La chirimoya o chirimoyo (Annona cherimola) es un árbol frutal originario de América, posiblemente de los Valles de Perú y Ecuador. Su fruto tiene una cáscara delgadísima y frágil. Su superficie es verde oscura, casi lisa. El interior de la fruta, de color blanco, posee una textura carnosa, blanca y de sabor dulce, a veces descrito como una mezcla entre la piña, el mango y la frutilla.
La palabra chirimoya: proviene del quechua chirimuya, que significa “semillas frías”, ya que germina a elevadas altitudes. También podría venir de moyu, que significa seno y, por lo tanto, en la lengua quechua chirimoya sería “seno frío” o “seno frío de mujer”.
Ya se conocía en Perú
El sacerdote español Bernabé Cobo vio la chirimoya por primera vez en México, en el siglo XVII. Al probarla, sintió tanto placer que consideró una tristeza que el entonces Reino del Perú no tuviera esta delicia. Como regalo a sus amigos del sur ofreció algunas semillas para que las sembraran en el Perú. Sin embargo, el jesuita desconocía que esta fruta se cultivaba en ese país desde hace más de 2.000 años. Entre el año 0 y el 700 d.C, los moches, en el norte de Perú, fabricaron vasijas con forma e imágenes de chirimoyas.
Manjar blanco
Los españoles dijeron que la chirimoya podía tener el tamaño de la cabeza de un muchacho y que era la mejor fruta de las que provenían de América. Los españoles la denominaron “manjar blanco”.
Receta de Chirimoya alegre
Ingredientes: 3 chirimoyas, 1 taza de jugo de naranja.
Preparación
Pelar las chirimoyas, cortarlas en trozos y sacarles las pepas. Ponerlas en una fuente. Verter el jugo de naranja sobre las chirimoyas. Dejar enfriar en el refrigerador y servir.
Bibliografía: Sabores de América autoras Ana María Pavez y Constanza Recart, pagina 15, año de publicación 2010.
Fuente: Juan Antonio García.