Collages y ensamblajes con tendencias del pop art, realizados con camisas, corbatas y otras prendas de vestir, adheridos a soportes de madera o cartón, engomados y pintados con brillantes ymonocromos colores, es la propuesta del joven artista Franklin Hernández que se estará exhibiendo, desde el próximo 21 de marzo, en el espacio alternativo del Hotel Kristoff .
Bautizada como Candy Shop, esta muestra expositiva, que se desprende del Programa de Itinerancia Maczul-Kristoff, es “una crítica social al consumismo y a la importancia que a la apariencia personal se le da hoy en día en este mundo de publicidad globalizada”, según el artista y curador Oscar d´Empaire.
Para d´Empaire, Hernández ha venido trabajando este concepto a través de este tipo de collages que recuerda, vagamente, algunas de las obras de Robert Rauschemberg, en las cuales utilizó trapos, cubrecamas y otros elementos similares, pero quien no necesariamente les dio la connotación crítica que tienen las obras de este expositor.
Candy Shop, a inaugurarse el día jueves a las 7.00 p.m. en el espacio Alternativo del Hotel Kristoff, invita a adentrarse en una tienda de frutas o dulces donde los espectadores se antojarán de elegir “dulces o personas como si estuvieran en un mercado o en vitrinas de prostitutas de Holanda”.
¿Quién es Franklin Hernández?
Nace en la ciudad de Maracaibo (1985). Realiza estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Julio Árraga. Cursa clases de Grabado con el artista plástico Nelson Esplugar, Dibujo con el artista plástico Marcos Cárdenas y Pintura con el también artista plástico Jesús Pérez, responsable de su acercamiento al estudio de las Artes Plásticas, desde hace 9 años. Su influencia: el fallecido artista plástico Robert Rauschemberg y la obra de Hernán Alvarado y Luis Gómez.