicaron una lista de cinco finalistas y entre los títulos estaba mi Rubia, cuatro años después la estaría publicando bajo el sello Negro Sobre Blanco Editores. Por cierto, con ella marco mi primera participación en el Premio Rómulo Gallegos, en esta edición XVIII. Y digo primera porque ambiciono participar mientras tenga aliento y fuerza en mis manos para escribir.
RAP: ¿Qué hace que una historia sea buena y por qué?
GS: Yo supongo que esa es una pregunta que nos inquieta a todos los narradores, al menos a mí me atormenta. Me gustaría estar seguro de la respuesta, pero no sé si soy objetivo o subjetivo al intentar responderla. Yo pienso que la historia es buena si uno logra descubrir la forma correcta de narrarla de acuerdo a su argumento. Es decir, es su naturalidad, que sea percibida espontánea y no un capricho del narrador que va forzando el ritmo y desenlace.
Cuando leo una historia en la que apenas sé que me la cuenta un narrador, porque ha dibujado magistralmente el universo de su historia y el desenlace responde a una cosmovisión espontánea, entonces al finalizar la lectura me queda esa sensación de haber vivido en aquel universo y haber sido testigo de los sucesos y juzgo que la historia fue buena. Y en base a ese criterio, tal vez subjetivo, intento crear mis historias para dejar un buen sabor en el alma del lector.
RAP: ¿Podría hablarnos un poco sobre tu libro Regeneración? Además, ¿cuál es la diferencia de este libro con respecto a tu anterior libro publicado?
GS: Regeneración nació como un cuento de veinticinco páginas. Nació en un día, el triste y doloroso día recordado por nuestra historia por la Tragedia de Amuay. Me levanté a las seis de la mañana, encendí la tv y me senté a monitorear los canales nacionales para estar al día. Me enteré del lamentable suceso, vi las imágenes que teñían de oscuridad el sábado 25 de agosto del año 2012, que nos vestían de luto y lamentos. Me sentí impotente por no poder hacer nada, por estar tan lejos del lugar de la tragedia. Guardé un minuto de silencio reverente por aquellos que perdieron su vida y en honor a los que estaban en el lugar participando en la operación que intentaba reestablecer el orden. Decidí escribir un cuento en homenaje a los caídos de Amuay y lo llamé: Regeneración. Al caer la tarde ya estaba listo el cuento y dos meses después decidí escribir una novela tomando el cuento como base.
Así surgió “Regeneración: Parte 1, Incendio en la Planta Amuay”, una novela corta, de doce capítulos y que está disponible en Amazon. La novela es una primera entrega de una serie que pretendo escribir y en las que voy presentando la dinámica política y social en evolución que refleja nuestra región. Sin embargo, recurro al género de novela fantástica para lograr los objetivos de la serie. De manera que, el lector no encuentra una historia política, sino que pasea en un universo de personajes con poderes fantásticos que se ven envueltos por acontecimientos trágicos y que responden desde sus naturalezas, dándole vida a la trama central y encontrándose unos con otros.
La diferencia entre Regeneración y Rubia es que esta es una novela de género, aunque marcadas las dos por ese tono de tragedias sucesivas que se imponen como un reto para los personajes, Regeneración es más sobrenatural, sus personajes tienen la ventaja de sus poderes y al final ellos representan un mismo evento en evolución. Rubia es más asilada, sus personajes son como pequeños universos que se tocan, pero que tienen sus propios elementos e historias, no es tan “colectiva”.
RAP: ¿Cómo ves la literatura y por ende la narrativa venezolana actual?
GS: En la actualidad creo que hay un fenómeno en evolución, me refiero a una gama extensa de escritores que van emergiendo, tal vez a paso lento, pero van conquistando lectores en sus círculos. Y ya que me preguntas por la literatura, voy a permitirme ser reduccionista y hablarte de mi entorno y del cómo veo el ámbito literario desde mi experiencia.
Me preocupa que las grandes editoriales, esas que tienen la capacidad de inundar el “mercado” con títulos y autores, no se están inclinando a observar esa gama de escritores considerados “noveles”, y que yo los veo más bien como “anónimos”, no en el sentido de una condenación al anonimato sino como un movimiento completo y que en colectivo están redimiendo la literatura desde los callejones. Ni siquiera los considero escritores novatos, o jóvenes escritores, creo que ellos están haciendo del “anonimato” un fenómeno redentor. El año pasado tuve la oportunidad de ser parte del jurado de un concurso nacional convocado por una de las pequeñas editoriales emergentes del país, que es de esas que desde las bases están apoyando a estos anónimos permitiéndoles cumplir el sueño de ser publicados y distribuir sus propios libros en sus círculos. Al concurso respondieron más de cien escritores y así llegó a mis manos una serie de manuscritos esplendidos. Me di cuenta que existen buenos narradores en el país, que hay talento para exaltar la literatura nacional, y que las editoriales grandes del país están perdiendo la oportunidad de servirle a la literatura nacional. Considero que deben abrirse espacios que puedan servir para descubrir estos talentos. Sé que en los últimos años el gobierno nacional ha promovido una serie de concursos literarios, pero creo que las editoriales, todas, deben sumarse a esta iniciativa y de alguna manera apoyar el fenómeno literario que emerge desde los callejones.
Suelo ser muy optimista. Creo que en cualquier momento un nuevo “boom” va a emerger dentro de nuestras fronteras. Y pienso que, para ello los anónimos debemos unirnos de una u otra forma para ser vistos como una red dispuesta a hacernos leer, porque tenemos un mensaje que dar y un escenario por construir. Llevo meses lanzando indirectas a través de las redes sociales, quisiera encontrar un blog en la red, de escritores anónimos venezolanos unidos, en el que podamos publicar cuentos cortos y hablar de nuestros trabajos y proyecciones.
RAP: ¿Qué pueden esperar tus lectores encontrar en tu narrativa actual y futura?
GS: Crítica social, utopías, alianza con la postmodernidad. Es parte del ADN de mi narrativa, es inevitable, me brota por las letras (risa). Llevo casi un año experimentando. Cuando comencé a narrar me ceñí a la narrativa clásica, por respeto, por romance, porque adoro la narrativa, es mi dios. Tú que has leído Rubia debes saberlo, sé que lo has notado. Mi novela “Las Caricias del Tiempo”, escrita en el 2010, también refleja mi reverencia por la narrativa. Pero llevo un año experimentando con los géneros, desafiando mi comodidad. Así he danzado entre la narrativa negra, la fantástica, tengo una historia corta en la que todavía estoy trabajando bajo el género “Z”, estoy experimentando con la ciencia ficción, el terror, y otros géneros. Tengo ya armadas tres colecciones de cuentos esperando sus turnos, y en ellas podrías notar el resultado de mis experimentos.
Estoy intentando arriesgarme más en el tono político de mi narrativa, hago ejercicios actualmente con microrrelatos, que puedes leer en mi cuenta del Facebook, tú sabes, vamos madurando poco a poco, el ritmo depende de la intensidad con la que escribimos, así que me dedico a escribir a diario. Tal vez encuentres en mi narrativa futura un arrojo más profundo en mi tono político.
Lo que puedo asegurarte es que, sin importar bajo qué genero presente mis historias, siempre encontrarás alguna crítica social, no una crítica estéril u odiosa, sino una que invite a la reflexión y desafíe a la acción, siempre encontrarás alguna utopía, yo creo en el poder de la utopía y que ella puede anular la eternidad de la esperanza para hacernos avanzar a siguientes ciclos. Y siempre notarás mi alianza con la postmodernidad. E indudablemente siempre podrás encontrar una pizca de flashback, creo que es mi firma.
RAP: Por último, ¿en qué nuevas tentativas literarias estás trabajando actualmente?
GS: Como te dije anteriormente, estoy terminando de armar una historia corta bajo el género “Z”, creí haberla terminado hace unos meses, pero he vuelto a leerla y creo que cerraré otros ciclos dentro de la historia.
El año pasado participé en el concurso convocado en homenaje a Salvador Garmendia, con una colección que titulé “Cuentos Detrás de la Puerta”, así que he comenzado a escribir una nueva colección de cuentos para la convocatoria de este año, la he llamado “Cuentos que Sangran desde la Postmodernidad”. En esta colección de cuentos estoy intentando “mitificar” algunas realidades, es una de mis tentativas por ahora, y también estoy trabajando en una novela romántica, un reto que me he propuesto. Con esa novela me propongo exaltar el amor a la patria expresado desde distintas esferas a través de personajes encarnando diversos roles y ubicados en distintas zonas geográficas de nuestra Venezuela.
Estoy revisando “Las Caricias del Tiempo”, la novela que escribí en el 2010. La preparo para enviarla a la convocatoria de este año del Stefania Mosca.
Tengo unos cuantos proyectos pendientes, al menos dos entregas más que complementan la historia de Rubia (“Gabriel” y “Cristal”), la segunda parte de Regeneración con la que pretendo profundizar en el mundo de la conspiración, espero me alcance la vida para narrar todas las historias que he soñado, y espero aprovechar hasta mi último aliento para lograr mi empeño.