La Fundación Camerata de Caracas cumple 35 años dedicada al rescate de la música del pasado de América (siglos XVII, XVIII y XIX) a través de sus magníficas representaciones, festivales y grabaciones. En ella coexisten la Camerata Renacentista de Caracas (grupo de voces e instrumentos renacentistas), Collegium Musicum Fernando Silva-Morvan (orquesta de cámara), Camerata Barroca de Caracas (coro profesional) y la compañía de ópera Memoria de Apariencias formado por los integrantes de la Cátedra de Perfeccionamiento Vocal, todos bajo la dirección artística de la Maestra Isabel Palacios, quien ha dejado su nombre y el de la fundación, como marca indeleble en la historia musical de Venezuela.
Fundadora de la Camerata, la Maestra Isabel Palacios ha dedicado su talento y conocimiento, al desarrollo de grupos artísticos con alto nivel interpretativo. Hemos tenido la oportunidad de conversar, en ocasión del aniversario.
—Pisar el umbral de los 35 años, trae consigo innumerables historias y experiencias ¿usted piensa que el deleite de la música y el canto es capaz de transformar en amable a la misma naturaleza de una roca?
–La música me ha ayudado a superar los momentos más difíciles de mi vida y me ha acompañado en los más hermosos, creo que eso es cierto, pero tienes que “querer y dejar” transformarte.
—La Camerata de Caracas ha sido la cuna de destacados cantantes que constantemente comparten su agenda con importantes montajes internacionales, ¿existe una nueva generación estudiantes, de los que pronto oiremos?
–Por supuesto, muy pronto, nuevas semillas de la Camerata van a florecer, ese es tal vez parte del secreto del “renacimiento” que nos sustenta como institución.
—En estos últimos años la Camerata se ha reinventado con creativas puestas en escena como «Si…es…hay…¡Ópera!», ¿Veremos mas de este tipo de adaptaciones?
–Eso esperamos, no olvidemos que Camerata está construida basada en una filosofía y una estética en donde el renovarse, el aprender y el crecer van unidos a todas las artes: poesía, teatro, danza, pintura… y hasta el arte del buen humor. Cuando abrimos todas esas puertas y dejamos las “limitaciones” a un lado, tomamos riesgos y crecemos.
—A lo largo de todos estos memorables años ¿cuál es la representación que mas recuerda?
–Cada una ha tenido valor y queda en la memoria: unas por su calidad artística, otras por el reto que significaron, otras por la entrega de sus participantes, otras por la hermosura del espacio donde la hacemos, otras por la reacción maravillosa del público, otras por lo que nos enseñaron (lo bueno y lo malo). Pero tal vez, “el momento” que todavía hoy me cruza el recuerdo es cuando hicimos el primer Orfeo de Monteverdi, cuando escuché esa Toccata por primera vez y cruce la mirada con mis compañeros de aventuras, todos con los ojos llenos de lágrimas… sentí que todo lo que habíamos pasado en Camerata valía la pena y experimenté la maravilla, el honor y el agradecimiento a la vida por haberme permitido el privilegio de ser músico.
—¿Cómo logra atraer al público joven que se inicia en el placer de este tipo de obras?
–La música que hacemos es una música completamente actual y viva, en la cual los adornos y las improvisaciones son tan presentes como en una sesión de jazz. Los montajes escénicos más audaces del mundo se hacen hoy día con música Barroca y los grupos de rock anclan su fuerza en modos armónicos completamente medievales, creo que por eso el público joven nos ha acompañado desde siempre. Una vez, recuerdo que hicimos Trovadores y Cantigas de Santa María en un liceo público de Barquisimeto, frente a una audiencia de más de 800 escandalosos muchachos, era casi imposible comenzar a tocar, poco a poco comenzamos, se fueron callando y al final, el aplauso no lo podíamos creer, la atención, la alegría… una muchacha me dijo “maestra, esto es como Shakira pero mejor…”.
—En estos tiempos de transformación, la reproducción de la música se realiza cada vez mas, a través de instrumentos tecnológicos personalizados ¿cómo se adapta la Camerata y qué planes nos traen para este nuevo mercado?
–Estamos en eso, actualizando nuestra página web, abriendo un canal oficial en YouTube y Twitter y muchas cosas más. Es un nuevo vocabulario y una nueva forma de comunicarse, creo que para hacerla bien, hay que respetarla y estudiarla y no lanzarse a poner cualquier cosa que al final no causa para nada el efecto deseado y muchas veces satura.
—Usted es una de las profesionales mas apreciadas del entorno musical venezolano, ¿qué consejo le daría a quien considere iniciarse en el canto lírico?
–Que primero se haga músico completo, luego músico y la meta final: músico y que su especialidad sea el canto lírico. También que estudie idiomas, piano (siempre el mejor aliado para analizar) que lea mucho, que se interese por la historia, que trabaje teatro, danza y expresión corporal. Que esté dispuesto a cumplir sacrificios (por ejemplo, dormir temprano cuando todos salen a divertirse, comer sano, hacer ejercicio y cuidar su instrumento toda la vida) y si todo esto le parece demasiado, recomiendo que se busque otra profesión.
—Piensa que el sublime y elevado arte de la música no se le debe considerar el menor de las siete artes liberales?
–Por supuesto, menor… jamás!
—¿Ha soñado alguna vez que se cristalice una cátedra dentro del pensum de los colegios donde la Camerata de Caracas pueda compartir con jóvenes la apreciación a la música Barroca y Renacentista, enfocada en el repertorio hispano?
–Ese es uno de mis sueños. Me impresiona que el conocimiento de la música del pasado de nuestro continente está prácticamente abandonado en los pensum de estudios, no solo de colegios, incluso de muchas de nuestras escuelas de música. Saben quien es Mozart pero Juan de Herrera creen que es un pelotero.
—La Camerata de Caracas ha recorrido un largo camino desde su fundación en 1978, ¿en qué consiste el legado que han construido?
–Me cuesta concretar esta pregunta. Creo que es bastante, pero siento que ese legado ha estado enfocado hacia dos vertientes: por una parte está el público, a quien le hemos dedicado nuestras actuaciones, nuestras grabaciones y a quien le damos un nuevo repertorio, instrumentos desconocidos, los metemos en nuestros sueños y en otras formas de hacer música y sus conexiones con el arte y la historia. Por la otra están los cientos de integrantes que han formado la Camerata, los miembros de nuestras filas, ya cantando, ya tocando instrumentos históricos, personas maravillosas que han construido todo esto y a quienes hemos empujado hacia ese mundo Camerata, difícil de explicar: excelencia, trabajo, respeto, estudio, imaginación, pasión, humor… Ellos lo llaman el “estilo Camerata”.
—Después de 35 años representando lo mejor del repertorio barroco y renacentista ¿con qué obra celebrará este aniversario?
–Hay muchas cosas interesantes en la programación: concierto de madrigales renacentistas, dos oratorios, un programa dedicado a la música venezolana en la historia, óperas de cámara (con los alumnos de nuestra cátedra de perfeccionamiento vocal) recitales mensuales en la sede, un espectáculo “especial” de música medieval y un ciclo llamado “Roco-Bar” que reúne cuatro montajes muy novedosos. Además de continuar y renovar la actividad de la Camerata Infantil. Pero el estreno que esperamos poder hacer para finales de este año es la primera audición en Latinoamérica de The Fairy Queen, una mágica ópera de Henry Purcell con arias, trozos orquestales y coros de gran hermosura.
Fuente: Patricia Aloy.