Las hojas de todos los tipos de perejil son ricas en vitaminas A, B1, B2, C y D, siempre que se consuman en crudo, ya que la cocción elimina parte de sus componentes vitamínicos. Si bien el perejil suele cocinarse (mejor levemente, de modo que conserve su aroma), igualmente se puede comer crudo, por ejemplo en la ensalada «taboulé», típica de la cocina libanesa.
Una infusión de perejil se puede usar como diurético. Los herboristas chinos y alemanes recomiendan tomarlo como un té para regular la hipertensión, y los indios Cherokee lo usan como medicamento tónico para mejorar el rendimiento de la vejiga urinaria. También se usa frecuentemente como emenagogo.
Ingredientes
2 manojos grandes de perejil, 3 cebollas, 4 cucharadas de mantequilla, 100 ml de vino blanco, 400 ml de fondo de ave o de vegetal, 2 rebanadas de pan de molde, 2 filetes de pollo ya listo, sal y pimienta al gusto.
Preparación
Lave el perejil y séquelo. Pique los tallos y, por separado, pique finas las hojas. Pele las cebollas y córtelos en daditos. Caliente la mitad de la mantequilla en una olla y rehogue la cebolla y el picadillo de tallo de perejil. Vierta el vino y agregue el fondo de ave o vegetal. Cocine 20 minutos a fuego lento.
Para hacer los picatostes, quítele la corteza al pan y córtelo en dados. Fríalo con el resto de la mantequilla hasta que se dore. Corte en tiras los filetes de pollo y, si tuvieran piel, quítela.
Añada a la sopa las hojitas de perejil. Prosiga 2 minutos con la cocción. Bata la sopa hasta obtener una textura cremosa. Sazone con sal y pimienta. Reparta la sopa en platos hondos. Distribuya el filete de pollo y los picatostes por encima y sírvala enseguida.
Fuente: Juan Antonio García.