Henry Antonio Ramos, un buen amigo, partió físicamente para siempre. Henry Antonio Ramos era parte de la familia IARTES, una gran familia que siempre he admirado y querido. Henry gracias por habernos honrado a todos los que te conocimos con tu amistad e infinita sabiduría de la vida, siempre tan alegre, con tu vestimenta fabulosa y única, con tu sonrisa inconfundible.
La parte menos conocida de las obras de arte es el tratamiento que se les da para preservarlas, conservarlas y montarlas, ello entre otros aspectos a través de una correcta manipulación y embalaje. Henry dedicó su vida y honró el escenario artístico con un trabajo impecable y magistral desempeñado en esta faceta del arte.
Como un breve homenaje a tu memoria y a tu trabajo, un verdadero arte, una de tus grandes pasiones reproduzco un trabajo periodístico de fecha 13 de agosto del 2008. Henry siempre vivirás entre nosotros.
El arte de embalar
La mayoría de las personas admira una obra de arte pero muy pocos conocen sobre el hecho trascendental que implica la actividad de embalarlas, bien sea para su traslado al espacio expositivo o para el resguardo en un depósito, entre otros, lo cual traduce un arte adicional al que lleva en su propia esencia cada pieza.
Para embalar una obra se deben tomar en cuenta ciertas normas, de igual manera el embalador «debe tener condiciones y habilidades para tratar lo más delicadamente posible una pieza». Así nos explica Henry Antonio Ramos, quien se desempeña en el departamento de Bienes y Servicios del IARTES, de la plataforma de las Artes de la Imagen y el Espacio, del Ministerio del Poder Popular Para la Cultura.
Ramos , indica que la actividad de embalaje se puede resumir en tres pasos. «El primero consiste en utilizar una ropa e implementos adecuados para tal propósito como guantes, bata, lentes, tapaboca. También uno debe quitarse todas las pertenencias como reloj, anillos, cadenas, y otros que puedan dañar la pieza». El segundo paso a su juicio es el de velar tener un buen contacto y manipular lo mejor posible a la obra.
Una vez cumplidos el primer y segundo paso, Ramos dice que allí entran en juego los materiales que se utilizarán en la envoltura. Añade que varían según sea la pieza bidimensional (en el caso de los lienzos) o tridimensional (las esculturas). Dice » por ejemplo en el caso que se trate del resguardo de un cuadro los papeles que más se utilizan son el de seda blanco y el craft. Este tipo de papel no mancha además que permite que la pieza respire.» Ramos añade que «después de la primera capa de papel craft se coloca el conocido papel burbuja que es como de plástico con muchas bombitas». En el tercer paso paso se pueden utilizar materiales como anime, corcho, goma espuma y bases con viruta de madera.
Indica que para el embalaje de las esculturas varía sólo el tercer paso, es decir, el de los materiales que se ajustan al requerimiento y necesidades propias de la obra.
A juicio de Ramos en el país tenemos un excelente nivel de embalaje pero ceñido únicamente al entorno de los museos, «esta conciencia debería hacerse extensiva a través de la educación al público en general , debemos sensibilizarlos en cuanto a las normativas a seguir para resguardar y manipular piezas, lo cual resulta muy útil hasta para el cuidado de las piezas artística y artesanales que se tienen en casa. Cómo limpiar un cuadro y que no se dañe, cómo embalar una artesanía».
Resalta las bondades de una de las publicaciones del IARTES, Normativas técnicas de museos, la cual ha venido remozándose y actualizándose de manera periódica, resulta única en su estilo donde el público especializado y general puede encontrar información en cuanto a la conservación en los museos, la seguridad, la importancia de las condiciones de almacenamiento, temperatura y exhibición entre otros.
Fuente: Teresa Quilez,