Con la apertura de un nuevo núcleo de enseñanza, en el Centro Cultural Bolívar de El Maco, llega Ballet de la Mar a una década de su creación. Martha Ildiko, directora de la Fundación Ballet de la Mar, recuerda cuando hace 10 años comenzó su primera clase en la isla de Margarita con tan solo una alumna, abrigando el sueño de formar una compañía de Ballet profesional.
Desde entonces superó sus expectativas. Hoy por hoy Ballet de la Mar cuenta con 5 núcleos de enseñanza en todo el estado que albergan a más de 500 niños y jóvenes unidos por una misma pasión: el Ballet. Martha Ildiko, Blanca Yahure y Luis Blanco son los maestros que encabezan el staff de esta importante escuela que cuenta además con 9 facilitadores y 10 alumnos en formación que asisten las clases y se preparan no solo para ser bailarines sino también docentes, certificados con el método de enseñanza creado y desarrollado en esta escuela, basado en la técnica de la maestra rusa Agrippina Vaganova.
“Nuestro modelo de enseñanza comienza con el programa Kinder Ballet, diseñado para niñas partir de los 3 años en adelante, quienes a través de juegos y canciones, desarrollan habilidades motoras y aprenden los elementos básicos de la danza, en un ambiente de diversión.Luego sigue el programa de pre-ballet diseñado para preparar a los alumnos entre los 5 y los 8 años antes de ingresar al primer año de ballet y consta de 3 niveles: Pre-Ballet 1, 2 y 3 dependiendo de la edad y de la habilidad cada uno. De esta manera abarcamos los 4 años de pre-ballet y viene funcionando bastante bien, pues no necesitamos de un área con condiciones especiales y puede ser llevado a cualquier colegio o espacio cultural que lo requiera”, explica Martha Ildiko.
A partir de los 8 años de edad, las niñas pueden integrarse al programa pre-profesional que incluye dos horas y media diarias de entrenamiento en las cuales las niñas reciben clases de técnica, coreografía, repertorio clásico, yoga y más tarde puntas.
Ildiko indicó que periódicamente las niñas son evaluadas y los grupos son estructurados de acuerdo a sus necesidades puntuales para atacar las debilidades que pueda tener cada una y convertirlas en fortalezas. “La idea es aplicar el entrenamiento adecuado a las características físicas de cada niña, para que puedan explotar al máximo sus potencialidades y lleguen mejor preparadas a los niveles superiores”.
Fuente: Desireé Depablos.