Poeta, periodista, Argentino. Reside en Lanusei, Sardegna – Italia. Alrededor de una veintena de publicaciones, entre libros individuales y antologías.
Ha sido traducido parcialmente al portugués, italiano, sardo, francés, catalán, gallego, inglés rumano y búlgaro. Cofundador del festival internacional de poesía Palabra en el mundo. Cofundador y miembro del comité organizativo del Movimiento Poético Mundial. Dirige la revista de poesía Isla Negra.
Rafael Ayala Páez: ¿Qué es la poesía para Gabriel Impaglione?
Gabriel Impaglione: El aliento que nos explica.
RAP: Desde su punto de vista: ¿qué puede reflejar el poema?
GI: Todo, inclusive la nada más extrema.
RAP: ¿Cuáles son sus poetas predilectos, tanto latinoamericanos como extranjeros?
GI: Caro Rafael, tengo una larga lista de poetas que admiro, que no dejan de sorprenderme, que trabajan en los más diversos palmos del mundo. Poetas que en el camino llegan con su agua fresca, con su recodo de Humanidad… cometería un acto de injusticia compartirte esta larga lista y omitir alguno. Por una parte porque como un dono de la vida, con tantos hermanos y hermanas compartimos esta locura de respirar profundo a pesar de las humaredas, y, por otra parte, siempre llegan “los nuevos”, aquellos que nacen a la palabra y se nos presentan, un buen día, con todas sus noticias de aquello que llegará.
Fuente inagotable, la Humanidad, de poetas predilectos, siempre.
RAP: ¿Por qué publicar una revista bilingüe como Isla Negra?
GI: La revista Isla Negra, que en abril 2013 festejará con el buen vino de las fraternidades nueve años de trabajo ininterrumpido, nace en castellano y así continúa, construyendo puentes y estableciendo uniones esenciales.
Desde hace algunos meses se incorporó una suerte de suplemento llamado “Navegaciones” donde se edita en cada edición un poeta latinoamericano traducido al italiano.
Este trabajo de difundir versiones al italiano de nuestros poetas de Patriagrande es de antigua data. Solo que ahora se “institucionaliza” acompañando la revista con el objetivo de promover a nuestros autores en el mundo italo-parlante. También se trabaja a la inversa, quiero decir, se publican en la revista autores italianos en versión castellana y, con el tiempo, se sumarán a Navegaciones también los poetas italianos para ser difundidos en Latinoamérica.
Dada la circulación de la revista Isla Negra, esta suerte de puentes de integración son un humilde aporte a la necesidad de conocernos.
De abrir espacios y posibilidades para acciones en común.
RAP: ¿Qué cree usted que un lector curioso puede encontrar en Isla Negra que él o ella no puede encontrar en otras revistas literarias?
GI: Hay muchas y excelentes revistas literarias, tanto en formatos electrónicos como en papel y tantas buenas iniciativas de poetas y grupos literarios que se esfuerzan en la actividad editorial para fortalecer la difusión de autores nuevos ( o no) y fomentar la lectura.
También hay de lo otro en la web y por los kioscos, una especie de despilfarro del tiempo y las energías en nombre de la literatura donde abundan autocelebraciones y otras superficialidades.
Isla Negra se posiciona en un espacio definido, sin que esto la haga mejor que otras. Pero sí tal vez distinta.
Apoya su edición en un formato simple y accesible a todo el mundo (word) con el fin de facilitar circulación e impresión, prescindiendo de recursos de edición con el objetivo de poner en primer plano la poesía, el texto, aquello que nos interesa centralmente. Y eso hace, publica poesía exclusivamente.
Tiene un eje histórico que es la poesía social y política, sin que esto limite sus contenidos y se reconoce profundamente como revista de izquierda, identidad que no oculta ni cubre de eufemismos ni cambia según las modas.
La cantidad y variedad de voces diversas de sus páginas, a lo largo de sus más de 300 ediciones, le dan a la revista también un carácter antológico, de muestra poética, que dificilmente pueda encontrarse en publicaciones periódicas.
Otra característica es que la mayoría del material publicado proviene de envíos de sus autores. Y también se da la tarea constante de traslado de poesía desde libros y revistas que recibimos permanentemente.
RAP: Háblenos un poco sobre Giovannía (2012) antología publicada por la editorial El Perro y la Rana.
GI: Giovannía, escrito en el 2009, es un pequeño poemario de amor que ha publicado la editorial “El Perro y la Rana” este año. Su presentación se realizó en junio pasado en la Librería del Sur, en el marco del 9no Festival Mundial de Poesía en el que tuve el honor de participar.
Está dedicado a mi esposa, Giovanna Mulas, y en esa ofrenda amorosa también se confabulan secretos auspicios para que los amantes del mundo se reconozcan en esas palabras.
El libro, amorosamente impreso por los compañeros de la editorial, lleva la generosa presentación del enorme poeta y hermano mayor Gustavo Pereira, y un prólogo del poeta y crítico argentino Luis Benítez.
Es un poemario para leer sin urgencias, sobre todo para copiar con mano inquieta en cartas de amor con destino presuroso.
En un mundo bajo la dictadura de la vorágine, puede este manojo de poesías ofrecer un remanso donde recuperar la respiración en nombre de lo esencial.
RAP: ¿Qué es el amor para Gabriel Impaglione?
GI: Es la esencia del mundo, de todo aquello que conocemos. De todo aquello que nos hace posibles e imposibles.
RAP: ¿Cómo ve usted el estado de la poesía latinoamericana contemporánea?
GI: La riqueza de la poesía latinoamericana es vastísima. La variedad de rutas y senderos por los que desandan la palabra sus poetas es inagotable. Creo, sin temor a chovinismos y otras barbaries, que la poesía latinoamericana se ubica a la vanguardia de la poesía mundial: Porque sostiene y enriquece permanentemente la identidad de nuestros pueblos, profundizándose; Porque muestra signos vitales de resistencia al uniporalismo; Porque cuando sucumbía al canto de sirenas tuvo el valor de recomponerse, buscarse y salir a la calle, donde los vientos, se sabe, traen memoria y ayudan a abrir los ojos.
Creo que todavía permanecen muchos poetas valiosos ajenos al rumbo de la historia que los pueblos trabajan con paciencia artesanal en Latinoamérica.
Creo que si todos los poetas saliesen al encuentro de los hermanos que luchan, que transpiran la dignidad, el proceso social y político de Patriagrande hacia la necesaria independencia se aceleraría.
Creo que si todos los muchos poetas que todavía miran detrás de las ventanas, definitivamente, entendieran que no existe el tal bronce, que no hay paraiso posible ni olimpo alguno, que el único lugar de la poesía está entre la gente, en el baile del aire libre, en las asambleas de trabajar futuro, perderían espacio los autotitulados patrones del canon, se disolverían los emporios culturales eufemísticos, ya no habría tantas escaleras para entrar a la metáfora o empuñar el canto.
Hay poetas que viven con temor, escriben por lo bajo, denuncian con fervor clandestino terribles realidades que sus gobiernos tapan porque en sus paises se suceden matanzas e injusticias a diario. Son esos poetas, hermanos en resistencia, a quienes debemos sostener fraternalmente. Finalmente el miedo es horizontal y no exclusivo.
Hay poetas indiferentes a dolores, lutos y saqueos. De esa poesía poco se sabrá mañana. Aunque sea celebrada por las academias de turno.
Creo que existe un Hoy en la poesía latinoamericana de alta dignidad, de coraje y de contínua búsqueda en los territorios de la belleza.
Sé de muchos colectivos, grupos, iniciativas, creciente cantidad de encuentros, festivales, programas culturales multidisciplinarios, laboratorios creativos, experimentaciones. Esto ha comenzado hace poco tiempo. Se está desarrollando con fuerza. Traerá resultados inéditos.
RAP: ¿Cómo comienza a planear un nuevo poema?
GI: No comienzo ni planeo. Ella tal vez “planee”, buscando su cuartilla. Si bien considero el trabajo poético como oficio de topo, esa secreta y permanente vinculación con lo inesperado solo rompe la incertidumbre cuando, por la alineación de ciertos planetas o la insistencia en tocar una tecla que nunca conoceremos, o el chispazo a veces casi imperceptible de un iris o la pincelada invisible de la fuga de un pájaro en la tarde, se manifiesta en un primer balbuceo que mucho después – tal vez, y después de algunas fatigas- se convierte en poesía.
RAP: ¿Cómo describiría su estética poética?
GI: No podría, carezco de estas capacidades.
Además, muchas veces ocurre que es un gran aburrimiento leer a un poeta que habla de su poesía.
RAP: Cuéntenos acerca de su participación en el 9vo Festival Mundial de Poesía en Venezuela.
GI: Intentaré la síntesis, a sabiendas de lo dificultoso de esta empresa. La experiencia ha sido riquísima y no solo por aquello generado en los ambientes poéticos del festival.
Haber conocido con muestras palmares y tan amplias, el desarrollo de los programas culturales de la Revolución Bolivariana ha sido una enseñanza excelente. No sé de ningún programa de Cultura gubernamental en el mundo que se desarrolle con la permanente interacción social que vi en Venezuela, que proteja la identidad y a su vez impulse la experimentación, estimule a la creación, ofrezca tantas herramientas y posibilidades a los creadores, proyecte futuro en libertad en las comunidades, incentive desde la infancia la expresión artística, valorize a los artistas, aporte con decisión fondos para el desarrollo cultural y promueva su integración tanto nacional como internacional. (Todo esto dicho sin entrar en otros ámbitos del proceso revolucionario que me han parecido enormes)
Esta tarea hará del otrora castigado pueblo venezolano una sociedad a la vanguardia, no solo en Latinoamérica. Un pueblo que lee, que accede al conocimiento, que ejercita la visión crítica, está destinado a un progreso constante y sólido.
En este marco, el Festival Mundial de Poesía es un protagonista clave, porque dispone espacios de integración, donde el enriquecimiento es mutuo, dinámico y constructor. Hacia el interior de Venezuela, presentando otras voces/otras culturas y experiencias poéticas / en suma: el canto de otros pueblos. Hacia afuera de Venezuela: dando testimonio de su pueblo y su historia, de su experiencia revolucionaria, de la voz y humanidad de sus poetas y su gente.
Visité Boconó y Maracay, además de compartir varios días en Caracas.
De cada lugar traje a mi regreso fraternidad y alegría. Descubrimientos maravillosos, como el apasionamiento de tanta juventud militante que no se conforma con la mística revolucionaria y tampoco se detiene con el esfuerzo crítico en la construcción cotidiana de las transformaciones.
Con la hermandad poética en Boconó hemos compartido horas inolvidables a la luz de las velas (por un corte de energía) y tuve el enorme placer de escuchar tantas voces en los versos que saltaban a la ronda como pan fresco. Y canciones y palmas y memorias indispensables que se acompañaron de un chime sanjonero nacido a escasos metros de la reunión durante el día.
Organizadores y poetas me recibieron como a un hermano y así me sentí esos días, rodeado de afectos. Todas las gratitudes son pocas.
En Maracay participé de un encuentro poético en la Academia Técnica Militar Bolivariana, con un auditorio pleno de cadetes y personal militar y pedagógico, fue emocionante. Allí respiraba la poesía su hora fraterna y nos unía.
Cuando los jóvenes estudiantes, uniformados, se alzaron para ir al micrófono a leer sus versos, supe que en vuestro pueblo la alegría de las cosas esenciales es ya un derecho inalienable.
Conservo con orgullo el recuerdo de esos jóvenes, de sus directivos, y el prendedor con el símbolo de los paracaidistas que un estudiante avanzado se quitó de su camisa y me obsequió cuando nos preparábamos para regresar a Caracas.
Ojalá en esa Academia hayan continuado con periódicas actividades poéticas.
Los días en Caracas fueron de encuentros y reencuentros con tantos poetas, largas charlas, enriquecedoras actividades. Ese estupendo Teatro Teresa Carreño!
Impecable la organización del Festival hasta en sus detalles más pequeños; el equipo de trabajo que preside el poeta Luis Crespo, ese multiplicador de maravillas, es fantástico y, para quienes llegamos del exterior, un importante apoyo que representa muy bien el carácter solidario, acogedor, del pueblo venezolano.
Fueron días intensos que prácticamente no me permitieron visitar la ciudad con tiempo libre, salvo un par de recorridos con el querido Luis Cuevas, guía del Festival. Nos quedaron pendientes otras tantas charlas con Gustavo Pereira; con Luis Crespo, William Osuna, Enrique Hernández d’Jesús y tantos otros compañeros queridos y admirados.
El deseo de conocer tantos lugares lo reservo para una próxima oportunidad. Me quedan las mesas largas, plurales, vivas de los amigos, la poesía y nuestros pueblos en el centro de los intereses de una hora que nos llama con voz de siglos.
RAP: ¿Tiene algún consejo para los jóvenes poetas?
GI: No, solo se me ocurren cientos de preguntas para los jóvenes poetas. Sobre todo lo nuevo tenemos la necesidad de preguntarnos, de conocer, de encontrar más señales para asomarnos a la belleza, a la frescura, al nuevo mundo de los nuevos poetas. Lo nuevo debe fascinarnos. Cada nuevo mundo nos regala otros horizontes. Descubrimientos. Es en el futuro que habrán de encontrarse casi todas las llaves. ¿Cómo podríamos tener el coraje de “aconsejar” por donde buscar ese manojo luminoso?
En otros sentidos, de las charlas informales con los “jóvenes poetas” (conozco muchos “jóvenes poetas” de más de 80 años de edad) se habla de trabajo, de compromisos, de patrias, del tiempo y otras invenciones, de esencias donde la poesía es hacedora, multiplicadora. Vital.
Entonces, ¿para qué dejar escapar eso de “joven poeta”?
RAP: ¿Cuál es la tarea de los poetas?
GI: Ponerle el hombro a la vida, a las ideas, a la palabra. Luchar por aquello que nos hace diferentes a engranajes y mercancías. Vivir en términos de nosotros. Plenamente. Vivir.
RAP: Finalmente, ¿en qué proyectos está trabajando actualmente?
GI: Como todos los años, trabajamos en la organización del Festival de Poesía Palabra en el mundo, de carácter autogestionario, se realiza en centenares de ciudades de todo el mundo contemporáneamente en cada mes de mayo. Esta tarea implica un gran esfuerzo pero ha dado resultados muy buenos hasta ahora. De su convocatoria han nacido otros festivales de poesía, grupos literarios, programas de radio y revistas, espacios de lectura, talleres y colectivos que trabajan por la difusión de la poesía en muchos paises.
En lo personal la escritura me ocupa diariamente y estoy terminando diversos puñados de versos dispuestos en libritos que algún día verán la luz. También realizando traducciones al italiano de poetas de Patriagrande y cumpliendo con la lectura de tantos libros recibidos y, todavía, de tantos otros que traje conmigo de la visita a Venezuela.
Por otra parte junto a un grupo de poetas, directores de festivales de poesía, estamos desarrollando la estructura organizativa del Movimiento Poético Mundial (fundado en Medellín en 2011) que está incorporando permanentemente nuevos miembros, tanto poetas como agrupaciones y festivales a un ritmo sostenido.
Fuente: Rafael Ayala.