Entendiendo la importancia de los juglares para el vallenato, Old Parr enaltece sus valores dándoles la significancia que merecen para la cultura colombiana. Poco o mucho se conoce del vallenato y de sus inicios, y por ende de vehículos imprescindibles de éste como lo eran sus juglares. La realidad es que este ritmo hace parte de la cultura colombiana y es uno de los sellos característicos del país ante el mundo.
La mejor manera de definir un juglar, según Julio Oñate, famoso escritor, compositor y conocedor de los ancestros del vallenato << un juglar es un alegrador de la vida. El juglar es aquel personaje que por la necesidad imperiosa de cantar y de comunicar a la gente lo que ocurría en su entorno, sus episodios, relatos, alegrías, tribulaciones, se iba siempre con su acordeón y en forma de cantos, iba narrando lo que acontecía en la tranquilidad de su patio. Este término se empezó a usar a partir de los años 30 en Colombia e hizo carrera durante muchos más>>. La verdadera vocación y oficio de los juglares era el de ser comunicadores por naturaleza, por esto se dice que el vallenato tradicional era un periódico cantado.
En aquella época, un verdadero juglar componía, cantaba sus versos y acompañado del acordeón o la guitarra interpretaba sus obras. Rescatar la memoria juglar es una forma de darles el derecho que tienen en nuestra historia y de dignificar la labor que cumplieron. Entre los principales juglares vallenatos se encuentran Alejandro Durán, Rafael Escalona, Leandro Díaz, Rafael Enrique Daza, Luis Enrique Martínez, Colacho Mendoza, Adolfo Pacheco, Andrés Landeros, Chico Bolaños, Abel Antonio Villa, entre otros de igual relevancia. El aporte de este género a la tradición cultural es tan grande que hoy el sentir musical de Colombia es la música vallenata, sencillamente porque hace parte de su esencia. El canto vallenato tradicional es un retazo de historias narradas con cantos de la región del Valle de Upar, donde nació la música vallenata.
Para resaltar la carga emocional que tiene, se debe tener en cuenta el marco en el que se desarrollaban estas historias cantadas: las parrandas vallenatas. <<Una verdadera parranda vallenata tradicional siempre surgía dentro de la mayor informalidad, muchas veces sin programarse. Uno de los factores principales para que esta se llevara a cabo era contar con un buen conjunto, en un recinto acogedor donde la gente que estuviera presente realmente conociera la música, las historias de las canciones, porque en las parrandas se comentan las historias de cada canción que se interpreta, y casi siempre la historia es mucho más divertida, más amena, que la canción en sí. En las parrandas no se permitía bailar, incluso no asistían mujeres a estos encuentros para que el músico siempre fuera el centro de atención y no pasara a un segundo plano, lo que ocurriría si se permitiera bailar en estas>>, afirma Oñate.
Old Parr ha estado presente en esta cultura desde los años 80; este reconocido whisky que se caracteriza por su sabor sedoso, profundo y ajerezado, está arraigado en la cultura vallenata. <<En cualquier casa o lugar donde se ofrece un trago a otra persona, o se manda a comprar una botella de whisky, no hay necesidad de especificar la marca, se sabe que debe ser Old Parr>>, señala Oñate. Para los conocedores y amantes del vallenato tradicional, este género ha tenido un giro drástico el cual se conoce como La Nueva Ola; esta distinción salió a la luz a principios de este milenio y propone una actualización o modernización conservando los principios fundamentales del vallenato clásico que le canta a la mujer, a la fiesta y al amor y se combina con la guitarra, el bajo, congas, timbales e incluso, con diferentes géneros musicales. El principal precursor de este género fue el fallecido Kaleth Morales, seguido por Silvestre Dangond, Pipe Peláez, Peter Manjarrez, «Luifer” Cuello, entre otros. Old Parr ha seguido también su carrera musical y ha acompañado igualmente a los seguidores de estos nuevos sonidos.
Sin embargo, esta transformación y el paso de los años, ha hecho que los juglares pierdan, quizá no su importancia, pero si el oficio de antaño por el que eran reconocidos, el de comunicar y ha hecho que su historia se nombre solo en tertulias de viejos conocidos del género vallenato. Poco a poco se ha ido extinguiendo la importancia del juglar tradicional, hoy, a menos de dos meses del Festival de la leyenda Vallenata 2013, Old Parr les rinde tributo con el fin de enaltecer y dignificar su labor y las huellas que dejaron en la cultura nacional.