La propuesta para la 13. Mostra Internazionale di Archittectura, la Biennale di Venezia, la cual inaugura el próximo martes 28 de agosto, lleva por título Ciudad socializante vs ciudad alienante y explora el valor que tiene la casa como auténtico centro de transformación social.
El Pabellón de la República Bolivariana de Venezuela en Venecia abrirá sus puertas el 29 de agosto para presentar al público visitante, en el marco de la 13. Mostra Internazionale di Architettura, de la prestigiosa Biennale di Venezia, la propuesta Ciudad socializante vs ciudad alienante, una exposición que aborda las prácticas urbanísticas con sentido público en la Venezuela del siglo XXI, y más específicamente, las soluciones que el Estado ha venido impulsando para resolver el déficit de vivienda en los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad. Es una exposición que habla del sueño humano y esencial de tener un hogar digno, habla de la vivienda como centro de la vida social, como espacio íntimo y sustentable para vertebrar el bien-estar de la gente, el buen-vivir de mujeres y hombres comunes, sin exclusión. Ciudad socializante ofrece, ante todo, evidencias de una intervención de gran magnitud que hoy transforma de manera profunda e igualitaria los modos de relación y de convivencia en la ciudad.
El Pabellón de Venezuela en Venecia -un lugar obligado de peregrinación para los amantes de la arquitectura, denominado también por su belleza Joya de los Jardines y diseñado en los años cincuenta por el arquitecto veneciano Carlo Scarpa- se dirige al público a través del relato, de la intimidad del testimonio, para hablarle de la empresa que hoy avanza en el país, la Gran Misión Vivienda.
El punto de partida de Ciudad socializante es uno de esos acontecimientos que zanjan la historia en un antes y un después: la vaguada que cayó en Venezuela a finales del año 2010 y que dejó a más de 140.000 ciudadanos pobres sin hogar. Un hecho dramático que sacudió el carácter de los venezolanos y conmovió los cimientos de las instituciones del Estado para enfrentar la terrible evidencia que significaba tener al país más vulnerable e históricamente excluido viviendo, repentinamente, en la calle, a la intemperie. La propuesta para la 13. Mostra Internazionale di Architetturanació de la indagación y el debate sobre la ciudad existente y la ciudad deseada, que se produjo a partir de esa trágica vaguada de 2010. Bajo el imperativo de la necesidad, el Estado creó soluciones que hoy revolucionan el sentido de lo público y la calidad de las políticas sociales en materia de vivienda e inclusión.
Esta exposición del Gobierno Bolivariano fue posible gracias a la conjunción de esfuerzos e iniciativas de los Ministerios del Poder Popular para la Cultura y Relaciones Exteriores, bajo la premisa de que la construcción masiva de viviendas en Venezuela tiene pertinencia para el mundo de hoy, donde la ciudad, guiada por la lógica del capital y la especulación del suelo, cada día se piensa más como espacio comercial, espacio bursátil y financiero, espacio turístico o parque temático y no como espacio para la inclusión y la vida digna de la gente.
Una propuesta integral
La propuesta venezolana para la 13.Mostra Internazionale di Architettura la Biennale di Venezia ocupa las dos salas del Pabellón. La muestra amalgamó diversos recursos, técnicas y abordajes, desde dibujos y bocetos hasta el uso del testimonio audiovisual, para concitar las emociones del espectador alrededor de la experiencia de la casa como refugio vital y núcleo central de la familia.
En la denominada Sala Mayor se exhibirá una muestra de los dibujos en pequeño y gran formato del artista Domenico Silvestro, que incorporan inmediatamente al visitante en un contexto urbano subvertido por imágenes que incitan a la reflexión más íntima sobre las posibilidades efectivas que tiene el hombre de transformar su entorno vital.
Silvestro acentúa en sus dibujos la ciudad posible, la que pueden construir los hombres comunes desde la emoción y la esperanza por una vida mejor. La vivienda en la obra de Silvestro ocupa un lugar central en su relación con el entorno natural, y permite atisbar la ciudad sostenible como una necesidad en un planeta afectado por un modelo productivo depredador.
En la Sala Menor se proyecta un audiovisual elaborado por un equipo multidiciplinario, a partir del testimonio de María Sojo, una mujer que perdió su casa en la vaguada de 2010 y que hoy construye su vivienda en el Complejo Habitacional Macarao. El testimonio tiene el mérito de mostrar cómo el hacer social modifica integralmente la manera ser y estar en comunidad.
María Sojo ha sido testigo de muchas cosas, pero especialmente de lo que valen la persistencia y la motivación cuando se construye en colectividad: “He sido punta de lanza para otras mujeres -confiesa ante la cámara- y he sido apoyo para muchos hombres también. Ese es mi trabajo”. El visitante va a descubrir en la Sala Menor que el testimonio presentado –sus referencias a lugares, personas y frases específicas– encontrarán correspondencia con otros espacios de la Sala, sincronizados con la narración del micro, de manera que techo, suelo y paredes participan en una experiencia audiovisual low tech.
El testimonio de Sojo se conecta con el programa social que comenzó en Venezuela en el año 2011, denominado Gran Misión Vivienda Venezuela, que permitió construir, con el apoyo y la implicación de las comunidades organizadas, sólo en ese año, 150.000 viviendas para personas de bajos recursos y en condición de desplazadas por la vaguada. La transformación vital de estas familias, que cambiaron su entorno de pobreza por una vivienda y un hábitat humano dignos, es el cambio social más profundo e importante que registra la historia contemporánea de Venezuela.
El brindis inaugural de la exposición será el 28 de agosto, a las 5:15 pm, en el Pabellón de Venezuela, con un concierto de cámara que ofrecerá el Cuarteto de Cuerdas Simón Bolívar. El Cuarteto también ofrecerá un concierto el día 29, el “exedra” de los jardines, a las 4:00 de la tarde.
El cuarteto venezolano editará el próximo año su primer álbum de alcance internacional con el prestigioso sello discográfico de música clásica Deutsche Grammophon.
Fuente: Teresa Quilez.