Dueño de un especial carisma y de una insaciable necesidad de creación, el venezolano Gonzalo Grau ha alcanzado un importante reconocimiento y respeto entre quienes conocen y no de música clásica. Desde muy joven se destacó como músico pero su trabajo como compositor le hizo merecedor en en 2011 del premio mejor compositor de Europa con el oratorio “AQUA”. La calidad de sus creaciones encuentra también un espacio privilegiado dentro de la música popular. Su innovadora propuesta con la agrupación “La Clave Secreta” le valió una nominación a los premios Grammy. En 2013 arrancó para este venezolano nómada y de grandes iniciativas, con la nominación a los premios Pepsi Music de este año.
– ¿Talento es una palabra que te acompaña, cómo definirías este término?
Talento … crecí escuchando esa palabra casi a diario. Cada vez que tocaba o cantaba, cada vez que alguien me veía en escena me decían: «Gonzalito, que talentoso eres» … y siempre pensé que era así como un don natural, o una gran suerte. Ahora me doy cuenta que nada es coincidencia y que eso que llaman talento (por lo menos en mi caso) es el mero resultado de A+B … en mis genes corren dos torrentes de arte inmensas: el lado Grau y el lado Palacios. Mis padres, Alberto Grau e Isabel Palacios son los culpables directos de eso que llaman «talento». Crecí además en una familia de artistas. Abuela, tía, madre, padre (inclusive padrastro y madrastra) y por supuesto todos los amigos cercanos y colegas de los anteriormente mencionados; todo eso formó parte de mi entorno «familiar», lo que a su vez propician un desarrollo natural de ese «talento genético heredado».
Desde hace un tiempo para acá, cada vez que recibo aquel mismo elogio hacia mi talento, simplemente doy gracias e inmediatamente doy crédito a los culpables … mis padres.
Lo único que sí debo quizás añadir a mi favor, es que el «talento» cuando es acompañado de trabajo, estudio, esfuerzo, y constancia, se convierte en tu mejor aliado … digamos que hoy en día puedo realmente disfrutar de eso que heredé, sin complejos, y sin sentir que mis logros no me tocan por mi propio mérito… yo, he hecho la tarea.
– En el 2011 recibiste el premio mejor compositor de Europa con el oratorio “AQUA” el mismo año el venezolano Ángel Hernández gana el primer lugar del concurso de composición Anthony Dvořák, ¿cómo ves la composición en Venezuela?
Retomando el tema del talento, Venezuela es un país privilegiado que goza de muchísimos exponentes de altísimo nivel artístico. La composición no es una excepción, pero si debo recalcar que la carrera y el éxito de un compositor se debe mucho a que exista una buena plataforma donde desarrollar su trabajo.
Venezuela se ha encargado primordialmente de desarrollar grandes intérpretes; solistas, orquestas y directores; todos estos enfocados a interpretar los «clásicos» de la música académica.
A mi personalmente me gustaría ver con más frecuencia que salieran encargos de obras nuevas, festivales de composición, clases magistrales, y que los jóvenes crecieran sabiendo que tienen donde exponer sus ideas … que no se quede todo en un laboratorio, sino que concretamente un compositor pueda «vivir» de la música que escribe. Eso es fundamental.
– Crecer dentro de la música académica con una gran pasión y participación por géneros populares como la salsa puede ser una combinación poco digerible para radicales, ¿cómo es la dinámica de tu entorno en este sentido?
Quizás poco digerible en otras culturas, pero como buen venezolano, crecí rodeado de música … simplemente música. La académica (término del cual difiero, prefiero llamarla clásica) la tenía en mi casa, en la orquesta, en el conservatorio; la popular en todo lo demás: en el taxi, en las fiestas, en la casa del vecino … hasta cuando no la quieres oír la oyes.
Lamentablemente hay radicales en todo, en política, en religión y en las artes. Pienso que particularmente, si entendiéramos nuestra mezcla natural como «latinoamericanos», sabríamos que ser «radical» es completamente atípico.
Mi entorno fue, es, y seguirá siendo una gran mezcla de música buena … muy mezclada, muy diversa, y toda muy buena.
– Eddie Palmieri considera que estamos ante una tragedia rítmica, haciendo referencia a la interpretación del género de la salsa en la actualidad , ¿coincides con esta opinión?
No coincido. Respeto mucho al maestro Palmieri, pero me parece que su opinión no está correctamente dirigida.
Al hacer referencia al «ritmo» llamándola «tragedia rítmica», está dando a entender que algo negativo le ocurre exclusivamente a esa característica de la música… «el ritmo».
Donde sí coincido es que el género de la salsa está en crisis, y creo que esto es lo que él quiso decir en su comentario.
La salsa lleva en crisis muchos años, quizás décadas, por muchas razones. Algunas son culpa de la industria del disco y de sus empresarios (mercaderes de la música); algunas son culpa de los mismos artistas, quienes terminan prostituyendo su arte y su nivel solo por tratar de vender una mayor cantidad de copias.
La verdad es que la salsa se diluyó cuando los artistas pasaron a ser un «producto», cuando los sellos discográficos dejaron de arriesgarse y empezaron a seguir fórmulas similares solo con el propósito de vender y enriquecer el bolsillo de una micro-mafia.
Este es el lado más triste de la crisis de la salsa; que por falta de cuidado y por avaricia se dejó caer y deprimir, perdiendo la real esencia y fuerza de este género.
Algunos le echan la culpa de esta crisis a otras tendencias. En los ochentas se puso de moda el «merengue dominicano», actualmente son «el reggaetón y la bachata» … Estos estilos crecen y surgen de un modo natural y representan fundamentalmente la mezcla social de nuestra era.
El problema no está en estos nuevos estilos, sino en la calidad de la música popular-comercial que se produce hoy en día, y en este paquete sigue cayendo la salsa, que ya viene abatida desde hace tiempo.
– ¿Qué es la buena música para tí y qué determina que una composición musical lo sea?
Se podrían hacer análisis específicamente técnicos o teóricos para calificar una composición como «buena o mala». Estructura, motivo, desarrollo, etc.
Yo soy bastante más intuitivo y me gusta dejar que el arte principalmente me transmita algo… de nada me vale que una obra esté perfectamente escrita y estructurada, si no me transmite o me dice algo. Para mí eso es fundamental; me tiene que decir algo. Luego quizás si empiezan los otros procesos del Gonzalo «músico» a analizar y a ver todo con un lente de aumento muy agudo.
Cuando veo pintura abstracta, quizás no entiendo las técnicas, ni los detalles, ni los balances, ni la veo con el juicio de un pintor; yo simplemente conecto con la obra si esta me transmite algo. Así pasa con la literatura, la poesía, la danza, y definitivamente con la música… el resto de los procesos son secundarios para mí.
– ¿Cómo compositor, qué puede aportar Gonzalo Grau a la música?
Muy sencilla y honestamente puedo aportar todo lo que soy, y nada de lo que no soy.
Soy Venezuela, soy Caribe, soy mis padres, soy Bach, soy Stravinsky, soy mis panas, mis abuelos, mi colegio; soy serenatas y parrandas, soy Friedman y sus gaitas, soy Orquesta Nacional Juvenil, soy Camerata de Caracas y soy Schola Cantorum, soy Boston, soy jazz y flamenco; soy toda la música que he escuchado, soy los músicos que he admirado, soy lo clásico y lo popular por igual … cada quien va cargando y llenando una «maleta» de vivencias.
Yo, Gonzalo Grau aporto a la música «mi maleta», que es únicamente mía, y que no pretende tener nada que no me pertenezca. Lo que está ahí adentro, es porque lo he vivido plenamente.
– Tu propuesta con la receta ha sido algo particular, háblanos un poco de esos ingredientes y ¿cuál es el objetivo de este concepto?
Creo que lo respondí en la pregunta anterior. Los ingredientes están claros … de Bach a Chick Corea pasando por Oscar D’León y Paco de Lucía; tocando una diversidad de instrumentos musicales; estando sobre un escenario desde los 4 años de edad, compartiendo con artistas de altísimo nivel y creciendo en un hogar lleno de arte.
El objetivo del concepto «Plural», plasmado en el álbum titulado «La Receta», es dejar salir toda esa mezcla … es decirle al mundo: «así soy yo» … una mezcla muy rara, difícil de catalogar o de etiquetar, pero cien porciento auténtico.
– Trabajar con la Clave Secreta te brindó la experiencia de estar nominado a los Premios Grammy en una ocasión, ¿qué proponen ahora para el 2013?
«La Clave Secreta» me ha dado muchísimas satisfacciones, y definitivamente la nominación al Grammy me llenó de orgullo, a mí y a toda la banda.
Ahora para el 2013 estaremos posiblemente lanzando una producción «en vivo», grabada el año pasado en Boulder, Colorado.
También estoy componiendo y arreglando canciones nuevas, comenzando la preproducción de lo que sería un nuevo CD.
– ¿Qué proyectos traes para este año?
Comienzo el 2013 escribiendo un concierto para violín y orquesta, a estrenarse en Mayo en Estados Unidos.
Como productor musical, estaré grabando el «Mesías de Händel», con la Camerata de Caracas. Continúo mi colaboración como compositor, arreglista y productor con las pianistas francesas Katia y Marielle Labeque, con quienes me estaré presentando en giras internacionales por Europa, Australia y Norteamérica.
También estaré desarrollando una versión nueva de «La Consagración de la Primavera» (de I. Stravinsky) para dos pianos y percusión, y un espectáculo junto al bailaor flamenco Juán Manuel Fernández, «Farruquito».
Cierro el 2013 bajo la batuta de Sir Simon Rattle en Berlín, interpretando «Nazareno», suite para 2 pianos y orquesta que escribí para las hermanas Labeque en el 2009, inspirado en el oratorio de O. Golijov «La Pasión Según San Marcos».
Fuente: Patricia Aloy.