Como parte de la Jornada Voces Ancestrales que organiza cada 15 días los animadores de la Misión Cultura Corazón Adentro, se realizó realizó en los espacios de la Casa Steinvorth de San Cristóbal, la presentación de la historieta Diálogo del águila y la serpiente, editado por la Fundación Jóvenes Artistas Urbanos con apoyo del Centro Nacional del Libro.
Como abreboca a la presentación del nuevo texto se realizó una tertulia literaria, donde intervino el historiador Temístocles Salazar, quien afirmó que “en Táchira se escuchan muchas voces ancestrales y también de otras latitudes”.
Durante su intervención Salazar hizo referencia a las amplias raíces del tachirense; sosteniendo que en sus investigaciones siempre ha defendido la historia del estado, pese a no ser oriundo de la entidad.
Por lo que usa esto para ejemplificar la tesis de que el tachirense de hoy es un producto “trigeográfico”, con raíces migratorias de Colombia, Barinas y del Zulia. “Más de 60 pueblos indígenas habitaron en tierras andinas”; además destacó el gentilicio Arawuaco, cuyo legado permanece en el nombre de los pueblos andinos que conservan vocablos como era, iri; según explica el historiador.
La colonia una empresa que no termina
Así como estos vocablos, aún las tierras andinas preservan indicios de la existencia de comunidades indígenas en este territorio, tal es el caso de los glifos que se encuentran en la Piedra del Mapa en la población de Colón, en el municipio Panamericano.
Parte de estos símbolos forman parte del repertorio visual que se aprecia en las 11 hojas que conforman la publicación Diálogo del águila y la serpiente, donde Oswaldo Barreto a través de un sólido uso del blanco y negro sólido presenta una composición de historietas en homenaje a los pueblos ancestrales.
“Es mi aporte como ilustrador” enfatizó Barreto, conocido en el mundo de las historietas como Omau. “Tenía la necesidad de hablar de esto. El tema de la colonización es un tema vigente: la colonia es una empresa que no termina, uno sin darse cuenta está siendo colonizado”, detalló Barreto.
En palabras de este artista gráfico este es un material para adolescentes, “para que vean lo más frontalmente posible las atrocidades que se sucedieron en ese momento histórico; para que aprecien lo devastador de los procesos de colonización”.
Este ilustrador asume su compromiso como artista y hace un llamado para propiciar el comic nacional, pues afirma que “un libro de estos es un frente de batalla”.
Para el 2013, la Fundación Jóvenes Artistas Urbanos espera presentar otro proyecto de convenio con el Centro Nacional del Libro, a fin de dar continuidad a las diferentes propuestas de este colectivo.
Fuente: Larissa Chacón.