En medicina natural se utilizan profusamente, las alcachofas mismas (o el jugo resultante de la cocción de sus hojas, o bien preparados a base de concentrado), para tratar la anemia, la diabetes, el estreñimiento, los cálculos de la vesícula biliar, la gota o el reuma. Además de ser digestiva, esta verdura es altamente diurética y muy rica en minerales, vitaminas y fibra.
Las propiedades diuréticas y digestivas de la alcachofa, permiten que el hígado aumente la producción de bilis, que favorece la digestión de alimentos, reduce los niveles de colesterol al facilitar su expulsión del organismo y es un hepatorregenerativo, es decir, regenera las células del hígado. También ayuda a la vesícula biliar, estimulando la producción de los jugos biliares, previniendo la formación de cálculos.
Ingredientes para 4 personas
8 alcachofas del mismo tamaño, 500 gramos de cebolla, 500 gramos de zanahoria, 1 dl de aceite, 20 gramos de harina de trigo, 2 cucharadas de vinagre, 1 dl de vino blanco, 3 huevos duros (huevos sancochados), 1 dl de caldo vegetal o de pollo, 1 limón, sal y pimienta al gusto.
Preparación
En una olla con un poco de aceite vegetal, agregar las cebollas cortadas a la pluma; cortar también las zanahorias a láminas y añadirlas; dejar sofreír lentamente hasta que se doren un poco.
A continuación añadir el vino blanco, dejar evaporar; rociar con el caldo y añadir el vinagre. Seguidamente limpiar las alcachofas, quitando las hojas duras, cortando las puntas, dejando pulidos los fondos, frotar con limón.
Añadirlas las alcachofas a la olla enteras, espolvorear con la harina, tapar y dejar cocinar lentamente unos 40 minutos. Para servir, poner las alcachofas en una bandeja, con la salsa y los huevos duros rallados por encima.
Fuente: Juan Antonio García.