Un mito muy extendido sobre las espinacas es que son muy ricas en hierro. De hecho, se hizo una serie de cómics y dibujos animados, Popeye, para fomentar su consumo. En ella, Popeye consumía una lata de espinacas que le daba una fuerza sobrenatural.
El origen de esta equivocación está en un error del científico E. Von Wolf (1870), que multiplicó por 10 la cantidad de hierro al errar en la colocación de una coma. Hoy día se sabe que en general las otras plantas comestibles contienen niveles de hierro similar o incluso superior a la espinaca, como es el perejil, semillas de sésamo, acelgas, berza, col, y en general la mayoría de verduras de hoja verde oscura.
De hecho, el hierro de la espinaca no se absorbe bien porque la espinaca tiene mucho ácido oxálico y éste hace insoluble al hierro.
De todos modos, aunque tengan poco hierro (los garbanzos y las lentejas tienen más) y éste se asimile mal, las espinacas siguen siendo un alimento muy aconsejable.
Además de todo lo anterior, cabe resaltar que esta planta, aun así es abundante en proteínas y puede también evitar enfermedades como la anemia y otros.
Ingredientes:
250 gramos de hojas de espinacas, 1 cucharadita rasa de sal, 150 gramos de queso o tofu (el queso que más le guste), 1 diente de ajo, 2 cucharadas de semillas de sésamo, 2 cucharadas de aceite de sésamo, 1 cucharada de salsa de soya, 1 cucharada de papelón molido, 1 cucharada de vino de arroz.
Preparación
Prepare las espinacas y lávelas con agua fría. Hierva un dedo de agua en una sartén o wok, añada la sal y después las hojas de espinacas. Tápelo y déjelo cocinar hasta que las espinacas se hayan ablandado. Déjelas escurrir en un colador, enjuáguelas con agua fría y escúrralas de nuevo. Pique las espinacas y distribúyalas en un bol para ensaladas.
Corte el queso en dados de 1 cm aproximadamente. Pele el ajo y córtelo en láminas finas. Tueste las semillas de sésamo en una sartén sin aceite, resérvelas. Caliente la mitad del aceite en la sartén y dore el ajo. Mezcle la salsa de soja con el aceite restante de sésamo, el papelón y el vino de arroz, viértalo sobre el ajo y llévelo a ebullición. Agregue las semillas de sésamo tostadas.
Añada los dados de queso y caliente la mezcla, viértala sobre las espinacas sirva con casabe o algún pan.
Fuente: Juan Antonio García.