Para Jorge Consuegra fue más que sorpresivo que su libro Bogotá curiosa hubiera tenido tanta aceptación no sólo entre los bogotanos, sino entre todos aquellos que vivimos en esta gran ciudad así no sean nacidos acá. Y quizás por esa razón, fue que el editor Juan José Gaviria lo invitara a que escribiera un libro similar pero hablando del país; así surgió Colombia curiosa (Diana/Planeta) un libro singular con más de 250 hechos, lugares y personajes realmente curiosos como aquel hombre que asegura que fue él quien asesinara al caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán y no Roa Sierra como se le ha hecho creer al país a lo largo de los años.
Jorge no se cansa de reír, de traer a colación decenas de historias que vive anotando en una diminuta libreta ya ajada por el uso y que no deja por ninguna razón del mundo, tan es así, que cuando se le extravía en el mar de libros, revistas y recortes, empieza la desesperación, pues allí guarda tantos y tantos recuerdos y datos y fechas y cifras que cuando se le pierda de verdad, sería más que catastrófico, asegura.
A pesar de los obstáculos de la vida, no ha dejado de trabajar y continúa sumergido leyendo incansablemente y buscando en cualquier rincón más y más datos curiosos de la música clásica, de los boleros, del cine y hasta de las historietas su pasión más oculta. Mantiene vigente, con el equipo de Libros y Letras, los boletines diarios de la Agenciade Noticias Culturales, además de un megaproyecto llamado Libro de los Records Colombianos cuya primera edición saldrá en Abril del 2014 y en el que está trabajando un grupo de cerca de 15 personas contando fotógrafos, periodistas, ilustradores, diseñadores, camarógrafos, notarios, etc.
Pero su pasión por lo libros no queda a un lado, al contrario. Este año, con sus colegas, piensa publicar tres libros, uno de ellos, el de Luis Fernando García sobre las más hermosas citas de los más universales de los libros publicados a lo largo de la historia.
Un tinto doble en pocillo grande y empezamos a hablar.
– ¿Cree que los colombianos vemos siempre al país con el vaso medio vacío?
– Sí. Ya es una costumbre de vieja data. Pienso que a Colombia hay que quererla de una forma diferente y no desde las oficinas de Medicina Legal ni desde las Inspecciones de Policía. Casi todos los noticieros radiales y televisivos muestras únicamente atracos, asaltos, fleteos, robos y asesinatos, como si no existieran más noticias. Hace diez o más años, el periodismo era más equilibrado y los noticieros se hacían en consenso con el director y los periodistas, valorando el hecho y cuidándose especialmente con lo que se decía. Hoy no. Hoy se vive con una enorme irresponsabilidad. Por eso creo que hay que ver a Colombia con el vacío medio lleno.
– ¿Por qué Bogotá curiosa?
– Porque aunque soy de Bucaramanga, llevo la mayor parte de mi vida viviendo en Bogotá. Y reconozco que hay caos, que hay ruido, desorden, de todo lo que la gente ve y se imagina. Pero Bogotá también tiene rincones y personajes e historias maravillosas que los mismos bogotanos desconocen, como por ejemplo, los nombre de ciertas calles y avenidas, la historia de determinados personajes, en fin. El libro no pretende ser un manual de historia. No. Sencillamente es un pequeño libro con más de 300 minúsculas reseñas que se pueden leer en desorden pues no está escrito cronológicamente, sino con un afectivo desorden.
– ¿Y va dirigido únicamente a los bogotanos?
– No. Fue escrito y publicado para que lo lean todos los colombianos porque, quiérase o no, Bogotá es la capital y ella merece ser conocida no como la capital del caos, sino como la metrópoli del afecto. Muy seguramente un nariñense lo va a “degustar” con el mismo cariño que un guajiro o un santandereano o un metense. Es un libro no para llevar en el bolsillo, sino para llevarlo en el alma.
– ¿Y Colombia curiosa?
– Y mí siempre me ha dolido que le den tan duro al país, tanto desde adentro como desde afuera. Muchos extranjeros tienen enormes prevenciones de venir al país, que porque somos “traquetos”, sicarios, mafiosos, drogadictos, ladrones, etc. Pero cuando vienen se dan cuenta que esta es una geografía diferente, un país completamente diferente al que le venden muchos colegas periodistas. Por eso ya he escrito dos libros sobre Colombia; el primero fue 365 formas de decir cómo te quiero Colombia que publicó Ecoe Ediciones hace unos siete u ocho años; y ahora Colombia curiosa.
– ¿Y qué pretendió con el primer libro?
– Son 365 pequeñas historias sobre el país para que el lector disfrute cada día de un clip y así a lo largo del año. Son 365 referencias de vida, con historias de monumentos, personajes, arquitectura, medicina, gastronomía, libros, ríos, valles, música, etc. El libro ha tenido varias ediciones y quienes más lo han leído son los colombianos radicados fuera del país.
– ¿Y el más reciente?
– El formato es más grande en donde cuento más de 250 historias raras, extrañas, fascinantes, cariñosas, solidarias, afectivas, increíbles sobre Colombia. Este es un país curioso desde todo punto de vista.
– ¿Algunas curiosidades a vuelo de pájaro?
– Por ejemplo escribo sobre las poquísimas salas de cine que tiene Colombia, algo extraño en un país que le encanta todo tipo de películas; hablo sobre la cifra sorprendentemente escasa de cárceles y penitenciarías; cuento la historia del escultor del Señor Caído de Monserrate; hay un comentario sobre la primera ópera que se compuso y se presentó en el país; cuento por qué a Jorge Eliécer Gaitán no lo aceptaron como socio en los clubes Jockey y Gun; hago un repaso sobre el proyecto del Centro Urbano Antonio Nariño y así más de 250 historias que creo que son fascinantes.
– ¿Viene qué otro libro?
– Viene uno sobre música. Cuando trabajé enla OrquestaFilarmónicade Bogotá, me gozaba las conversaciones de los músicos sobre directores, compositores, atrileros y arreglistas; hablaban largas horas sobre el drama de los compositores de los siglos pasados y yo me la pasaba tomando apuntes sobre eso, pero al mismo tiempo, me reunía con compositores de música andina colombiana, me comentaban sobre bambucos y torbellinos y los de más allá sobre la cumbia y el mapalé. Por lo tanto, han sido como quince años sumergido en la biblioteca, leyendo diarios y revistas, oyendo entrevistas, tomando apuntes de absolutamente todo.
– ¿Y una curiosidad especial?
– Muchas, como por ejemplo la vida y el drama de Agustín Lara o lo sucedido con el primer bolerista del mundo el cubano Pepe Sánchez o las angustias de José A. Morales y sus bambucos, como “Doña Rosario” un testimonio de dolor y angustia; o el tema “Si pasas por Sangil” de Jorge Villamil que es una invitación para que el viajero se detenga a querer este hermoso municipio santandereano.
– ¿Pero es sólo de música colombiana, boleros y sinfónica?
– No. Hay curiosidades del rock, salsa, caribeña, curiosidades del tango, la milonga, la marinera y la ranchera; hay historias de los granes baladistas; referencias a Inti Illimany, Felipe Pirela, Roberto Ledesma, “Pichuco”, Gardel, “Toñala Negra” y muchas historias más.
– ¿Cuándo tendremos el libro?
– Pienso que para la Feriadel Libro estará listo en las manos de los melósofos…
– ¿No son melómanos?
– Es que no creo que tengamos “manía” por la música, sino pasión por ella, por eso me gusta más decir “melósofos” que “melómanos”.