Es sabido que el Cono Sur tiene una sinergia muy fuerte en materia vitivinícola. Tanto Argentina como Chile crecen fuerte en materia de ventas en el exterior, basados en su filosofía de un buen precio a cambio de vinos bien hechos. Estos son, entre muchos otros interesantes, sus campeones.
Campeones Argentinos
Catena Zapata Malbec Argentino 2006. Con sólo leer su nombre nos encontramos con fuerzas poderosas: Catena Zapata y malbec, dos íconos del vino argentino que se conjugan en una botella de peso pesado. Así como el Dr. Nicolás Catena (hombre del año 2009 por la revista Decanter), fuera el promotor, en gran medida, de que el vino argentino se conociera en el exterior durante la década de 1990, Laura Catena, una de sus hijas, es la responsable de este vino específico y de promover la uva malbec en el mundo. Médica de profesión, Laura se dedicó, como investigadora innata, a experimentar y obtener la mayor expresión de la uva emblemática, hoy cultivada en los cinco viñedos que llevan los nombres de su familia. En el caso de este gran vino, los viñedos que proporcionan la uva son los de Adrianna (hija menor de Nicolás Catena) y los de Nicasia, la abuela.
Laura reparte su vida entre San Francisco y Mendoza, mezclando la medicina con campo y malbec. Su vino, Catena Zapata Gran Malbec 2007, ha sido distinguido con 94 puntos en Wine Spectator y sigue dando de qué hablar en el resto del mundo. Un vino de color púrpura intenso, de aromas a cerdo y violetas, exuberante pero a la vez equilibrado en boca. De fácil tentación para tomarlo ahora, o si se tiene autocontrol, guárdese un tiempito.
Achaval Ferrer Finca Mirador 2007 USD120. Santiago Achaval Becu y Manuel Ferrer Minetti son quienes, a finales del siglo pasado, junto a Diego Rosso, Marcelo Victoria, Tiziano Siviero y Roberto Cipresso, crearon lo que hoy es considerado un éxito rotundo en la vitivinicultura mundial. Lo sorprendente de esta bodega es lo rápido que obtuvo su fama y el cómo han sabido mantenerla a través del tiempo. Su arma secreta es su renombrado winemaker y socio Robert Cipresso, quien es propietario de varios veñedos en Montalcino, en la bella Toscana italiana, si bien logró su mayor éxito en Argentina, volcando sus extensos conocimientos en Achaval Ferrer. Este gran vino proviene del este de Mendoza, una zona de mucha inversión en tecnología y donde se encuentra el viñedo “Finca Mirador” con vides, entre otras, de cabernet sauvignon muy antiguas. Sin embargo, el Achaval está elaborado con uvas Malbec. La palabra que define a este vino es “potencia”: en el color violeta intenso, en nariz con sus frutas y flores, y en boca, luego de decantarlo al menos una hora. Lo destacable de este vino es que nació hecho un ganador y sigue siéndolo. Los 94 puntos de Rober Parker y los 95 de Wine Spectator lo confirman.
Campeones Chilenos
Clos Apalta 2006. Pertenece a la bodega Lapostolle, que en 1997 lanzó su primer Clos Apalta. Ya desde su primera añada cosecha premio tras premio. Nada sorprendente, si sabemos que Alexandra Marnier Lapostolle es dueña no sólo del licor Grand Marnier, sino también de un Chateau en la afamada denominación de Sancerre, en el Valle del Loira. Además, el enólogo de la casa es Michel Roland, uno de los más reconocidos en el mundo. La familia Lapostolle se instaló en Chile, en el valle de Apalta en Colchagua, y allí aplica el credo francés de hacer vinos en los mejores terrenos. Con suma sencillez supo imponer un estilo de gran expresión frutal unido a un assemblage de barrica como sólo los franceses saben hacer. Su nivel de exigencia es tal que Alexandra en persona supervisa la calidad de la uva, además de haber construido la bodega Clos Apalta con mecanismos de traslado por gravedad, una de las seis bodegas en el planeta que gozan de este certificado. Desde la línea Cuvée Alexandre hasta Clos Apalta, sus vinos son orgánicos y sus viñedos biodinámicos. En particular este vino, 43% carménére, 30% merlot, 21% cabernet sauvignon y 6% petit verdot, se ha convertido en un ícono chileno que hay que dejar reposar en botella dos años. Habría que estar atentos a su cosecha de 2009, que según rumores es tan buena como la de Bordeaux. Por ello la bodega licitó, entre todos los toneleros franceses, la fabricación de barricas de roble francés procedente de árboles que tuvieran hasta 350 años de antigüedad, para albergar allí la mítica añada 2009. La 2006 obtuvo 94 puntos en Wine Spectator y 92 en Ronert Parker.
Viñedo Chadwick 2007. Para que se den una idea del calibre de este vino, su dueño, Eduardo Chadwick, puso a competir este cabernet sauvignon 100% del Valle del Maipo con los más grandes entre los grandes en una cata a ciegas, en el año 2004, en Berlín. Entre sus formidables competidores estaban, por ejemplo, los Grand Cru de Bordeaux (Chateau Lafite, Vhateau Margaux, etc.) y los italianos Solaia y Tignanello, entre otros. Para sorpresa del mismo Chadwick, su vino terminó en primer lugar. Desde entonces realiza todos los años esta competencia, sometiéndolo al juicio de los más afamados críticos, y hasta ahora siempre ha quedado en los primeros puestos. Todo comenzó cuando Eduardo heredó unas tierras de su abuelo, ubicadas en Puente Alto, al pie de la cordillera de los Andes, en el Alto Maipo, la mejor zona del valle del mismo nombre, y decidió venderle la mitad del terreno a la bodega Concha y Toro, que planta allí las viñas para la elaboración de Almaviva, su vino top. Cuando Chadwick se dio cuenta de esto, decidió seguirle los pasos a Concha y Toro y plantó sus viñas, produciendo como resultado este gran vino. Cabe destacar que don Eduardo fue pionero en mezclar las uvas cabernet sauvignon con carménére en Chile. Wine Spectator calificó al Viñedo Chadwick con 9untos.
Escrito por Edgardo Schille, revista GQ Marzo 2011. Compilador Juan Antonio Pineda.
Fuente: Juan Antonio García.